sábado, 8 de octubre de 2011

El infierno y las vísceras

Te di mi corazón

y te supo a poco

Entonces te di mis pulmones

Mis ojos

Mis vísceras

Diste un portazo

Me llamaste trastocado

//

Solo

En tal clima irrespirable

Destripado

Muriéndome a oscuras

Espero tu regreso

Y mis vísceras

17 comentarios:

Daniel Os dijo...

Estoy seguro de que no conviene su regreso. Primero porque el regreso no existe, nadie jamás ha regresado de ninguna parte. Además un cuerpo puede aceptar un corazón o un pulmón artificial, pero un amor implantando en quirófano contribuye a que esa mujer duela en todo el cuerpo.

Lo felicito por haber dado hasta el entripado, dar menos que eso duele aun más.
D.

BLAS dijo...
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Aina Rotger Vives dijo...

mala mujer, se ha ido de ti despojándote de todo lo que te compone, ahora...a esperar que venga otra y te cure las heridas. esto funciona así, no?

Beatrice dijo...

Otro poema "visceral" como muchos de los que escribes. Me gustó Marcelo, pero eso de llamarte "trastocado" es peor a que se haya llevado tus viceras.
Un abrazo

Iraide dijo...

A ver querido... es que... ¿no podías regalarle sólo una rosa?..!!... ay que ver estos argentinos qué costumbres tan raras...

;-) Besote

Iraide dijo...

ay!.. HAY QUE VER... (usted perdone el fallo... ha debido ser el desaguisado ese en el que nos ha metido... )

Cristina dijo...

Ante la intensidad de El infierno y las vísceras, El incendio y las vísperas me parecen tibios.
Es como adentrarse en El corazón de las tinieblas, en Las raíces de lo humano, en La montaña mágica...
Quiero decir que leyéndolo, me sumerjo y toco fondo.
Suerte que con solo un click, aparecen El Hombre Corcho y la cucaracha resistente.

BLAS dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Alelí dijo...

ja!
claro! eso le pasa por dar sin mirar.

error.

mis condolencias a tus víceras.

besos

Unknown dijo...

Eso nos ha pasado a todos alguna vez, el problema es que después nunca recuperamos del todo nuestras vísceras, siempre se queda en el tintero algún intestino. A mí mientras me dejen el hígado para seguir ahogando las penas...

Un abrazo,

Manu UC.

Reina dijo...

jaja... me encantó el final... sin vísceras no se puede vivir.... :)
Un beso

SIL dijo...

Cuando damos sin límites, a costa de nuestra propia salud, y quizás hasta sin que nos lo exigieron... ya es demasiado tarde reclamar devoluciones.

Sólo podríamos recuperar desechos PATOLÓGICOS de amor.


Beso grande, Marcelo.


SIL

SIL dijo...

F de E : exigieran :)

Malena dijo...

No esperes más. Ya los hizo plata en el mercado negro.

El sereno de los faros dijo...

devolvé la bolsa....devolvé la bolsa...

ya se manducó las tripas con aquél rutini que le habías regalado para ocasiones especiales.

salud.

Ana dijo...

Veo que abriste el armario, bien poeta. Iré a comprar la manzana, duran bastante en buen estado aunque unas buenas picaduras en la fruta son como las tripas que describes.

El comentario de Daniel Os Es una joya.

miralunas dijo...

ah, cuando ya nada queda...es que todo empieza. no sé... es tan gris este lunes!
mejor hablemos de esa cucaracha resistente!

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