lunes, 23 de enero de 2012

Robinsonaden

Leyendo a Claudio Magris he descubierto que en Alemania existe un género literario conocido como “Robinsonaden”, novelas que imitan la saga de Robinson Crusoe sin ningún prurito. Hay más de doscientas versiones del náufrago de la isla perdida. En una de ellas, la madre del protagonista se une a un gran mono y le da hijos. Superada la primera impresión, llegué a las siguientes conclusiones: a) No creo que el mono sepa de la mujer y de los hijos muchas menos cosas de las que sabemos nosotros, los hombres b) El mono, antes, durante o después del acto amoroso puede despiojar a la mujer y acicalarle el cabello, servicios que no deberíamos menospreciar. Los problemas que tiene esta extraña unión no los comento porque son obvios, así que agrego uno solo, no menos importante. Si la mujer quisiera incorporar una banana a modo de juguete sexual el resultado sería frustrante: porque el mono banana que ve, banana que come. Enseguida.

17 comentarios:

Aina Rotger Vives dijo...

Esa pobre mujer no ha pensado en ello porque teniendo la opción de que te coman...¿quién elegiría otra cosa?

Cristina dijo...

Partiendo de sus conclusiones, llegué a las mías:
1) No creo que la mujer sepa del mono muchas menos cosas de las que sabemos de los hombres. Por el contrario, para entender al mono, basta un libro de zoología; no hay biblioteca que asegure ese resultado con un hombre.
2) Que el mono antes, durante o después del acto amoroso sea capaz de despiojar a la mujer da pautas de que le dedica tiempo, entiende la importancia de los juegos previos, y no se queda dormido al final. Esto es inhumano.
En cuanto a la banana,no me parece insalvable. Solo es cuestión de saber servirla.
En síntesis: la mujer la debe haber pasado de maravillas. (Habría que ver cómo sería a la inversa: a Chita no se la veía muy satisfecha, no?)

SIL dijo...

Bueno, tal vez el modo de salvar la desventaja sería tener MUCHAS bananas.

De cualquier modo, si esta unión prosperara y hasta lograra un marco civil, ¿por qué no? le daría un alegrón a Darwin y un espasmo bronquial a Benedicto.


Un beso, Marcelo.


SIL

Marcelo dijo...

Está bien pensado Aina. Que te coma un mono no es la mejor de las opciones!

Marcelo dijo...

Cristina:
Al punto 1: totalmente de acuerdo.
Al punto 2: totalmente de acuerdo.
Al asunto banana: Totalmente de acuerdo.
A la síntesis parte mona chita: pero se murió a los 80. Hay que elegir, o una cosa o la otra...

Marcelo dijo...

Buena idea Sil. El único problema es que el mono, atragantado de bananas, se duerma inmediatamente y no tenga ganas de nada

M dijo...

Jajajajaja, en serio????

Daniel Os dijo...

Me quedé pensando en las veces por no tomar la iniciativa de despiojar a la otra parte, uno se termina adaptando a su flora y fauna…

Un abrazo,
D.

SIL dijo...

Bueno, Marce, según mi limitadísima experiencia, éso que Ud apunta como ¨único problema¨también le suele suceder a algunos Homos Erectus...


:)

TORO SALVAJE dijo...

Seguramente el autor es el Julio Verne de nuestros tiempos.
Quizás el futuro va por ahí.

Saludos.

Ara Cervantes dijo...

xD
en que pensaba esa mujer ...?
ke cielo la proteja
jajaja

Marcelo dijo...

Te lo juro, Haifa...

Marcelo dijo...

La culpa no es del piojo, verdad Dani?
Un abrazo

Marcelo dijo...

Te juro que es la primera vez que me pas...digo nunca me pasó Sil!

Marcelo dijo...

Mientras haya reciprocidad, Toro...

Marcelo dijo...

No sé Ara, no sé! Y el autor?

Reina dijo...

La conclusión de la banana es desopilante... jaja
Sí que venís inspirado entre los chinos y los monos... jaja
Me hiciste reír bastante... jaja
Gracias

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