Un cementerio de noche puede ser bien diferente a como lo imaginamos. Recuerdo que de niño iba a uno con mis amigos, en fila india, que quedaba a un par de kilómetros del pueblo donde nació mi padre. En la noche clara se pueden ver las sombras de extraños visitantes y la fiesta de los gatos. Los cementerios no suelen ser silenciosos. Está el ruido del viento, por empezar. El de las hojas. Los inquilinos son callados, desde luego. Los cementerios tienen vida, se la da cada nuevo huésped y lo que rodea su ingreso: flores, llantos, deudos. Los que están muertos son los cementerios museo. Ya nadie se muda a ellos, y tienen algo como de templo profanado por guías de turismo. En el de
jueves, 30 de junio de 2011
Cementerios vivos
martes, 28 de junio de 2011
Desinstrucciones
1) Escuche una canción como esta
2) En la calle, caminando, con la música en la sien
3) Baile mientras camina
4) No me importa que no sepa
5) Camine bailando
6) Mire
7) La chica esa le sonrió
8) O el muchacho que caminaba a su lado
9) Tal vez el enfermero de la ambulancia lo invite a subir
10) O el señor de traje le de vuelta la cara
11) Pero el policía se hizo el distraído
12) No piense que está viejo
13) No piense que está gorda
14) No piense nada
15) Ni siquiera que bailando arreglará sus cosas
16) Hágalo.
17) Es divertido
martes, 21 de junio de 2011
Extraño día
domingo, 19 de junio de 2011
Volcánico
Bienvenidas las cenizas
Que llenan mis ojos
De pura alergia
Amnesia y catalepsia
enfermizas
Explotan mi tráquea
Recubren mi humor
Y llenan mi sangre
De magma y piroclastos
Nefastos
Voy hecho trizas
Por las malditas
y volcánicas
Cenizas
jueves, 16 de junio de 2011
Macedoniana
Me encontré con mi amigo Macedonio y le pregunté en qué andaba. Me contestó que no estaba escribiendo el Quijote y le dije si no le preocupaba que su autor, Pierre Menard, se ofuscara al enterarse.
- ¿Por qué lo haría, Marcelo? Menard se propuso escribir el Quijote mejor que Cervantes, y lo logró. En cambio, yo me dedico a no escribir la historia de Alonso Quijano y mi éxito, aunque evidente, es paralelo al de un Menard, un Daneri, o un Paladión. Por no agotarme con la monumental tarea voy alternando su acometimiento con la no escritura de Moby Dick, lo cual conlleva un homenaje implícito a Bartleby, aquel sujeto que sea lo que fuere que le propusieran, prefería no hacerlo.
Le pregunté si para no escribir esas obras universales previamente se tomaba el trabajo de leerlas. Me dijo que desde luego, y que era cierto lo que un amigo solía decir de él: “no ha leído mucho, pero lo poco que ha leído, lo ha leído mucho” En cambio las novelas modernas las no escribía sin leerlas previamente.
- Total, es literatura para el olvido. ¿Para qué perder tiempo leyéndolas? ¡Si pareciera que no soy el primer autor que las va a no escribir!
Ya me despedía de Macedonio cuando me soltó el desafío. Me invitaba formalmente a su casa, el sábado por la mañana, a los efectos de no escribir juntos "La importancia de llamarse Ernesto"
Dedicado a Ana María Rivera, borgeana y macedoniana