jueves, 24 de noviembre de 2011

Las rosas

Un ciego juntaba rosas: una, llegada del paraíso; otra del futuro, algo marchita; una platónica; otra, inalcanzable; y una más, primera, arquetípica. A cada amor que lo dejaba una le dio. Fueron muchos sus amores y otras tantas las extrañas rosas que obsequió. Aquel ciego yace lejos de su tierra y del olvido. De tanto en tanto una flor es apoyada en la piedra exagerada. No es extraña esta rosa, como aquellas. Es apenas una, como tantas. Pero todas las rosas están en ésta, anónima y común ¡Viejo ciego! Junta tus amadas rosas otra vez.



8 comentarios:

Merche Pallarés dijo...

Ay, Marcelo, tú y tu querido y admirado Borges... Besotes, M.

Aina Rotger Vives dijo...

Y razón tenía, no hay dos rosas idénticas como no hay dos poetas iguales.

BLAS dijo...

"...La que siempre está sola,
la que siempre es la rosa de las rosas,
la joven flor platónica,
la ardiente y ciega rosa que no canto,
la rosa inalcanzable."

Rosas comunes de cualquier jardín y a la vez rosas únicas e inalcanzables.

Magnífico este poeta ciego coleccionista de rosas inalcanzables.

María R. dijo...

Lindo blog, me sentí muy a gusto paseando por aquí
Te sigo
Saludos!

Cristina dijo...

Esas rosas son eternas. Y has sido Paracelso: bastó tu palabra para resurgirlas.

Iraide dijo...

Ese hermoso hermoso cuento de Borges.... y esa hermosa música... siempre aciertas.

Daniel Os dijo...

El punto de partida es la Piedra. Toda vez que se vuelve a nombrar sus cenizas, Borges resurge.
D.

SIL dijo...

Infinitamente hermoso.

Al final, logró que una se salve del olvido.
La que ampara su recuerdo.


Otro beso



SIL

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