lunes, 8 de agosto de 2011

El tiempo recobrado

Cuando me lo contó sus ojos mostraban sorpresa. Cuarenta años de casada con un hombre que leía a Proust y ella lo supo tiempo después, revisando trastos. No sólo lo leía, sino también lo subrayaba y comentaba. Yo estuve ahí, apuntó sobre Combray. La escuché en silencio. Sus ojos revelaban cierta admiración además de sorpresa, como si ese dato cambiara su juicio sobre el hombre con quien durmió durante cuatro décadas. El llegaba siempre cansado, ella era ama de casa, y conversaban trivialidades en la cena. Traía consigo “A la sombra de las muchachas en flor” y me mostró un párrafo subrayado: “Es muy difícil para cualquiera calcular exactamente en qué escala ve sus palabras o sus movimientos otra persona” Mientras hablaba me pregunté cómo se puede ocultar una pasión, en la casa o en la conversación, a la persona que se ama. O cómo ésta no es capaz de descubrirla. Su esposo leía a Proust pero nunca se lo dijo, vaya a saberse por qué, y ella jamás lo notó. Tal vez sea tiempo perdido revolver los muebles viejos de otra vida nuestra, aquella en la que compartimos momentos con alguien, y descubrir qué poco sabemos del otro y de nosotros mismos. Aunque pensándolo bien, quizás sea una buena forma de entender algunas cosas, y así recobrarlas. Como le sucedió a ella, que no sabía que él leía a Proust.

17 comentarios:

Steki dijo...

Tu historia me hizo acordar a la peli que trabaja Richard Gere en que él se apasionó por el baile y en su casa nadie la supo hasta que decidió concursar.
En tu historia, es más triste. Porque la mujer se enteró cuando ya no lo podía hablar con su marido.
Te dejo un beso, Marcelo. TAnto tiempo sin pasar por aquí.
Steki.

Beatrice dijo...

Algo parecido me va a suceder a mí. pero al revés.
Linda historia Marcelo y más común de lo que parece.

Anónimo dijo...

¿Será tiempo perdido o será que siempre hay lugar para la sorpresa, aún cuando pensamos que ya no la hay?
¡Nunca es tarde!

Malena dijo...

Creo que en toda pareja se debe conservar un espacio propio, donde el otro no participe. De uno y de nadie más, donde no haya que dar ni pedir explicaciones, ni contar por qué subrayó "ese" párrafo y no otro.

Iraide dijo...

¿no crees que es el miedo?
Me refiero a lo que nos esconde. Cuando no nos atrevemos a ser delante de otros/as.
El temor a ser descubiertos del todo, a mostrar demasiado, a no ser comprendidos/as; a que minimicen nuestros sueños.

También los hay que tienen el oido "duro".. .que por más que intentes ser tú mismo/a ante ellos, sólo ven la imagen que se han hecho de tí, la imagen que los mantiene en lo cotidiano, que es lo que menos asusta.
Digo.

Una dijo...

Delirantes textos los tuyos, interesante tu cabeza loca.

BLAS dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Laura dijo...

Yo creo que la belleza de las cosas que no sabemos de nuestra pareja es tan intensa que nos deslumbraría descubrirlos. Sin embargo, la media luz del misterio es más sostenible.

Un saludo.

Ana dijo...

No estoy muy fina, ayer ya leí, acababas de incluirlo en tu blog y creo que anduve dando vueltas en la cama toda la noche, esto me hizo recordar doblemente a Proust, él describió esta sensación "ampliamente"
Marcelo...allá voy... ¿Y si le le dan con todo Proust y sus miles de páginas en la cabeza?
Que bello lo que has escrito para que me pilles tan poco poética.

BLUEKITTY dijo...

Percibo tristeza en ella...seguro como muchas mujeres espera una pasión de ésas en que te arrancan la ropa, la destrozan, te tiran a la cama y te hacen vibrar de una manera en la cual no es posible no darse cuenta que una está viva...en cambio el esposo lee Proust. No que tenga algún problema o desagrado con este escritor.

soylauraO dijo...

Habrá considerado Tiempo Perdido, comentarle los siete tomos o se habrá querido perder en ellos por el Camino de Swam para renovarse de la rutina, o para guardarse un poco de Él para sí mismo.
¿Cuántas cosas Ella habrá guardado para sí,que él jamás imaginó?
http://enfugayremolino.blogspot.com/

Abril Lech dijo...

Que sabíamos poco del otro es una lectura desde el dolor. Que el otro tenía la capacidad de conservar un espacio de intimidad personal que no deseaba compartir para no dejar de sentirse sí mismo es mirarlo desde el amor. Aún en la distancia de la separación.
Nosotros elegimos desde dónde mirar.

Redescubrir al otro está bueno si ayuda a revalorizar al otro y a uno mismo. En ese caso no hay tiempo perdido. Aún cuando no quede amor de pareja.

Besos

SIL dijo...

Si hay algo peor que dormir con el enemigo... es dormir con el viejo amigo.
Lo ignoramos todo, hasta que empezamos a remover sus cosas.


Beso grande, Marcelo


SIL

Hada Isol ♥ dijo...

Yo tenía un tío que era muy duro con su familia,casi nunca les manifestaba sentimientos,el no era de saludarlos en los cumpleaños,solo les daba la mano y les deseaba buen día,en vida lo llegaron a concoer poco,lo unico que hacía era leer el diario,exijir atención a la antigua ,e irse a su piecita de arriba donde revelaba las fotos porque era fotografo.Al morir el mi tía y mis primos entraron por primera vez a esa pieza y encontraron cosas que ni sospechaban,como por ejemplo que ese padre indiferente,tenía anotado cada evento importante en la vida de cada hijo en un cuaderno ,al lado de ese evento anotaba algo referente a ese hijo con cariño,además había otro cuaderno con poesías llenas de ternura escritas para mi tía ,guardaba los dientes del ratón Perez con el nombre de cada hijo,ropa de ellos de chiquitos,cosas de mi tía como aros que se le perdían,y jamás manifestó nada de eso,los amaba mucho pero no se los decía,yo al leerte recordé a mi tío ,es increible que alguien haya vivido toda su vida sin demostrar todo lo que llevaba dentro y sin permitir que su mujer lo conozca tal cual era,nunca fué un duro en reealidad,era un dulce pero lo coultaba bien.Que buenissimo leerte!

Yoni Bigud dijo...

Yo creo que se puede ignorar eso y mucho más. Todo sin afectar la relación, y sin menguar el conocimiento que se tiene del otro.

Un saludo.

marichuy dijo...

El tiempo recobrado, ese es el verdadero gran sueño de Proust. (digresión. quizá ya lo leíste porque en la Argentina se editó en español: hay un librito, de un científico gringo, sobre los mecanismos de la memoria, asociados a los sentidos 'más sensibles' valga la cacofonía: "Proust Was a Neuroscientist", de Jonah Lehrer.

Acá una buena nota al respecto (en español).

http://www.con-versiones.com/nota0849.htm
....

Parece increíble, pero pasa más a menudo de lo que uno pensaría: mi abuela leía novelas rusas y se encontraba en esas grandes tragedias decimonónicas... y su esposo nunca lo supo, vaya ni siquiera lo imaginó. 15 años casados y él nunca supo eso ni otras cosas. Triste pero así fue.

Saludos, Marcelo.

Reina dijo...

Tantas veces vivimos con alguien que no nos conoce y que ni siquiera se toma el trabajo de conocernos.... :(

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