sábado, 28 de febrero de 2009

Historias de autostop




Mi amiga Merche está contando un viaje que hizo de Francia a España con una amiga, y el hecho de que todas las personas que las fueron llevando le advirtieran los peligros de “hacer dedo” (así le decimos aquí)
Esa precaución me hizo recordar una experiencia que tuve.
Con mi amigo Carlos (en realidad siempre le llamamos Cacho, pero de grande ya no le gusta el apodo) teníamos la costumbre de salir de viaje sin destino preestablecido. Así fue que una vez terminamos en el carnaval de Río sin haberlo planificado, y según se fueran dando las circunstancias.
Pero el primer viaje que hicimos así fue para el sur. Una noche salimos de nuestras casas, siempre diciendo que íbamos a la quinta de un amigo (tendríamos 17 o 18 años)
Y nos pusimos en la ruta a hacer dedo. Casi de inmediato se detuvo una camioneta roja con dos tipos. Ellos iban hasta Bahía Blanca (unos 700 km. al sur de la ciudad de Buenos Aires) nos preguntaron adonde íbamos nosotros.
- A Bahía Blanca! Dijimos
Nos pusimos detrás de la "F100", en la cabina descubierta. Llevábamos carpa, mochila, calentador y un molesto caño de aluminio que reemplazaba los parantes delanteros de la carpa. Ese caño siempre nos trajo problemas.
El viaje iba sin contratiempos, más allá de que los tipos “volaban” por la ruta solitaria. Iban realmente rápido. Ellos reían bastante y tomaban Coca Cola todo el tiempo del pico de una botella grande.
Cuando faltaban unos cincuenta km. para llegar y se detuvieron a cargar nafta, se largó una lluvia torrencial. Nos invitaron a ir con ellos adelante. Cuando nos convidaron la coca, nos dimos cuenta que en realidad era vino.
Nos preguntaron adonde íbamos a parar en Bahía Blanca y como se dieron cuenta que no nos esperaba nadie, nos dijeron que en el fondo de la casa donde ellos estaban había un parque perfecto para poner nuestra carpa. Eran amigables y dijimos que sí.
La casa estaba en los suburbios de la ciudad, en la zona marginal, y era horrible.
Quiero decir que era prácticamente lo que aquí llamamos una “villa miseria” con casitas de chapa.
Pero la de ellos no. Cuando llegamos, en el comedor había media docena de tipos jugando a las cartas, atendidos por un travesti. En la mesa había un arsenal de cosas de todo tipo. Uno de nuestros amigos nos mostró en el fondo de la casa, donde íbamos a “vivir”
Nos miramos con Cacho (perdón, con Carlos) y nos dimos cuenta que no nos podíamos quedar un minuto más allí. La excusa que dimos fue que el parque estaba embarrado por la tormenta, que preferíamos ir al centro de la ciudad a una pensión. Nos dijo que de ninguna manera, que había también lugar adentro de la casa. Mientras teníamos esta charla “amable”, se escuchaban las carcajadas del resto del grupo, todos completamente borrachos.
Les dijimos que íbamos a irnos y a nuestro anfitrión no le gustó. Mientras estábamos que sí y que no, se dirigió hacia el grupo de la mesa como para preguntar qué hacía con nosotros. Pero los otros estaban tan mal que no entendían bien que estaba ocurriendo, y cuando el tipo se acercó a ellos, aprovechamos para tomar nuestras cosas y salir disparados.

Me imagino que ustedes habrán visto “Pulp Fiction” de Tarantino. ¿Se acuerdan de la escena del reloj de Bruce Willis? Cuando tenía todo listo para la fuga y manda a su novia a su departamento a buscar sus cosas. Le encarga especialmente que no se olvide el reloj de su padre, y ella se lo olvida…Y a riesgo de que lo mataran va por él…

Ya habíamos ganado un par de cuadras corriendo y riéndonos de lo cerca que nos había pasado el peligro, cuando mi amigo Cacho (perdón, me refiero a Carlos) me dice:

-el caño
- ¿qué?
- nos olvidamos el caño
- Es un caño, Cacho, busquemos otro
- no, lo hizo mi tío especialmente para la carpa porque se perdieron los parantes originales. Si vuelvo sin el caño me mata.
- Cacho, si volvemos me parece que nos matan ellos
- tengo que ir a buscar el caño
- entonces vamos…
(continuará)


32 comentarios:

angela dijo...

Marcelo, la historia que nos cuentas ¿es cierta o es inventada?.. Si es cierta, yo no volvería allí por nada del mundo....Y, si es inventada ¿ cómo acaba la historia.Feliz fin de semana.Un abrazo Angela

Marcelo dijo...

Angela: ocurrió de verdad...

esteban lob dijo...

No debe haber sido tan terrible el regreso por el caño. ¿O acaso tu amigo está muerto?

Postulo la teoría de que todos dormían su borrachera y el rescate fue más fácil de lo supuesto.


Espero con interés el epílogo.

Saludos.

olhodopombo dijo...

Suspense, heim!
gostei,,,,,

Hada Isol ♥ dijo...

Uy Marce pero que intriga!...
esperaré para seguir escuchandote,que vida la tuya cuanta aventura! me encanta!eso si espero que cuando mi hijo sea grande no me diga que se vá a la quinta de un amigo y termine haciendo dedo porque estos tiempos son peores!
Aunque me pongo en tu lugar y pienso que guardás un montón de buenos recuerdos,que lindas épocas!!!!
Gracias por compartirlo,un abrazo amigo mío y buen finde!

m.eugènia creus-piqué dijo...

Gente joven que no ve el peligro, esto nos ha pasado a todos, no se como acaba la historia pero yo no volvería a por el caño, que me tienes que decir que significa esta palabra que no la conozco y los parantes tampoco, jajaja hablamos el mismo idioma ??? Que risa, que palabras más diferents tenemos.Bueno ya me ilustratrás chico guapo.Besos.

Martine dijo...

Marcelo, suerte que lo puedes explicar y que tu Amigo Cacho
( perdón, Carlos)está vivito y coleando... Pero mencionar Pulp Fiction ( por cierto de mis Pelis favoritas)brrrrrrrrr!
O será más bien "Abierto hasta el amanecer" más parecido al antro donde os querían meter... Sin Salma Hayek, claro..

http://video.arnet.com.ar/video/iLyROoaftZXV.html

Espero ansiosa la continuación...
Un beso con suspense, Marcelo.

marichuy dijo...

Marcelo

Jamás he viajado de "aventón"; pero tu historia me gustó para guión de un film de suspenso.

Un beso

Camille Stein dijo...

espero que no hayais vuelto a por el caño... no se respiraba un ambiente muy sano en esa casa...

aunque bueno, apostaría a que hay regreso... :)

que no tarde el desenlace...

un abrazo

Mariela Torres dijo...

¡Qué película la de ustedes! hasta ahora, mejor que la de Tarantino, porque son ustedes.

Anónimo dijo...

Tremendo...supongo que más o menos debió acabar bien porque nos la estás contando y dices que ocurrió de verdad...Pero a lo mejor estás jugando con nuestra ingenuidad y esto no ocurrió de verdad...Mmmmmm...
Marcelo, ten piedad...no tardes mucho en desenlazar!

gloria dijo...

No quiero imaginar lo que ocurrió, ni quiero ni lo necesito porque ya has dicho que nos lo contarás...
Increíble y cierto!!
Supongo que debía ser muy importante el caño para Cacho (perdón, quiero decir Carlos), para arriesgar vuestras vidas por él.

(muy acertada la música de esta entrada, me encanta esa canción)

Qué envidia me da esta aventura...

Un beso.

Merche Pallarés dijo...

¡¿Qué pasó con el cacho y los parentes?! (que tampoco sé lo que quieren decir...) Vuestra aventura fue más desastrosa que la mia pero eso es porque erais machos, nosotras que eramos unas virginales jovencitas ¡nos fue de perlas! Besotes, M.

Merche Pallarés dijo...

Perdón, quiero decir "caño"... Besotes, M.

CarmenS dijo...

Volvieron y salieron de allí, claro está, porque si no, no estaríamos leyendo este relato.

Marcelo dijo...

Esteban: mi amigo Cacho (perdón, Carlos) está vivito y coleando, y tiene dos hijos de nuestra edad a la época del viaje. Yo creo que si se alejan dos km. le da un síncope...El epílogo está al caer. Suerte mañana en el relato!
Un abrazo

Obrigado Fatima!
bjs

Isol
Yo tengo la misma preocupación que vos. En algún sentido prefiero tener una niña, no porque no puedan hacer las mismas cosas que los muchachos, sólo porque me parece que en general, van a donde dicen que van. En cambio los chicos, dicen que van a un lado y termnan en cualquier otro. Esa es mi teoría.
Un beso y gracias!

Marcelo dijo...

Geni, ahí va la traducción: carpa es una tienda de campaña donde se va al medio de la nada a morirse de frío o morirse de calor, según uno busque lo contrario. Las carpas se sostienen con tubos que aquí se llaman parantes. En la era paleolítica en que acampábamos nosotros, los parantes se seccionaban en tres partes que se enroscaban unas con otras, y al desarmarse quedaban dentro de una bolsa relativamente fácil de transportar. A la nuestra le faltaban los tres de adelante, y el tío de Cacho (perdón, Carlos) le hizo un tubo (o caño) de una pieza que los reemplazaba. Era como una especie de lanza que había que llevar por afuera del bolso de la carpa, y cada dos por tres lo olvidábamos en algún lado. Una vez, incluso nos olvidamos la carpa entera...
Un beso chica guapa, y espero que se entienda la traducción.

Marcelo dijo...

Hola Selma! como dije antes, Cachito (perdón, Carlitos) goza de buena salud. Y la otra película que mencionás, refleja perfectamente el ambiente de la casa. Era como aquel bar. Sólo que si hubiera estado Salma, nos quedábamos a vivir con ellos, incluído el travesti.
Un beso!!

Marcelo dijo...

Gracias Marichuy! conocía esa variante del autostop llamada aventón. Es verdaderamente riesgosaa!
Un beso y atenta a la continuación.

Camille: apostarías sobre seguro, porque sí que fuimos por el caño...
Un abrazo!

Marcelo dijo...

Mariela: para nosotros fue mejor, primero porque la vivimos nosotros, y segundo porque fue antes que la peli. Deberíamos hacerle juicio por plagio a Tarantino!

Bruja: yo siempre digo la verdad, excepto cuando miento. Y esto que estoy contando ocurrió. Lo que no puedo decirte aún es si terminó bien o mal. Como todo, creo que depende del cristal con qué se mire...
Un beso!

Marcelo dijo...

Hola Gloria! Ya te contaré como sigue. La verdad es que a esa edad nos creemos inmortales, porque si le hubiéramos contado al tío de Carlos (perdón, Cacho, quiero decir...) seguro que lo hubiera entendido. Y respecto de la aventura, recién estábamos en la aurora del viaje, apenas en el comienzo.
Un beso

Marcelo dijo...

Merche: la traducción está más arriba. Ahora necesito que vos me aclares algunas cosas: nosotros...machos? Ustedes...virginales jovencitas? translation please!
Un beso

Cecilia: tu razonamiento va por el camino correcto...
Un abrazo

Ana dijo...

Hala!!!
Me quedo esperando encantada, en tensión...pero como ya sé que estáis vivos y que no estáis en prisión ni nada...

Saludos interesados!!

Anónimo dijo...

Si alguien que no fueras tú me hubiera contado esta historia, hubiera pensado: a M. le encantaría. Porque te pega mucho este tipo de aventuras. Me lo he pasado estupendamente... y además he recordado la escena de Pulp Fiction (qué me dices de cuando vuelve con una moto y él dice que no es una moto, nena, es una -aquí la marca-) y ya ha sido el broche final.
Esperaremos la segunda parte. Y todas las que tengan que venir.

Un besazo.

Helena dijo...

Marcelooooooooooooooooooo!!!! ¿como me dejas asi?. No tienes corazón jejeje.¡Vuelve!.

Besos

Patty dijo...

¡Marcelo! Todos queremos saber como sigue la historia. La aparición del travesti fue lo que más me hizo reir, jajaja.

Isabel Estercita Lew dijo...

Marmelo, perdón, Marcelo, que horrrrror! Casi los violan, los matan... suspenso... El segundo capítulo de tu historia verdadera ya debe emocionar como la última peli de Quentin: A Prueba de Muerte. El próximo es el final? o continúa el suspenso?
Beijos

Antón de Muros dijo...

Hola, Marcelo:

Muy buena la anécdota. Tiene muchos ingredientes interesantes.

Espero el final :-)

Yo también fui a dedo al sur cuando era joven (un poco más joven que ahora quiero decir) ;-)

Un abrazo.

Antón.

Marcelo dijo...

Ana, ya está la segunda parte a disposición...
Un beso!

F.: si no hubira sido por Merche no la hubiera recordado, y mucho menos escrito. Estuve dudando hasta el final de contarla, pensé que no sería muy interesante. Y aquí estamos. Pulp Fiction la vi cuarenta veces, básicamente por los dos cuadros de Bruce Willis, el que comentamos y el del secuestro con Marcellus (porque el morenazo gordo se llamaba así, lo recuerdas?)
Un beso

Marcelo dijo...

Helena: ya no te dejé así. Tengo corazón. Volví. jajajajajaja
Un beso

Patty:
El travesti es de importancia vital, como te darás cuenta en la continuación.
Un beso!

Isabel: tu pregunta final, yo también me la formulé. Me parece que está bien terminarla en esta segunda parte...
Un beso

Antón: no me digas que te levantó una camioneta roja...cómo están los muchachos?

m.eugènia creus-piqué dijo...

jajajajaja, gracia sMarcelo, ahora me he enterado, es que nunca he hecho camping.Besos.

Merche Pallarés dijo...

Pues sí, vosotros aguerridos machos y nosotras tiernas jovencitas necesitadas de protección... y eso es lo que pasó. Esa es la diferencia entre VUESTRA experiencia y la NUESTRA...
Nosotras no llevábamos ni caños ni parentes ni CUCHILLOS... Besotes, M.

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