viernes, 16 de enero de 2015

Alicia en el subte


Cuando la miré ella estaba dejando de mirarme. Se llama Alicia, trabajó conmigo hace muchos años. Yo la hacía reír, ella me ofreció un café el primer día de mi primer trabajo, y ahora se subió al subte. La dejé de mirar cuando ella volvía a mirarme, ambos dudábamos de remover la mole de ladrillos que nos separaba de aquellos que supimos ser con un "¡hola! ¿cómo estás?". Nunca pasó nada entre nosotros, ni quisimos que pase, sólo recuerdo que cuando se metió con El Uruguayo a mi no me gustó. No me gustó porque Alicia era jovencita y él un señor mayor y con hijas apenas menores que ella. Además El Uruguayo -que trabajaba en otra dependencia- tenía la mala costumbre de no mirar a los ojos. En las oficinas, todo el personal tiene derechos adquiridos para opinar de los noviazgos de los compañeros, y yo lo ejercí. Ya llega la estación donde Alicia bajará, me pregunto si seguirá trabajando en el mismo sitio porque la estación es la misma. Me apresuro a tomar una decisión, ¿qué podría preguntarle? Por El Uruguayo no creo, quizás lo dejaron enseguida después de que renuncié. O se murió; o lo que es peor, sigue con él. La volví a mirar cuando ella dejaba de mirarme y adivinaba dudas parecidas en su mirada escurridiza. Subí la música de mi teléfono y fingí dormirme, igual bajo en la siguiente estación.

12 comentarios:

Maga h dijo...

Me gusta así, así Alicia seguirá viva en aquel recuerdo y hoy en este misterio. A veces es mejor no saber que habrá sido de su vida.

Abrazo

gloria dijo...

Somos así, nos reservamos la pregunta, pese a que la literatura nos haya enseñado una y mil veces que hay que hacer lo contrario... Si volviera a cruzarse, y ¿volvería la duda?

Reina dijo...

Creo que no aguantaría la duda de saber... me carcomería la cabeza... ¿Qué pasó con Alicia...? ¿qué pasó.....? ;)

Marcelo dijo...

Yo creo lo mismo, Magah...Un beso!

Marcelo dijo...

Hola Gloria! Nunca te encontraste con alguien y sentiste que quedaron muchísimas cosas sin hablar?

Marcelo dijo...

jajajajaja no lo sé, Reina!

Cami Love dijo...

Y yo ya estaría anotando horario y lugar donde bajo y saber así a donde mirar cada día en la misma estación. Y adivinar en sus ojos las mismas dudas. Como buena mujer aguantar no es lo mio y "yo me bajo en atocha"
Aunque reconozco lo delicioso de "añorar lo que nunca jamás sucedió"

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Añorar lo que no sucedió es de lo más frustrante. Y no entiendo al protagonista. No pasó nada con Alicia, según porque no quisieron.
Pero protesta cuando fue conquistada por otro. Opinión sobre esa relación con argumentos endebles.
Y luego desea volver a verla. Y cuando la tiene enfrente, no le dice nada.
Incomprensible comportamiento.

Anónimo dijo...

Yo lo veo muy comprensible ese querer y no querer y lo de no remover paredes de ladrillo también lo comprendo, se te pueden caer encima y aplastarte un pie.

Marcelo dijo...

Gracias por sus atentos aportes, Cami, Demiurgo y Paloma!

esteban lob dijo...

Pero llegará el instante del arrepentimiento por no haber querido saber más.

BLUEKITTY dijo...

Te arrepentís? en la vida no hay que arrepentirse, menos dejar el tren pasar.

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