martes, 10 de noviembre de 2009

La crucifixión de un hombre cualquiera

Se va de casa todas las madrugadas y vuelve a las 23, y sin embargo los días 15 ya no tiene dinero. No le queda a nadie por tocar: sus padres, sus amigos, sus vecinos, sus compañeros, todos le han prestado a sabiendas: esa plata no volverá. Está por conseguir otro trabajo los fines de semana. Aunque no sabe con quien dejará a los chicos.

El hombre cualquiera no se queja porque todavía comen seguido. Lo único que le molesta es que cuando se acuesta siempre sueña el mismo sueño. La cama lentamente se pone vertical, y siente que le clavan las manos y los pies. Pero a diferencia de Cristo, él no resucitará. Ni siquiera podrá morirse, como es su deseo, porque sus hijos sólo cuentan con él. El tipo es crucificado todas las noches hasta que suena el despertador, cuando llega la hora de volver al trabajo de un hombre cualquiera.

Tal vez, ese que viaja con vos todos los días.



Pintura: Georges Roualt, Crucifixión

32 comentarios:

Marcelo dijo...

Yo conozco un Jesucristo en cada barrio, en cada esquina. Sin embargo a nadie se le ocurre montar una iglesia detrás de ellos.

Refugiada dijo...

Marcelito, cerré mi blog pero abrí otro :)

http://losrefugios.blogspot.com

Linda canción, Bruce Springsteen!

Besos

Xili

Cristina dijo...

Cruces en el subte y en el carro. Cruces en las fábricas y en los basurales. Cruces en los bares y en las ollas populares. Cruces en la cola para el subsidio y para entrar en la visita del presidio. Cruces por todos lados, muchas cruces.
¿como en los cementerios?

Anónimo dijo...

"Cuando estén secas las pilas
de todos los timbres que vos apretas,
buscándo un pecho fraterno,
para morir abraza'o.
Cuando no tengas ni fe,
ni yerba de ayer secándose al sol..."
(E. S. Discépolo)

Nadie abre una iglesia porque esos cristos vienen sin promesas...
sin cielos por llegar,
sin vírgenes esperando,
sin jardines de Edén.
Nada prometen porque nada esperan más que la realidad de un nuevo día.

Aún así no se les niega nada de la puesta en escena...
tienen traición, via crucis,
gólgota, lanza artera,
vinagre, terror, grito...
y ladrones a ambos lados que
"se prueban la ropa que vas a dejar"
Conocemos a varios...
a cuántos le regalamos una sonrisa o una mirada franca?

Escalofriantemente bueno Marcelo...

Viviana dijo...

Yo conozco ese crucificado y lo he visto multiplicado. Muy duro y muy real. No podrías haberlo expresado mejor. Un beso enorme

Beatrice dijo...

Yo conozco de cerca a uno de ellos y poco puedo hacer por bajarlo de esa cruz, pero lo doy todo en el intento.
Eres grande y sensible Marcelo.
Me gusta tu blog, no dejas de sorprenderme.
Un abrazo
Beatriz

marichuy dijo...

Marcelo

Acá en la Ciudad de México, abundan esos Jesucristos (hombres y mujeres) y para 2010... habrá más.

Un beso de domingo de resurrección

Poli dijo...

mmm, durisimo...

Lena yau dijo...

Lúcido, Marcelo...

Texto óseo.

Sin arabescos.

Sin manipulación.

Una foto.

La imagen de la cama verticalizada es impagable.

Chapeau, Ch. P.!

Besos de aquellos!

Maga h dijo...

Maldito cronista! Sabés hacerlo muy bien!

MAGAH

PD: Gracias che, tus gestos siempre me llegan!

Mónica dijo...

Sí Marce... veo muchas cruces toooodos los días, lamentablemente, incluso niños, para quienes es demasiado pesada...

Y con respecto al post anterior: DÓNDE ME ANOTO?!!!!

Besitos

Ciberculturalia dijo...

Estupenda entrada. Me ha gustado
Un saludo
Carmen

Merche Pallarés dijo...

Desgarrador relato. Aquí tambien tenemos muchos crucificados. El mundo va de mal en peor; y pensar que mucho se solucionaría si los ladrones que han esquilmado a los estados ¡devolvieran lo robado! pero los CIUDADANOS guardamos el silencio de los corderos... Besotes, M.

Ana dijo...

Haces que experimentemos la sensación.
"Lo único que le molesta es que cuando se acuesta siempre sueña el mismo sueño. La cama lentamente se pone vertical, y siente que le clavan las manos y los pies. Pero a diferencia de Cristo, él no resucitará. Ni siquiera podrá morirse"
Me dio un vuelco el alma.
A la hora de dormir qué difícil será no acordarse de tu descripción realista de la explotación.
Es perfecto.

Camille Stein dijo...

la condena, como en el mito de Sísifo...

... los verdaderos héroes se forjan en la diaria cruz de la rutina



un abrazo, Marcelo

Anabel Botella dijo...

Más de uno lleva un Jesucristo en su interior, pero si se levanta todos los días a luchar, es como si resucitara.

Anabel Botella dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anabel Rodríguez dijo...

Un mundo entero a sus espaldas, eso es lo que lleva este pobre hombre. Un castigo, penitencia, una cruz de forma casi literal. Es un texto de amargura contenida, lúcido (como dice Lena), de los que te incitan a mirar alrededor con más atención.
Besos

Cecy dijo...

Ya se porque te quiero mas.

Me gusto mucho y no porque lo escribas bien o cuentes mejor.

Besos.

América dijo...

Duro texto Marcelo emociona y nos llama a la reflexión,has llegado directo al corazón,imposible pasar indiferente ante el dolor ajeno.

Un abrazo.

SIL dijo...

TE ADMIRO CADA DÍA MÁS, Y CON TODA LA FUERZA QUE MI ALMA TIENE.



Un beso multiplicado, como los panes y los peces ...
:O

Luis dijo...

Hola Marcelo:
Nos haces una foto de un crucificado social en este consumista mundo globalizado y cruel.
Es una escena que por desgracia se repite en nuestra sociedad y que tiene una difícil solución...
Un cordial saludo,
Luis

alba dijo...

Oh, punzante y certero texto, Marcelo, ¡punzante y sin clavos, que es lo más impactante! Hay un Jesucristo en cada esquina... y a veces más de dos también. Crucifixiones rutinarias que algunos llaman vida y yo llamo supervivencia.

Un dulce beso.

Mariela Torres dijo...

La descripción es tan perfecta, que hasta duele.

Besos.

Pame Recetas dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Pame Recetas dijo...

Cristos y Cristas por doquier y cada vez más. La vida debe dolernos así, antes que sea demasiado tarde. Bravo Marce!!

Gingerale dijo...

¡Que texto! Me conmovió profundamente.
Que terrible. Cuando sueña debería sentirse libre. Y sin embargo, siente que la cama lo crucifica. Será que se siente obligado a descansar, si es por él seguiría trabajando para que a sus hijos no le falte nada.

Anónimo dijo...

ay...se me anudaron las tripas

Soledad Sánchez Mulas dijo...

Inmóvil en su día,
de tanta carne fundida en el madero,
de tanta espina
que le atosiga el alma...

Bellísimo, Marcelo.

Un beso fuerte.

Soledad.

VeroniKa dijo...

voy a tener que contratar un comentario de esos que decías antes porque no sé qué decirte.


....mmmm.....

vale, otro dia vengo ;)

besos

Helena dijo...

Es muy bonito pero me ha dejado un gusto triste en la boca.
Un beso Marcelo.

miralunas dijo...

le dejo un piropo: usté es un lindo de verdá, que siempre me sorprende.
gracias por eso!

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