¿por qué, quiénes, para qué?
Ninguna respuesta obtengo
hasta que veo la sonrisa de mi niña
construyendo palacios, no castillos
y entonces cualquier interrogante
pierde toda relevancia.
Testamento
Me preguntan cómo me gustaría
que me recuerde mi hija mañana.
Como a todos, que su padre fue un buen hombre.
Que con errores, luchó para que la vida
la dañe lo menos posible. Que la amó.
Que le enseñó algunas cosas.
Pero esos deseos los tenemos todos los padres.
Mi sueño particular es que un día, revisando trastos en desuso
ella encuentre uno
con forma de poesía imperfecta
Y se diga que su viejo
no lo hacía tan mal.
8 comentarios:
Esa niña ya intuye el tesoro que le va dejando su padre.
Va creciendo entre poemas y de la mano de un calesitero que ofrece sortijas.
Me gustan las Clasiquitas.
Un abrazo
Norah Lange por mi blog.
Gracias a ti.
AYYYYYYYYYYYYY...
son tan parecidos!
¡Qué mayor se la ve! Ahí, al ver a los hijos como crecen, te das cuenta cuán rápido pasan los años... Tú, querido Marcelo, seguro que has sido y sigues siendo un gran padre. No tengo la más mínima duda :)) Besotes, M.
habia dejado un comentario aqui
seguro que tu nena no me hizo una travesura´'
¿? :P
Hay sonrisas que le dan sentido a todo... hasta cuando uno edifica en la arena...
He redactado el mismo testamento.
Un beso grande, muy grande.
SIL
Hola Marcelo:
Bastante más avanzado en años, me identifico con tus pensamientos y afanes, recordando la infancia de mis queridos hijos, renovada ahora en el devenir de mis adorados nietos.
Un abrazo.
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