martes, 2 de septiembre de 2008
Noticia de una muerte
Cuando entró al cuarto, llevaba diez minutos muerto. El médico de la familia, conocedor de la larga enfermedad, llegó y firmó rápidamente el certificado de defunción, pensando más en el fin de semana que empezaba con un sol radiante, que en deudos y demás elementos del folclore que adornan a la muerte.
A partir de ese momento, él se iría a quedar solo en esa casa compartida por los dos desde que ella los dejó hace tantos, pero tantos años, que ni su rostro recordaba.
Empezó por la mesa de luz. Primero delicadamente, como si todavía la presencia del muerto desaprobara un eventual desorden. Luego apuró el ritmo y empezó a revolver frenéticamente cajones, cajoneras, roperos, placards, cómodas, modulares, escritorios, libros, cuadros, el horno de la cocina, el congelador, huecos, falsos fondos; cavó en la tierra del patio, rompió jarrones, revisó adentro del televisor, de la radio, del rollo de la persiana…y nada.
Nada de nada de nada de nada.
Nada, absolutamente nada.
Arrimó una silla al lecho. Lo miró. Se sonrió. Pensó en putearlo, en preguntarle por qué. Pero los por qué iban a empezar desde el día en que nació. Y si nunca se lo había contado, ni él se lo había preguntado, ya era demasiado tarde.
Entonces marcó el número de su hermano, el que vivía lejos.
-Vení, que papá se murió.
A partir de ese momento, él se iría a quedar solo en esa casa compartida por los dos desde que ella los dejó hace tantos, pero tantos años, que ni su rostro recordaba.
Empezó por la mesa de luz. Primero delicadamente, como si todavía la presencia del muerto desaprobara un eventual desorden. Luego apuró el ritmo y empezó a revolver frenéticamente cajones, cajoneras, roperos, placards, cómodas, modulares, escritorios, libros, cuadros, el horno de la cocina, el congelador, huecos, falsos fondos; cavó en la tierra del patio, rompió jarrones, revisó adentro del televisor, de la radio, del rollo de la persiana…y nada.
Nada de nada de nada de nada.
Nada, absolutamente nada.
Arrimó una silla al lecho. Lo miró. Se sonrió. Pensó en putearlo, en preguntarle por qué. Pero los por qué iban a empezar desde el día en que nació. Y si nunca se lo había contado, ni él se lo había preguntado, ya era demasiado tarde.
Entonces marcó el número de su hermano, el que vivía lejos.
-Vení, que papá se murió.
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34 comentarios:
Ahá! El muy turro escondía plata y no le dijo a nadie donde???
Che, y esa música! mientras leía y escuchaba se me iba poniendo la piel de poio (te lo dije en cordobés)
Saluditos
Por algun lado tendrá que estar lo que busca (seguro que como dice Marichu, plata). No ha mirado debajo del colchón... Besotes, M.
Igual buscaba los papeles de la adopción. O los que probaban que era hijo del hermano de su padre, y no de su padre. O los del cambio de identidad (de su padre, que era un ex-mafioso en el programa de protección de testigos). O igual su padre era un príncipe expulsado de su reino (por enamorarse de una plebeya?, por querer derrocar a su padre el rey?). O igual sí, simplemente buscaba dinero...
;--)
A mi me gusta más imaginar que buscaba algo más interesante que dinero, como decís: papeles reveladores, pruebas de un pasado inconfesable o maravilloso... algo menos prosaico que la plata. Lo malo va a ser cuando llegue el hermano y el protagonista comprenda que lo que busca se lo llevó el otro cuando se fue,
quizá la prueba de que no son hermanos...
Es que hay muertes que salen caras.
Saludos.
Maldita literatura. Uno no puede leer eso y pesnar que el hermano buscaba dinero y quedarse tan tranquilo. Maldito cine que me hace pensar que lo que buscaba eran respuestas que nunca jamás había planteado.
No sé por qué Marce, cuando te leo, siempre creo que dices mucho más de lo que cuentas, que debemos buscar entre líneas mensajes ocultos. Un día publicarás un post en blanco y buscaré interpretaciones ocultas. Maldita poesía...
Un abrazo
Rafa
PD. Ahora ya sé cuando es tu cumpleaños.
Vaya. A mí me pasa lo mismo. Tengo la sensación de que hay oculto mucho más que la búsqueda del previsible dinero o las previsibles respuestas.
Pero igual es cosa mía.
Marcelo
A mi me dan dos ideas: a) buscaba una cajita con papeles importantes, reveladores de algún misterio... b) simplemente andaba tras el testamento.
Saludos
Bueno, Marcelo, desde que entré en tu blog esta mañana tengo puestos los auriculares con tu música y verdaderamente es una selección deliciosa. Estoy trabajando y bailando por dentro. Mis amigos blogueros me están reconciliando con la vuelta al curro ¡Un millón de gracias!
No buscaría el cadaver de su madre??
jajaja
Buen relato, nos has dejado a todos con el suspense :)
Besossssss
Nada, nada, olvidense. Buscaba una copia del testamento para ver si se iba a quedar con toda la casa para él o la iba a tener que compartir con su hermano.
O... espera. Se me ocurre que a lo mejor buscaba una foto de su madre para recordar su cara, que por un momento se le borró y enterrar al difunto con ella al lado.
¡Ay! El romanticismo me puede...
Para mí no hay duda que buscaba la revelación de un secreto: "los por qué iban a empezar desde el día en que nació"
Va por el lado de la madre, creo yo.
Marcelo siempre nos hace leer entre líneas, es muy astuto.
Podés hacer un final con varias opciones: buscaba dinero, papeles, un arma para pegarse un tiro.
O podés dejarlo como está, y sumirnos a todos en un misterio corrosivo.
:)
¡¡¡Ya empezamos con la intriga!!!...Majo a ver si pones pronto la continuación,porque esto es un sinvivir.
Besos
Perdon, siempre leo hasta los comentarios y nunca vuelco mis sensaciones.
Puede ser que lo que buscaba era una foto suya o algun dato filiatorio, que le demuestre por lo menos muerto, una pizca de amor o cariño hacia el. MAP
Ah. Nos quieres engañar. Porque todos estamos pensnado en dinero y quieres sorprendernos. ¡Hazlo! ¡Quiero saber!
Un abrazo, Marcelo.
fantástico relato...joder, tío..me has dejado de piedra...
igual si que era algún papel lo que buscaba, pero la hipotesis de la pasta no debe descartarse...
un abrazo.
He sospechado alguna vez que la única cosa sin misterio es la felicidad, porque se justifica por sí sola (Jorge Luis Borges)
La mejor receta para la novela policiaca: el detective no debe saber nunca más que el lector
(Agatha Christie)
Pues que buscaría?????Ý que buen hijo!,no estaba acongojado!!!esto me recuerda a los relatos de mi hermano que trabajaba de chofer en una funeraria,duró en el empleo un mes,no soportó ver como la gran mayoría de los familiares de los difuntos que trasladó se peleaban delante de el por un ropero,por una mesita de luz etc,y mi hermano que iba pálido porque es miedoso y como que no era este un trabajo para alguien como él.
Opino como Fritus no ha y que descartar ninguna hipotesis.
Un abrazo.
A todos les digo, con conocimiento de causa: si siguen preguntando como sigue, nunca lo sabrán!! Y encima apareció Menardez para embarrar la cancha!!
Marcelo, no sé que pasa con mi blog que no me deja hacer comentarios (no me acepta mi contraseña...). Quería agradecer tu último comentario y decirte, una vez mas (te lo he comentado en diferentes comentarios) que no tengo acceso a tu música, no oigo nada--tengo el volúmen puesto-- no sé qué ha pasado. Lo siento pero gracias por dedicarme una canción. Besotes, M.
Besos y feliz día :)
Osea eso era lo más importante!!
Al no encrontar nada ya se avisa a los demás que fuerte!!
Siempre imperando el consabido egoismo... que pena, el cariño que lo zurzan.
Y pensar que es eso la autentica realidad.
Que piense que a él le van hacer lo mismo si no hace las cosas medianamente bien, para que no le quitar nada a los demás herederos.
Besos y un abrazo amigo.
Perdona Marcelo, pero si no interviene nuestro detective, nos quedaremos "in albis", igual se confesó al H.M, y entonces peor lo tenemos...
Tengo una jugosa historia referente a mi bisabuelo 5 minutos antes de morir, a los 96 años... Pero él sí dió pistas a su nieto, mi padre...Lo explicaré algún día...
Besos Marcelo, siempre nos sorprendes y nos adiramos ante tus escritos..
Suprimí el segundo comment, salió repe... aún tengo mermadas las facultades...
¡Marcelo! mi hija lo ha solucionado, ya oigo la música... Besotes, M.
Estaba buscando lo que había muerto con él. Cada ser querido que perdemos es un hueco en nuestra propia historia. Un abrazo.
Seguro que había algo que no encontró. Y que tampoco encontraría su hermano. ¿O sí? Igual su hermano conocía un secreto y no tenía prisa en acudir.
Primero, decirte que soy una despistada de marca y que hasta ahora caigo en la cuenta de que eres "Marcelo" el de "Miriam" (perdonando la inconveniencia jejeje).
Lo segundo es desearte felicidades y decirte que aquello que escribieron de "papá lo sabe todo" me llegó al corazón.
Como me ha llegado este relato, no por la intriga, sino porque se conecta un poco con mi historia: yo he sido huérfana de padre, dos veces y he revuelto cajones (imaginarios porque no tuve la oportunidad material de hacerlo) justamente buscando los "por qué" de muchas cosas. Al final lo dejas, para seguir- como diría Jaime Sabines- muriendo la hermosa vida.
Un beso
PD:
La música ¡Soberbia!
Ay, esto esta muy triste!!!!
Besos
lo que busca se lo llevaron hace mucho tiempo y no lo va a encontrar porque ya es demasiado tarde para que le respondan a ese porqué. Besos
Es un texto realmente fantástico Marcelo. Te felicito. Y te admiro.
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