Primera carta (2.010)
Estimado Sr. Reparador
Me imagino que Ud. debe ser un señor con mucho trabajo. Aun más que Santa Claus, porque el Sr. del Jo Jo Jo trabaja unas pocas semanas y de enero a noviembre me parece verlo panza arriba en una playa del Caribe, con una chica de cada lado (o dos muchachos, por qué no, Santa Claus también tiene derecho) En cambio Ud. debe trocar lo sucio en oro todos los días del año. Supongo también que debe ser Ud. un hombre que recibe mucha correspondencia solicitando sus servicios, quejándose por sueños que han sido mal reparados o porque no pasó por la casa de alguien que lo estuvo esperando.
Yo no me quejo. He tenido sueños hermosos y muchos se cumplieron. Y Ud. pasó más de una vez por mi casa, reparando, corrigiendo, administrando mis sueños. Y he sido un soñador feliz: todo lo he soñado, mucho se cumplió. Pero hoy me encuentro con que si Ud. pasara por casa, no tendría ningún sueño para acercarle hasta mi puerta para que me lo repare. ¿Será que envejecer no consiste tanto en perder el cabello o la vista sino en que uno ya no sueña? Porque eso es lo que justamente me sucede. Ya no sueño nada. Y mire que yo he soñado mucho, Don Reparador. He soñado intensamente las cosas que deseé. Incluso he soñado cosas que no deseaba tanto, de puro curioso. Me soñé Alejandro, me soñé jugador de fútbol. He tenido cosas que ni siquiera me atreví a soñar, pues siendo tan frágiles temía que se rompieran de sólo desearlas. Y así fue que soñé en voz baja que era artista. Que era feliz, rodeado de los míos. Pero, o yo no soñé con suficiente fuerza, o Ud. debe haber estado muy ocupado reparando sueños ajenos, de esos con automóviles y rubias despampanantes. Porque no pasó más por casa. Lo entiendo perfectamente, los sueños materiales son muy difíciles de reparar porque, casi casi, no son sueños sino ambiciones. Y le deben ocupar mucho tiempo.
El asunto es que –le decía- muchos de mis sueños se hicieron realidad pero, como agua entre las manos, se me escurrieron antes de que Ud. viniera otra vez a repararlos.
Pero si no me equivoco, todos tenemos una cantidad de sueños preasignada por quien a Ud. lo emplea. O al menos eso me gusta pensar. Y aquí llegamos al punto central de esta carta. Lo que quiero saber, Señor Reparador, es si los sueños que me quedan disponibles y sé que no soñaré puedo traspasárselos a una personita feliz que es muy de mi consideración y estima. Porque, ¿sabe qué pasa Don Reparador? Son tiempos muy difíciles, y quisiera que esté bien pertrechada de sueños. Al fin de cuentas, son tan alimenticios como el pan y como el agua. Y Ud. sabe mejor que nadie que no se puede vivir sin ellos.
Esperando su respuesta favorable, me despido con un saludo cordial, deseándole que se le cumplan todos, pero todos, sus sueños.
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Segunda Carta (2.014)
14 comentarios:
Cuando ví el título en FB me acordé "al tiro" de esta carta.
Me alegro, me alegro, me alegro, que hayas vuelto a soñar y especialmente que "esa personita" sea soñadora y feliz como su padre.
Dale un abrazo de mi parte en este día, aunque ella no lo sabe, tus amigos/as ya la conocemos y queremos.
Reparador de sueños:
Urgente stop.
Domingo triste stop.
Chile stop.
San pedro de la Paz stop.
Sueños por reparar stop.
Urgente stop.
Beatriz. end.
Querida Beatriz! Mira que el Reparador puede ir a visitarte en el momento menos pensado, incluso un domingo triste como éste!
Así que ten a mano los sueños que precisan ser reparados. A veces se demora un poco, lo notarás con las fechas de ambas cartas, pero ten la plena seguridad de que cumple.
Le daré tus saludos a la personita, y le contaré que hay amigos de su padre que le conocen y se interesan por ella, lo cual le gustará mucho.
Un fuerte abrazo de domingo nublado y con excelente pronóstico!
Sabio el raparador no se ausento en vano por su casa. Ud tiene el potencial de alcanzar sus sueños y de reparalos. ;)
Hola Marcelo demasiado tiempo sin pasra por aca tan ausente como estuvo el Sr. reparador, espero mi regreso sea tan bien motivo de alegría.
Abrazos
Pilar
Me encantan las buenas noticias, Marcelo. Gracias por compartirlas. Es la mejor forma de iniciar la semana. Un abrazo.
Ella, la de las 12 dulces primaveras, la de sueños traspasados y sueños propios, merece lo mejor.Serán 24...serán 48 y seguirá soñando. Enhorabuena!
me ha dado mucha ilusión volver a encontrarme con esta canción en particular.
me trae recuerdos muy gratos y otros tristes...
estoy emocionadisima
y te volvi a leer a pesar de que acabé la segunda cartita
dejamos de crecer y parece que somos personas que metidas en embrollos laborales y obligaciones.
ese reparador de sueños siempre me lo imaginé cada que escuchaba a silvio con overol y una gorra de esos de maquinista
no se porque´
no me pregunté si usaria bigote ni que tan bajito
soñe siempre y hasta ahora sigo haciendolo, aunque sé que aunque no soy ya una nuña, seguro soy muy ingenua a veces.
me has hecho llorar hasta aqui, no me extiendo mas... te pido porfavor no dejes de escribir
porque yo te leo yo, y otros mas
...
de alguna forma escribir también ayuda un poco a repararnos un poco el alma
(dejaré tu blog con la música puesta)
Gracias Cami! Todos tenemos ese potencial, gracias a Dios....
Y gracias a vos por pasar!
Querida Pilar! Tanto tiempo! qué gusto que pases por aquí, también es una reparación, eso de evitar el olvido.
Muchas gracias, un beso!
Gracias querido Ferragus! Las buenas noticias son buenas siempre, pero más al empezar la semana, o al transcurrirla, por el insípido miércoles.
Un abrazo!
Así es Esteban! Soñamos a los 12, a los 48 y a los 96...Y con ayuda de la ciencia más también!
Pongo música para que alguien venga y le guste, o le recuerde algo.
Parece a veces que crecer es dejar morir la ilusión.
Cada uno sueña al Reparador de una manera, para mí es súper enanito jajajajajaja
Seguí siendo ingenua.
No llores y yo río! y escribimos y seguimos detrás de este mundo abandonado (en apariencia)de los blogs
Muchas pero muchas gracias, querida Jo!
Me has dado esperanzas, Marcelo. Yo también tengo a veces la sensación de haber perdido la capacidad de soñar.
Pues es sólo una sensación, Paloma, porque es imposible no soñar. Aunque a veces nos parezca imposible lo contrario.
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