jueves, 10 de octubre de 2013
(Sin título)
Escribir para esconderme, para no mostrar quien soy, para
hacer la vida más soportable, para poder volverme invisible. Mi amigo el
anfitrión conoció al gran Néstor Sánchez, jugaban a las cartas, hablaban de
jazz y no de literatura. A veces se ponía muy mal y no quería salir de su casa,
vivía con su madre. Todos a veces no queremos salir de nuestra casa, pero
vivimos solos, mamá está en otra parte, o no está. Néstor Sánchez fue amigo de
mi amigo y de Cortázar y eso me gusta porque me acerca a ellos, los tres
amantes del jazz y yo también pero un poquito.
Inventé un juego, la mancha congelada escondida, pero lo
cuento otro día, qué bueno no tener que dar la cara esta vez y escuchar música
aunque esté solo y no haya madre de Néstor Sánchez que me cuide pero por suerte
tampoco fui homeless en Nueva York como él y quizás no muramos desamparados, aunque
creo que sí, que todos morimos desamparados porque morimos solos y no es que
esté deprimido ni necesito ninguna mierda new age solamente hay que asumir
nuestra mortalidad sin muletas che, luego si Dios existe disfrutaremos el
milagro pero ahora tengo esto porque no soy Néstor Sánchez y mi vieja vive
gracias a Dios pero está mirando televisión española en su casa y cuando me
pregunta cómo estoy le digo que bien lo cual además es cierto pero eso no invalida
que sepa que me voy a morir como vos que estás leyendo y ahora me querés matar
porque te digo que te vas a morir pero por suerte inventé un juego que tal vez
a Julio no le molestaría y que mejor te cuento ahora porque te lo voy a regalar
para que lo juegues mañana mismo antes de que seas Néstor Sánchez y te mueras
solo, incomprendido y desamparado y sin la mamá que lo cuidaba porque uno
siempre, pero siempre, muere así.
Instrucciones para
jugar a la mancha congelada escondida
1.- Sólo se puede jugar de a dos.
2.- Un jugador elige una manzana de Buenos Aires para
desarrollar el juego, en el juego siguiente elige el otro.
3.- Vale esconderse en cualquier recoveco, árbol, zaguán o
carrito de la basura que ofrezca la manzana, pero jamás de los jamases se puede
cruzar la calle.
4.- No vale contar con cómplices apostados con prismáticos
en terrazas para soplar el desplazamiento ajeno, ni señoras mayores que en
realidad sean actrices que fingen ser la abuelita del jugador.
5.- Si bien los jugadores son libres de parapetarse en un
hueco-refugio y esperar, a los efectos de dinamizar el juego se recomienda mal
que mal moverse un poco. Se sabe de jugadores que han perecido por hambre o
frío con tal de no dar el brazo a torcer. Pero eso sí, invictos (dicen que
cuando encuentran uno de esos esqueletos sonríe triunfal)
6.- Vale disfrazarse de Barney el dinosaurio, Cleopatra,
María Antonieta o Borges, o no disfrazarse, o llevar un velo de viuda, incluso
el jugador hombre.
7.- Si cumplida una hora de juego los jugadores no se han
encontrado, comienza la “ruleta rusa”.
Cada jugador deberá elegir una dirección de las dos posibles y marchar a paso
redoblado para propiciar una especie de choque de trenes. Si cumplida la segunda
hora de juego el encuentro no se produce, quiere decir que los dos jugadores
van en el mismo sentido a la misma velocidad, lo cual sería un milagro de la
física siendo que el largo de paso debería ser diferente considerando la segura
diferencia de centimetraje existente entre ambos jugadores
8.- Si un portero ve
a dos locos que parecen estar subidos a una calesita invisible y decide llamar
a las fuerzas del orden, el jugador que no sea detenido inmediatamente debe
acercarse a tratar de liberar a su contrincante.
9.- Ganará la partida el jugador que logre llamar al otro,
sorprendiéndolo. Si ambos jugadores gritan el nombre del contrincante, de buena
fe las partes decidirán quien comenzó el grito primero. El ganador se hará
acreedor a una colación breve que abonará el otro. Si el otro está seco como
protagonista de un tango de Discépolo, abona la colación contra el cobro de sus
haberes mensuales.
10.- Si uno de los jugadores consigue sorprender al otro por
la espalda, depositando las yemas de sus dedos índice y mayor en uno de los
hombros del sorprendido (u omóplato o incluso cadera, si el jugador que
sorprende es petiso) ganará un súper premio. No vale agarrar, pellizcar,
abrazar ni dar un manotazo. Las yemas tienen que estar unidas. El súper premio lo
elegirá libremente el jugador que gane, aunque no deberá estar reñido con la
moral y las buenas costumbres, ni poner en un aprieto excesivo al perdidoso, ya
que lo que vale aquí no es el “ja! te
gané! Ahora tendrás que hacer lo que se me antoje” sino más bien la
sutileza que logre transformar la prenda en algo placentero para ambos
jugadores. A modo de ejemplo, podría tratarse de una prenda que se le ocurriera
a un niño (bueno)
11.- El jugador que gane puede agregar algún detalle para la
siguiente partida. Vestir determinada prenda, cambiar alguna regla, llevar una
cosa, etc., siempre que el otro esté en condiciones de cumplir la nueva
condición.
ADVERTENCIA: este
juego no se jugó nunca. O por lo menos, no se tiene noticias de ello. Los
jugadores deben ser concientes de que lo que en los papeles aparece divertido
puede resultar un fiasco en los hechos. Pero eso le puede pasar a cualquiera. Le
sucede a muchos novios entusiasmados, por ejemplo. En caso de fracaso, los
jugadores pueden caminar como personas normales y preguntarse de qué signo sos,
estudiás o trabajás, y cosas así.
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7 comentarios:
http://elpais.com/diario/2011/04/26/cultura/1303768805_850215.html
La Mancha Congelada no debería ser arbitrada por ningún juez de la AFA, pues por lo que oído, todos los clubes los repelen.
Cierto.
Uno siempre muere así.
Besos.
SIL
Sres de la FIdlMC (Federación Internacional de la Mancha Congelada):
¿Se podría ampliar a dos manzanas contiguas?
Digo porque me gustaría jugarlo con una vecina de la otra cuadra...
Encuentro verosimil que no se haya jugado. Parece algo más complejo que la topologia y la mecanica cuantica.
Aun no fui a leer el link que dejaste en el primer comentario porque no quiero perder el amor "cortazariano" que me dejó el leerte. Amé ese "jamás de los jamases" y esa "calesita invisible" que me parece, además, estar escuchando.
...y sí, me sorprendió un poco que dijera, el autor, que este era un juego jamás jugado, porque tenía la sensación, mientras lo iba leyendo, que yo sí lo había hecho.
Beso!
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