sábado, 28 de noviembre de 2009

De cómo dos traducciones fallidas de la “Historia del Concilio de Trento” del Padre Sarpi me permiten concluir que Dios es conservador.

Cuenta James Boswell en su “Vida de Samuel Johnson” que el en aquel entonces ignoto y pobre escritor inglés le propuso al editor de The Gentlman's Magazine la traducción de dicha obra del original italiano, a la cual le sumaría una vida del autor y notas teológicas, históricas y críticas, con tanta mala suerte que, apenas publicados algunos capítulos de dicho trabajo “se dio el caso, por extraordinario que pudiera resultar, de que otra persona que atendía por el nombre de Samuel Johnson, bibliotecario de St. Martin in the Fields y cura de la misma parroquia, había emprendido idéntico trabajo con el patrocinio del clero”
Es por ello que se produjeron “escaramuzas de poca monta” entre los homónimos rivales y luego de destruirse mutuamente, ninguno de los dos traductores siguió con el trabajo iniciado.



Superstición por la estadística

Me preguntaba cuantas posibilidades había de que ocurriera lo que ocurrió, es decir que dos traductores se llamaran Samuel Johnson y quisieran traducir en un dieciochesco Londres la “Historia del Concilio de Trento” del Padre Sarpi. Por empezar, el primer dato que obtuve fue que en la Inglaterra de aquel entonces había seis millones de habitantes. Es cierto que Johnson parece un apellido muy común, siendo que significa “hijo de John” Por otra parte Samuel quiere decir “al que Dios escucha” o “nombre de Dios” y también era y es un nombre común. Y que si bien hubo un auge de traducciones en la Inglaterra de aquel entonces lo cierto es que en pleno siglo de las luces el 70% de la población europea era analfabeta. Por otra parte, si bien la bibliografía que existía en ese momento sobre un concilio tan importante era copiosa, lo cierto es que Sarpi, siendo un enemigo de la Iglesia Católica y estando su historia del Concilio incluida en el Index librorum prohibitorum, tenía que ser un personaje interesante para los ingleses.


Malas noticias: Dios es conservador
Pero aún así, que dos Samuel Johnson quieran traducirlo a la vez, me parece que es un desafío a las estadísticas que puedo atribuírle carácter metafísico: a contrario sensu de la etimología del nombre de los traductores, Dios no quiso escuchar a ninguno de los dos Samuel decir que un Papa que elabora listas de libros prohibidos no puede ser bueno. Lo cual me lleva a una conclusión escalofriante. A Dios le gustan los papas como nuestro querido Benedicto XVI.

Consultas
Vida de Samuel Johnson, de James Boswell
http://html.rincondelvago.com/la-primera-fase-de-la-revolucion-industrial.htm
http://significadodelnombre.net/samuel.html http://www.misabueso.com/nombres/nombre_samuel.html
http://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/5577/1/RAEI_01_07.pdf
http://es.wikipedia.org/wiki/Ilustraci%C3%B3n
http://es.wikipedia.org/wiki/Paolo_Sarpi

Imágenes: Paolo Sarpi y uno de los dos Samuel Johnson

13 comentarios:

Susana Peiró dijo...

Muy interesante artículo y aún más, la conclusión ( sagaz…y retadora)
Nuestras respectivas inquietudes tienen unos 1200 años de distancia. Y le cuento mis porqués. Transito el Concilio de Nicea (el primer concilio ecuménico que se realizó en el 325, y Usted el de Trento, en 1545) y todo por un lector de mi espacio que dejó el siguiente comentario en enero de 2008: “…No te preocupes por si el Vaticano altera Wikipedia. Toda la historia completa fue reescrita. El nuevo Testamento en Nicea (Niza) y todo lo demás en la alta y baja edad media. Gracias a los Omeyas, tribu de Damasco que invadió la península ibérica por invitación de D. Julian de Ceuta, la cultura latina que había sido transformada en derecho eclesiástico y la cultura griega se recuperaron en la escuela de traductores de Toledo. Si no, habríamos perdido Grecia y Roma. Total, que lo que tenemos, ya va bien alterado por Roma, la eterna.”

(Ya le preguntaré su opinión sobre este tema. Por mi lado, sigo la investigación)
Volviendo a su artículo (disculpe la digresión) desconocía el dato del enfrentamiento entre estos homónimos. “Vida de Samuel Johnson” luce cada vez mejor.

Muy buen trabajo Marcelo, aunque claro, se siente el escalofrío....
Buenas Noches.

SIL dijo...

Magnífico, Marcelo.
Sos una interesantísima caja de sorpresas.
La conclusión de tu post de hoy, te da asquito, obvio, aunque es IRREFUTABLE...
Pero si me permitís un agregado a tu sutil ironía de la frase final, yo diría, que :

A DIOS, NO LE DEBE GUSTAR NINGÚN PAPA...
:)
Besos millones, LOCO DIVINO.

Merche Pallarés dijo...

Estupendo y pedagógico tu post de hoy. Muy interesante tambien la aportación de SUSANA y estoy con SIL de que a Dios ¡no le debe de gustar ningun Papa! Las religiones organizadas, especialmente la católica, han tergiversado todo a lo largo de la historia. Mejor no creer en ninguna. Besotes laicos, M.

Cristina dijo...

Según el Manual del Alumno Bonarense,"un conservante es una sustancia que detiene o minimiza el deterioro causado por la presencia de diferentes tipos de microorganismos. Este deterioro puede producir pérdidas económicas sustanciales. Por otra parte, los alimentos alterados pueden resultar muy perjudiciales para la salud del consumidor."
Un Dios conservador es un hacedor de conservas, que se las ingenia bien para que las bacterias de Jonhson & Jonhson y la levadura de Serpi no vayan a alterar los únicos alimentos producidos, aprobados y vendidos en el mismo gran alma-cén, que no reconocen fecha de vencimiento, y que por eso son un gran negocio. Traducciones como esa rápidamente alterarían los productos, arruinarían la riqueza espiritual y dañarían la salud de la población, que estando controlada tiene vida eterna.
Benedicto XVI, aún preparado convenientemente y envasado herméticamente para ser conservado comestible durante mucho tiempo, jamás me será digerible.
Y si Dios, superado en su naturaleza por los microorganismos pensantes , acude a los conservantes químicos, deberà tener presente que son sustancias que impiden el enranciamiento, y ya sabemos que no se puede impedir que se vuelva rancio aquello que por naturaleza lo es.

Asombrosa su histórica y pensante entrada. Su ingenio se mantiene intacto y naturalmente renovado. No necesita conservantes.

Juan Duque Oliva dijo...

Pero no aprendemos oiga y mira que lo sabían hace tiempo

Marcelo dijo...

Gracias por el aporte Susana! El problema de los concilios (o uno de ellos) es cuando reescriben la historia, lo que suelen hacer para empeorarla y ni siquiera lo hacen artísticamente. Se imagina una reescritura de la historia a cargo de Wilde, por ejemplo?
Algunas veces se equivocan y resuelven modernizarse, generalmente con 500 años de atraso.
La Vida de Samuel Johnson se la recomiendo fervorosamente.
Un beso!

Marcelo dijo...

Sil: Muchas gracias por tus palabras! Aunque no estoy convencido de lo que decís. Porque o Dios es un fanático del libre albedrío y permite que la institución más vieja del mundo perdure con prácticas medievales, o le gusta que sea así!
En cualquier caso, deseo que la razón sea tuya.
Un beso

Marcelo dijo...

Hola Merche! Pero no creer en ninguna religión tampoco me reconforta mucho. Si hemos de no creer en ellas por culpa de los intermediarios, deberíamos entendernos con el dueño del mundo (no me refiero a Bill Gates sino a Dios)
Ahora si la falta de fe es sobre la religión en sí misma más allá de sus intermediarios, hay que tener un grado de valentía que sólo tengo a veces. Por eso digo que soy ateo por las mañanas y agnóstico por las noches. Por las dudas, viste...
Un beso

Marcelo dijo...

Cristina:
Me revelaste un secreto del universo con eso de que "Un Dios conservador es un hacedor de conservas" Ahora lo miraré a Herr Ratzinger con algo más de benevolencia. Tal vez sea solamente un partícipe secundario en este ilícito!
Un beso

Marcelo dijo...

No aprendemos Juan. Y eso que la letra es siempre la misma!
Un abrazo

Richard dijo...

A ver... primero Los Johnson y Johnson son los antepasados de los de las ... perdón, "toallitas"...pido disculpas pero me acometió la duda, vió?
Los Papas cuando se le queman las papas, qué hacen...?

Y nuestro querido Benedicto XVI es como un cuadro con un hermoso marco, vacío de imágen...y la sombra del Polaco por ahí ...Como siempre me descubro ante usted ...Maestro!

Maga h dijo...

Que mal gusto tiene Dios!

Marcelo dijo...

Richard: no te habrás tomado el ron de Poe vos?
Un abrazo!

No se me había ocurrido Magah! Me parece que tenés razón.
Un beso

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