sábado, 27 de septiembre de 2008

La travesía

Música para esta entrada: U2 y led Zeppelin


El hombre va en su vieja camioneta por la solitaria ruta de La Pampa. Lleva muchas horas al volante, y sabe que el principal peligro aquí es la nada. El tramo que acaba de tomar tiene más de doscientos kilómetros sin una sola curva. Una línea recta cruzando la llanura, perfecta, aburrida porque apenas pasan otros autos, y por eso, peligrosa.
Más de un siglo atrás, los gauchos que cruzaban el desierto para llegar al Neuquén, llamaban a este camino “la travesía”: a caballo, con un frío intenso en la noche y un sol abrasador en el día, pocos lograban llegar con vida. Sólo desierto, apenas algunos arbustos, nada de agua.
Y ahora, aunque la ruta llamada “Conquista del desierto” esté bien, la travesía continúa siendo peligrosa. Nadie choca, pero muchos se duermen, muerden la banquina y al querer enderezar el auto, vuelcan en soledad. Cien años después de los gauchos de a caballo, y por otros motivos, el paso sigue siendo igual de solitario y mortal.
El hombre conoce la historia y quiere llegar rápido a Neuquén.
Pero el sueño comienza a vencerlo. Y ya no hay nada hasta dentro de 190 km. Ni el teléfono tiene señal. Amanece y comienza a arrepentirse de no haber parado en el último pueblo…Y esa línea recta de doscientos kilómetros empieza a fastidiarlo. Hace rato que no cruza a nadie. Los párpados insisten en cerrarse. Pone la música fuerte, pero no hay caso.
Piensa en detenerse pero el desierto lo asusta. No sabe si seguir o dar la vuelta. Para evitar la banquina, y viendo que nadie viene por la mano contraria, acelera a fondo por el medio de la ruta. Ya no es él quien conduce. Le parece verse desde afuera. Un tipo adormilado manejando la vieja Ford por el centro del camino.
También ve desde afuera al mismo tipo, cuando finalmente se duerme. Quiere avisarle que va a morder la banquina pero no puede. Sabe que el volantazo postrero que intenta será inútil. Las ruedas de la F100 ya están girando en falso de cara al cielo azul, en el medio del desierto pampeano. Es la travesía que no perdona.



26 comentarios:

xxxxxxxx xxxxxx dijo...

En esos casos como se agradece la compañia. Yo soy excelente copiloto, converso, pongo musica, canto desafinado, cuento chistes y digo !necesito un baño! cada media hora.
Besos.

Lindo paseo por la pampa, no la conocia.

Merche Pallarés dijo...

¡Qué angustia querido! Qué bien has descrito esos parajes tan grandes y solitarios que abundan en todo el continente americano. Besotes, M.

Martine dijo...

Ya buenos días cuando lo leas!

Buenísimo y angustioso relato Marcelo... ¿Quien no ha sentido al volante esta pesadez de los párpados, aun con música a todo taco , ventanillas abiertas, etc...? Lo peor es ir sol@ en el carro, y que tu otro yo no te despierte a tiempo...

Un beso Marcelo!

Marta dijo...

Marcelo
perdon por no comentarte en tantos dias, pero no estamos pasando por una buena epoca.
Me acuerdo de lo que hablamos de Carlos Gardel, te prometo que en cuanto pueda, busco la informacion.
Sabes el mes que viene mi hija se va unos dias a tu pais......que evidia me da...

petonicos, sempre.

angela dijo...

Marcelo, la monotonía es traicionera y aburrida, sabía que la Pampa era como tu muy bien la describes pero, lo que no sé Marcelo, es que si fue allí donde Cafrune perdió la vida atropellado por un coche cuando viajaba en su caballo, él ha sido muy famoso cuando estaba en la facultad de letras tenía todos sus discos, me gustaba, aún recuerdo aquella canción tan bonita del niño y el canario...¿ la recuerdas tú?. Que la semana te sea propicia.Un abrazo Angela

marichuy dijo...

"66 a highway speaks,
of deserts dry, of cool green valleys, gold and silver veins,
all the shining cities
In this heartland
In this heartland soil
In this heartland
Heaven knows this is a heartland
Heartland...heartland..."

["Heartland" de U2]

Si esa ruta de la Pampa hablara...
Saludos

fritus dijo...

Si es que en América lo teneis todo a lo grande....conocí a un ex-taxista venezolano que llevaba un limón en la guantera para casos como estos, se echaba jugo en los ojos...y adiós al sueño! ( como lo oyes)

un abrazo

Anónimo dijo...

¡Hola Marcelo! Qué bien descrita la angusti, la soledad del viaje.

¿Sabes que existe un blog que se llama Autores reúnido? Publican los relatos que les envíamos; esta ves va de viajes; te dejo el enlace por si apete ce: http://relatocompleto-relatocomansi.blogspot.com/

Has de enviarlo escrito en verdana 12; espacio normal.

Besos R.

mreina dijo...

Si esas rutas hablaran...¡fenomenal relato¡

Anónimo dijo...

Unos de mis sueños repetidos ( d e los reales ) es hacer una travesía parecida, no sé exactamente en qué lugar, pero algo parecido a los que nos has contado. Algún día quizás lo consiga.

Me ha encantado esta entrada, Marcelo, eres entrañable


un beso

Mariela Torres dijo...

Muy buen relato, me parece verlo y sentirlo a ese viaje.

marichuy dijo...

Marcelo

Ya le pushe y sale la el nombre de la rola Heartland de U2, pero no se escucha.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Aquí, en la meseta castellana, también tenemos rectas interminables que no llegan nunca al horizonte, pero no tan largas.
Buen relato, sin concesiones.

Beatrice dijo...

Buen relato, así son esos caminos de la pampa, hemos pasado por ahí varias veces, se ve terrible,pero tiene su belleza.
Saludos Marcelo.

Bloc de Moda dijo...

Hola!!
como estas??

estoy llegando a casa, asiq prometo leer esta entrada y sii!! obvio q sera super interensante tu visita a la gran manzana!! soy toda una fanatica de la ciudad de NY!! en http://perrystreet.wordpress.com esta algo de lo vivido por mi alla pero focalizado en la serie Sex and the City


saludos!
Lorena

M.L.Rod dijo...

Le hago un (también espontáneo) comentario: Excelente entrada! La encuentro muy fácil de vincular a la última mía; la pampa, donde a veces hasta la tierra misma se siente sola.
Adoro tu país, de donde viene una miutad mía.
Besos

Anónimo dijo...

Bello, bello.

CarmenS dijo...

Se ponen los pelos de punta al imaginar esa planicie desierta...

Teresa dijo...

Tienes tiempo hasta de ver tu propia muerte... interesante camino y relato

Supongo que será por lo de siempre, el dinero, pero ¿no se les ha ocurrido instalar una línea férrea? Claro el número de muertos no es el suficiente como para planteárselo. Además, es de lo que más sobra en la tierra, nosotros.

Susana Peiró dijo...

Le llaman el “Síndrome del Sueño Blanco” (el conductor está con los ojos abiertos pero pierde la atención, “baja a la banquina y cuando quiere regresar, da un volantazo y vuelca”). Algunos creen que el camino está embrujado.
Muchos cazadores terminan “cazados” por esa travesía que antes y ahora, confronta al hombre con sus propios límites.

O es “Cosa e' mandinga” al decir de los chogau!

Anónimo dijo...

Hola, no había entrado a visitarte, qué bello relato y también los anteriores que no había leido. Heartland de U2... power!
Un abrazo.

esteban lob dijo...

Hola Marcelo:

Nos hermana el desierto. En el nuestro, el de Atacama, también se suelen dar historias como la que cuentas.

Saludos.

Lore dijo...

tienes el don de trasladarme a los sitios que describes!
que bueno, porque nunca antes estuve en una solitaria ruta de la pampa...
:)
buenísimo relato, marcelo
un beso
lore

AriaDna dijo...

Que tremendo..da repelus de como lo cuentas

un beso

begoyrafa dijo...

Me ha recordado este relato a las películas americanas, a esas de largos viajes por carreteras del desierto. Allí casi siempre iban a enterrar cadáveres. ME ha gustado el ritmo, la angustia.
Pedro te habla de la meseta castellana, más al norte, en Asturias no tenemos esos problemas, aquí las rectas son escasas. Tenemos el mar y la montaña demasiado cerca. No hay espacio.
Un abrazo
Rafa

Nadar sin agua dijo...

Viajé por allí cuando iba de Neuquén a Puerto Madryn, hace tiempo. Recuerdo que al atardecer paramos en el medio de lo que nos parecía el corazón de dios, el viento nos aturdía y el cielo dalinesco nos obligaba a entrecerrar los ojos. Un camino al horizonte sin paradas intermedias podría muy bien haber sido una de las pruebas de la odisea.
Un abrazo.

Bitacoras.com