viernes, 16 de marzo de 2012

El mimo de la calle Florida

En los años ochenta había un mimo en la peatonal más famosa de Buenos Aires que imitaba el caminar de los transeúntes. Se empezaba a juntar gente que se reía mucho del asunto porque el imitado tardaba un poco en darse cuenta y el mimo –detrás de la “víctima”- lo sacaba perfecto, aunque exagerando un poco las prisas, las preocupaciones, las alegrías, las coqueterías o lo que fuera del andar de los porteños. Una señora con paraguas; un tipo exultante; otro cargando un valioso maletín; un niño travieso; cualquiera podía caer bajo la percepción del artista. Tal vez eran varios los mimos, y a mí me parecía que era uno solo pero bueno, es que son fáciles de confundir. Ahora veo que hacen otro tipo de shows y que incluso los contratan empresas respetables para que animen sus happenings. Pero para mí aquel mimo que imitaba a todos los paseantes de Florida era el mejor y además un revolucionario en aquellos estructurados años. Una vez imitó a un adolescente de andar algo extraviado, manos en los bolsillos, caminando completamente enfrascado vaya a saber en qué pensamientos insondables, que al descubrir al mimo detrás suyo y un público que seguía con sonrisas la escena se puso más rojo que la camiseta del Club Independiente.

5 comentarios:

Mariela Torres dijo...

Si yo hubiera ido a Buenos Aires en esos años y hubiera visto al mimo sé que me habría parecido totalmente exótico y artístico, y hubiera creído que el viaje era sólo para verlo.

Saludos.

SIL dijo...

El mimo quizás todavía se acuerda de ese joven, en franca retribución a este post.

Un beso, Marcelo.


SIL

Una dijo...

Qué manera tan curiosa tiene la mente de actuar, hoy a ti...te da por acordarte de un mimo, ¿por qué sera?, ¿qué te habrá llevado hasta él?, de todos modos, te ha salido un homenaje muy digno.

BLUEKITTY dijo...

Nunca vi un mimo en acción. Y siempre me llamaron la atención.
Ojalá me cruce uno por ahí, pero no es algo que se ve a diario- Nunca vi uno en Córdoba.

Merche Pallarés dijo...

Te escribí en FB. Besotes, M.

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