miércoles, 15 de abril de 2009

Un cuento (II)

Cuando el dragón volvió a su castillo nadie se encontraba en él. Puso agua en una inmensa olla, y con una bocanada de su fuego la dejó a punto para el té. Desde arriba de la torre se puso a contemplar sus solitarios dominios, y se dejó ganar por la tristeza. Al fondo del camino creyó ver una nube de polvo que se agrandaba. Era la princesa guerrera que volvía cabalgando de despachar a su ceniciento príncipe. Se veía amigable porque no traía su espada, así que el dragón resolvió invitarla a beber té con él. Ella no estaba segura del todo, pero la convenció de que no tenía nada que temer, por una sencilla razón: los dragones no existen.
El dragón le dijo que la vida es curiosa: el príncipe no quería ser azul, la princesa no quería esperar por ningún príncipe, y él estaba cansado de lanzar fuego por sus fauces y apresar princesas desvalidas…
La princesa lo escuchaba atenta. De repente abrió bien grandes sus ojos azules. Posesa, murmuró medias palabras ininteligibles. El dragón alcanzó a oír “conjurar”, y al rato “hechizo”. No tuvo tiempo de nada cuando la princesa le estampó un sonoro beso en su ardiente boca, y el mundo empezó a girar en su cabeza, hasta desmayarse.

Al rato se despertó. Estaba a la vera del río, y fue volando a fijarse en el agua en qué se había convertido. Sin embargo, seguía tan dragón como antes, y rojo, a mayor abundamiento.
La princesa estaba a su lado entristecida, pidiéndole perdón. Le dio otro beso, y nada, seguía siendo dragón.
Entonces él le ofreció dar un paseo, y remontaron vuelo. Ella jamás había volado, y el dragón le pareció muy divertido, y ambos se rieron mucho al pasar por el castillo del príncipe gris, quien los saludó melancólico desde una torre idéntica a la del dragón, aunque sin cadenas. Luego sobrevolaron bosques y montañas nunca vistos por nadie, y ella quedó subyugada por tanta hermosura.
Cuando volvieron al castillo, la princesa le dio otro beso al dragón antes de marcharse.
- No insistas, seré dragón para siempre, le dijo él.
- Lo sé, dijo ella. Y tal vez me guste que lo seas…
Cuando el dragón reaccionó, la nube de polvo se perdía en la oscuridad de la noche. Lanzó una brutal llamarada para iluminar el camino de regreso de tan exquisita princesa, y usó el último resto de su fuego para encender las velas del castillo. Y con el corazón rebosante de alegría, preparó su cena de mil perdices. Se miró en un espejo gigante y le gustó lo que vio. Para ser un animal que todo el mundo asegura que no existe, no le pareció que estuviera nada mal.






Esta continuación se la dedico a Rafa, quien me animó a escribir una segunda parte de gente feliz comiendo perdices. Si bien no es el final tradicional, no deja de ser feliz, sobre todo teniendo en cuenta la reticencia del autor hacia los finales "clásicamente" felices. Además, Rafa no aclaró que la gente feliz comiendo perdiz debiera estar junta. Viviana testeó la primera parte con una crítica exigente, deseo que la segunda no la decepcione tampoco. No sé si con mi crítica particular puedo albergar alguna esperanza...
Por otra parte, toda esta historia nació recordando este dibujo del niño de Lena, a quien se lo hice saber. Increíblemente y sin estar enterada de nada, Fusa descubrió que se trataba del mismo dragón, el del Pez Fruta

73 comentarios:

Lena yau dijo...

Eres un amor...Marcelo...

Estoy conmovida hasta la médula.

Yo creo que es el mejor de los finales, que es un final inteligente y feliz, que no hay nada como unas buenas perdices para celebrarse a uno mismo y que, solos o acompañados, siempre deberíamos comer a la luz de las velas.

Los besos que valen son aquellos que se dan sin buscar transformaciones, solo por el placer de darlos...la princesa lo descubrió, así que ambos tuvieron su final feliz.

Y no digo más porque ahora mismo tengo el corazón hecho agua chapoteante...

Mil gracias por esta hermosura!

Mil besos también!

Merche Pallarés dijo...

¡Qué majete el dragón! Me ha encantado cuando han sobrevolado su reino y cuando han tomado el té y cuando ella le ha besado y cuando él no se ha transformado en príncipe sino que se ha quedado dragón y el dibujo del niño de Lena y la sugerencia de Rafa y... (no acabaría nunca. Me ha gustado mucho). Muchos besotes mi querido, M.

begoyrafa dijo...

Sí que me gusta este final. Hay perdices y hay felicidad. Espero que el dragón sea generosos y le dé de docmer al principe ceniciento a ver si se anima un poco.
Un abrazo y gracias por la dedicatoria.

Anónimo dijo...

El amor debe ser incondicional y los amantes deben amarse tal como ellos son.
Me gusta el dragón sensible y cariñoso.
Besos.

Helena dijo...

A mi me gusta tu final Marcelo y me gusta tu dragón, quizas porque llevo en mi interior mitad corazón de dragón mitad de princesa guerrera. Un beso

Laura dijo...

Estimado Marcelo:
Me dirijo muy formalmente a usted para solicitarle, si no es molestia, que este cuento de dos partes sea leído por una humilde maestra española de Cantabria en sus clases. La abajo firmante entiende que es un cuento que combina sabiamente la fantasía y la realidad en dosis equilibradas y que, el alumnado que lo reciba será capaz de reflexionar y extraer interesantes conclusiones, así como de transmitir una crítica sincera.
Por todos esos mitivos, le pido me ceda el derecho a contarlo en clase, prometiéndole a usted, Don Marcelo, transmitirle, como feedback, las impresiones obtenidas tras en la clase.
Espero me otorgue el privilegio.
Esperando noticias suyas, se despide,
Laura

Camille Stein dijo...

un dragón principesco... y además dulce y rojo, a mayor abundamiento

eres un narrador fuera de serie, Marcelo, la imaginación te vuela y las palabras se postran ante ti

este cuento merece ser contado a todos los niños del mundo

un abrazo

Anabel Rodríguez dijo...

Es un final feliz pero no al estilo habitual. Espero que no se hayan extinguido las perdices, y que el dragón y la princesa, las coman juntos de vez en cuando.
Cambio de roles, y diversión.
De todas formas me sigue dando penita ese príncipe gris, que no consigue librarse de lo ceniciento de su vida.
Besos

Luna dijo...

Amar al otro por lo que realmente es sin tratar de cambiarlo, vaya moraleja. Me gusto mucho, es un cuento que le leería a un hijo, sin duda.

Besos

Marcelo dijo...

Lena: la culpa de todo este asunto la tiene el Pez Fruta, un verdadero príncipe multicolor...De todos modos, es un verdadero placer que entre ambos hayamos dejado tu corazón hecho agua chapoteante...
Un beso para cada uno!

Marcelo dijo...

Gracias Merche! Y me alegra mucho que te haya gustado mucho...
Un beso!

Marcelo dijo...

De nada Rafa! Y es verdad, podrían arrojarle alguna perdiz al principito, ese que se queda en la torre voluntariamente...Bueno, además de ver al Sporting y a Vélez, tenemos que agregar un paseo por Calamity Road, a ver si el castillo del Rey Juan aloja al principito. Tal vez lo podamos llevar de ronda y animarlo un poco.
Un abrazo

Marcelo dijo...

Parsimonia: muchas veces queremos ser lo que no somos, incluso frente a nosotros mismos, sin saber que siempre, siempre, habrá alguien que nos quiera así como somos, incluso con eso "terrible" que tan poco nos gusta de nosotros mismos, y para quien nos ama resulta una nimiedad.
Un beso

Marcelo dijo...

Es cierto Helena. Tenés esas mitades. Sin ninguna duda que sí, lo que te transforma en una especie de cóctel tan molotov como atractivo.
Un beso

Marcelo dijo...

Buenos Aires,15 de abril de 2.009

Estimada Laura:
Me dirijo muy formalmente a usted para responder su atenta misiva del día de la fecha, manifestándole mi absoluto beneplácito para que este humilde cuento sea leído en su clase. Pero no estoy seguro que tenga los valores que Ud. le encuentra, por lo que le sugiero lo lea parapetada detrás de su escritorio para neutralizar cualquier tipo de reacción negativa por parte de su alumnado ante su recepción...Debo decirle que me ha dejado el corazón hecho agua chapoteante, lo cual para mi sorpresa y alegría no es el primero aquí en este día...El cuento es suyo. Puede leerlo, publicarlo, resumirlo, lavarlo, plancharlo, guardarlo en un sobre o en una botella arrojada al mar. Y cómo Ud. misma ya se ha comprometido, requisito "sine qua non" es el feedback, incluso (o especialmente) si tiene forma de tomatazos en dirección a su persona durante la lectura.
El agradecido, siempre, siempre, voy a ser yo, ante su loquísima idea de leerlo en clase. Nunca voy a dejar de agradecérselo.
Salúdola a Ud. con mi consideración más distinguida, y Viva Vélez Sársfield, club de fútbol de mis amores.
Marcelo

Marcelo dijo...

Querido Camille: me honrás no sólo con tus palabras. También lo hacés con tus visitas por aquí, y te agradezco ambas cosas. Y no hace falta decirte lo mucho que te admiro y el afecto que te tengo! O tal vez sí, uno debiera ser más expresivo con las personas que le hacen bien.
Un abrazo

Marcelo dijo...

Anabel ecológica! Tenés razón, no quedarán perdices en el mundo a este tren...Lo hacemos vegetariano al dragón? No correrá peligro el Amazonas? Y respecto del príncipe ceniciento, es verdad, pobrecito...Tal vez llegue su turno un día...
Un beso y muchas gracias!

Marcelo dijo...

Muchas gracias Luna! Como he leído por ahí y readapté, hay personas que se enamoran del Che Guevara y luego le piden que se afeite y vuelva temprano de la selva. Y que en lo posible, haga la revolución de lunes a viernes, de 9 a 5...
Un beso

gloria dijo...

Marcelo, no creo que pueda decirte algo que no te hayan dicho ya mis compañeros de lectura y admiración hacia este rincón tuyo... Pero estoy en "la menor idea" y aquí cabe toda palabra hecha desde el aprecio. Eso lo he aprendido aquí, cada día, y por supuesto, no me iba a desdecir ahora.
Ayer nació Mario, el hijo de un primo mío al que quiero mucho. Ayer tuve el regalo de su carita después de tanto días... "raros"... y cuando le conocí le prometí que yo sería su cuentacuentos, le prometí que no me cansaría de incitarle a soñar para agradecerle el regalo de su existencia. El primer cuento que le lea (y que se convertirá en su favorito porque se lo leeré mil y una veces) será este cuento tuyo en dos partes, de príncipes grises, princesas aventureras e independientes y un dragón rojo con el alma más grande de todos los personajes de cuento, un dragón que, pese a no existir, siente, vuela, ríe y besa, un dragón pintado por Pez Fruta, reconocido por Fusa y hecho vida por Marcelo. Y cuando Mario sea más grande, sabrá decir también el nombre del creador de sus sueños.
Un beso y, sin pedirte permiso, gracias por el cuento.

Susana Peiró dijo...

Será dragón para siempre, y seguirá siendo visible o invisible, según su voluntad. “…en la primavera subirá a los cielos, y en otoño se sumergirá en la profundidad de las aguas”, dijo otro señor a quien también le gustaban mucho los cuentos y los dragones.

Le puso onda nomás! Y su sello personal al the end, Marcelo, precioso trabajo!
Un beso!

Martine dijo...

Son cuentos como esos los que hacen falta.. Estoy convencida que a Maqui le encantará escuchar esta segunda parte, tanto como a nosotros descubrr esta otra magnífica faceta tuya...
Te voy a confesar algo.. A mi los dragones me dan miedo, mucho miedo,no me fío de ellos,Pero el tuyo no... Es el único...

Un beso, Marcelo.

Merche Pallarés dijo...

Querido Marcelo, he leido todos los comentarios, ¿has pensado en escribir cuentos para niños (y mayores)? Creo que te forrarías y te podrías convertir en un Hans Christian Andersen bonaerense moderno. Piénsatelo. Seguro que así tu, Miriam y la niña podríais venir a ver a tus muchos admiradores de España. Muchos besotes, M.

Merche Pallarés dijo...

Soy yo otra vez. Además te convertirías en una atracción turística, al igual que la casa de Borges o Bioy Casares. Todo el mundo iría a ver la casa de Marcelo Christian Andersen... Ya lo estoy viendo...
La casa de Hans Christian Andersen a las afueras de Copenhaguen es visitada por millones de personas. Yo la visité.
Estoy muy contenta porque creo que ahí has encontrado tu filón, mi querido (más que en las de misterio que tambien son muy buenas pero más enrevesadas...). Sigue escribiendo. Muchos, muchos besotes, M.

Hada Isol ♥ dijo...

Marcelo!!!!!!!!!!!
vine a decirte que me resultó genial el cuento y que se lo leeré a mis hijos porque me gusta la idea que deja,de que no todos los finales felices son matrimonios de princesas huecas con principes azules,que las princesas tambien pueden ser grandes mujeres inteligentes e impactantes,que los principes no son el mejor ideal y que veces un dragón, no tan bello ,ni tan metrosexual puede hacerte volar ,llenarte de dichas y ser una excelente companía,ah y además que no hay necesidad de cambiar a nadie y aceptarlos como son!
En el camino de decirte todo esto,(curiosa como soy) lei los comentarios que te han hecho,por lo que te felicito,tu historia llegará a esos niños allá lejos,que orgullo!!!!!!!!!!!
escribes genial!!!!!!!!
Un abrazo!!!!!!!!

Merche Pallarés dijo...

¿Ves? Es lo que te digo... Muchos besotes, M.

Anónimo dijo...

Las princesas y los dragones siempre han hecho buena pareja.

Dragones que raptan princesas lo demuestra: están hechos uno para el otro.

bonito cuento; seguro que a tu hija le ha gustado tanto o más que a tus lectores.

saludos.



---
me gustó mucho la canción de Rufus.
me la llevo.

Cecy dijo...

Me gusto, la parejita de princesa y el dragón.
Y mas que termino feliz, porque de principes grises esta lleno.
Pero de dragones rojos, casi no se ven (cuak)

Besos Marcel.

Mariela Torres dijo...

Me encantan los finales felices, si no son felices me estreso.

Patty dijo...

Tus cuentos son maravillosos, Marcelo. Yo también creo que te harías unos buenos billetes publicando tus historias. Son muy buenas y sería genial que más gente las conociera.

Como no tengo niños a quien leerle tus cuentos, los voy a leer yo, ya que mi niña interior las disfruta mucho.

Besos.

Marcelo dijo...

Enhorabuena Gloria! Que Mario crezca sano y fuerte! Pero no lo castigues de entrada con mis Príncipes y Dragones...Sos un encanto, sabés? Y ojalá pronto le conozca la carita a ese Mario que tanto querés...
Un beso!

Viviana dijo...

Marce: Me encantóooo! Y a mi hija también. Dice que lo que más le gustó es cuando el dragón se desmaya porque la princesa le dio un beso. Me preguntó si iba a continuar, quiere (queremos) más.
A mí, particularmente, me gustó mucho que el dragón no deje de ser dragón, que la princesa lo quiera así como es y que, finalmente, el dragón se descubra a sí mismo y se sienta satisfecho.
Me parece el punto más fuerte y más interesante. A nuestra generación la han batallado con modelos inalcanzables que atentan directamente a la autoestima. A mí me gustaría que mi hija, a lo largo de su vida, no sufra de esos pesares, que sepa que es valiosa y maravillosa tal cual es. Y bueno sería que yo también lo aprenda. Me llegó al corazón. Es un cuento apto para adultos también.
Un abrazo grande
p.d.: no sé porqué te saqué tres sonrisas pero me alegro mucho de todas formas y me siento muy complacida y gratificada por haberlo logrado y porque me lo manifestaste.

Marcelo dijo...

Susana: "El tiempo ha desgastado notablemente el prestigio de los Dragones. Creemos en el león como realidad y como símbolo; creemos en el minotauro como símbolo, ya que no como realidad; el Dragón es acaso el más conocido, pero también el menos afortunado de los animales fantásticos. Nos parece pueril y suele contaminar de puerilidad las historias en que figura. Conviene no olvidar, sin embargo, que se trata de un prejuicio moderno, quizá provocado por el exceso de Dragones que hay en los cuentos de hadas..."
Una vez más, el poeta tiene razón. Muchas gracias por su recuerdo y tus palabras.
Un beso

Anónimo dijo...

Me tomé el trabajo de leer casi todos los comentarios, cosa que nunca hago, lo confieso. Ahora estoy en problemas porque debería superar todos los halagos que recibís y eso es absolutamente imposible.
De verdad que es maravillosa la mezcla de ingenuidad y amor puro.
Mi humilde conclusión...hasta el más horrendo puede ser amado siempre y cuando esa fealdad sea física y no de alma. Los feos de alma no son fáciles de querer.
besote

Marcelo dijo...

Gracias Selma! Le he leído la segunda parte y la escuchó con mucha atención. Eso sí, no le gustó mucho que la princesa besara...al Dragón! Y me gusta mucho que no le tangas miedo al mío...
Un beso!

Marcelo dijo...

Sucede que me querés Merche...De todos modos, desde ya que eres mi agente literaria para la zona Europa/Afganistán/Sudán. Qué me decís?
Un beso y muchas gracias...!

Marcelo dijo...

Muchas gracias Isol! Y desde ya te digo que le pasaré a mi agente Merche tu descripción del cuento, porque resume perfectamente todo lo que dije o al menos intenté decir...
Te mando un beso

Marcelo dijo...

Fero: tenés razón, y nunca lo había visto de ese modo, porque jamás nos cuentan para qué querrían raptar tantos dragones a tantas princesas...
Un abrazo

Marcelo dijo...

Cecy: definitivamente el Dragón se llevó el Oscár en el papel protagónico. Y Oscár, con acento en la "a" (cuak)
Un beso

Marcelo dijo...

Mariela: te estresé? (espero que no...)
Un beso

Marcelo dijo...

Me parece muy bien Patty! Al fin y al cabo, nunca me propuse escribirlo para niños. Como tampoco para grandes. En realidad, nunca sé lo que me propongo escribir. Así que leelo sin culpas.
Un beso

Marcelo dijo...

Viviana: fijate como se nota la diferencia de dos años de las chicas. A la mía le dio como impresión el beso al dragón, y a la tuya le gustó el desmayo. No pienso en la tercera parte, aunque llegado el caso, algo con el pobre príncipe gris habría que hacer...Y lo que decís dela autoestima tenés razón, cuantas veces nos han "matado" con modelos imposibles! La PD ya te la explico.
Un beso

Marcelo dijo...

Marichu: te entiendo porque a veces me pasa en los blogs, y hoy "me toca" a mi. La verdad es que estoy muy contento con todo lo que generó este Sr. Dragón! Y coincido con tu conclusión...
Un beso y gracias!

Merche Pallarés dijo...

¡ENCANTADA DE SER TU AGENTE LITERARIA! Porque sé que tambien me forraría... Muchos besotes, M.

Anónimo dijo...

Qué bien que las historias no terminan en el punto en el que el autor pone el ídem. Qué bien que siempre hay segundas partes para todo (y algunas hasta mejores).
Muchos besos.

Soledad Sánchez Mulas dijo...

Después de hilar el Pez Fruta de Lena, y tu primera parte con esta segunda... me parece GENIAL.

Aplaudo el final de tu cuento y te envío un beso enooooorme.

Soledad.

marichuy dijo...

Marcelo

Es bueno saber que a veces hay finales felices... pero diferentes a los típicos.

Pero insisto, me gustaba la princesa salvando al príncipe.

Un beso fantasioso

Sibyla dijo...

Hola Marcelo, me encantan los cuentos de princesas y dragones, pero éste en especial, pues veo que es un dragón al que se le puede sacar mucho partido...

Y el dibujo del niño de Lena es delicioso!

Un abrazo enorme querido amigo:)

YOR dijo...

Pasé por casualidad y me alegra de haberlo hecho!
Me encantó leerte! Que poco extensa sería la literatura del amor si todas las princesas aceptaran al dragón por lo que es!
Un abrazo desde Mendoza

Silvia_D dijo...

Genial el dragón, el cuento y tú, viejito,
Muchos besos y feliz fin de semana

Miriam dijo...

No quisiera estar en tus pantalones luego de todas las palabras que leí en los comentarios...
Todas más que merecidas, eres un escritor genial!
Que todos podamos algún día ponernos frente al espejo y que nos guste lo que vemos. Porque esta visión será la real, la que realmente somos, con todo lo bueno y lo malo.
Que todos tengamos un amor que nos quiera como somos, aunque esta taréa sera la mas dificil de todas.
Y que los finales sean siempre felices, juntos o separados, pero con ilusiones de encontrar una vida como la que realmente soñamos vivir.
Besos

Isabel Estercita Lew dijo...

Marce, un final inesperado, y el dragón, la figura que me cautivó en la historia se animó a salir de eso lugar donde el imaginario colectivo lo tiene encasillado.
Me prestás tu dragón para dar una vuelta?
Beijos

PD: tengo una luna llena vara vos en mi blog

SOMMER dijo...

Nuevamente sorprendente amigo.

p.d. Qué gusto ver a mi Gijón en tu blog.

mjromero dijo...

Vengo de leer los comentarios de lena...
es que a veces aquí no hay quien abra los comentarios y no espero, me largo,
No, no me ha defraudado la segunda parte...,
ahora ya sabemos que los dragones existen, son fantásticos, y depende de la mente maravillosa que uno tenga,
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Ya te dije que me gustaba mucho el dragón, que me parecía muy tierno. Y en esta segunda parte has acertado, me alegro de que Rafa te animara. Estaba pensado mientras leía que este podría ser un cuento perfectamente leíble por la noche en la cama de Maqui. ¿No? Yo es que ya te he imaginado... no me lo puedes negar. Y, después, tiro abajo para comentar, y me veo el dragón del Pez Fruta y sonrío recordando mi comentario anterior y después leo y me emociono y el cuento cobra aún más sentido. Es un detalle precioso todo junto, Marcelo. Quién nos iba a decir que los finales felices podían ser tan atractivos...

Un beso muy grande.

Anónimo dijo...

¡Ah! Que se me olvidaba. Lo que me ha gustado más es que, sin que surgiera la transformación, la princesa siguiera besando y besando...

Anónimo dijo...

Acabo de ir a la entrada anterior por si habías contestado a los comentarios. Y me he encontrado con esto: Anoche mi hija no se podía dormir y me pidió que le cuente un cuento. Así que con ligeras readaptaciones, le conté éste.

¡¡¡Te prometo que he comentado antes de leer!!!

creaciones un zapatito de cristal dijo...

el dragon delos eternos sueños besitos maria

Marcelo dijo...

Brujaroja: también hay terceras partes (esto ya se parece a Rambo...)
Un beso

Marcelo dijo...

Gracias Soledad. Y sin ninguna duda, comparto crédito con el Pez Fruta, que ilustró maravillosamente a ese Dragón, y me vi en la obligación de apropiármelo.
Un beso

Marcelo dijo...

Marichuy: hay de todo un poco, y me parecen bien las princesas valerosas que enfrentan dragones para salvar príncipes. Yo, me ofrezco para que me salven...
Un beso

Marcelo dijo...

Sibyla: el dibujo es precioso, y el Dragón ha sido generoso conmigo...
Gracias por tu visita!
Un beso

Marcelo dijo...

Yor: tu reflexión es fabulosa, como lo que intenté plasmar aquí. Gracias por tu visita!
Mandá tinto!
Un abrazo

Marcelo dijo...

Gracias x 3 viejita!
Un beso

Marcelo dijo...

Miriam: por dos de tus tres deseos, dejaría todo...
Un beso

Marcelo dijo...

Estercita: dale, te lo presto. Y que te lleve a encontrar tu luna.
Un beso

Marcelo dijo...

Gracias Sommer. Te gustó el toque gijonés? Qué bueno!
Un abrazo

Marcelo dijo...

alfaro: golpea fuerte, es que soy un poco sordo. Y si no abre sin golpear. Pero pasa por aquí!
Un abrazo

Marcelo dijo...

FUSA 1: Una vez más, como con el Pez Fruta, acertaste. Y en ambos casos, me emocionaste también.
FUSA 2: a mí también me gustó esa parte. Y me gustó que te haya gustado.
FUSA 3: te prometo que te creo! Cómo podría no hacerlo? Si no fueras la excelente escritora que eres, debieras hacerte adivina.
Un beso (a)divina

Marcelo dijo...

María: y del sueño eterno!
Un beso

Marilyn dijo...

¿quién necesita príncipes- del color uqe sean- cuándo se tiene un dragón rojo, muy rojo???
Muy bueno!

CarmenS dijo...

He tardado un poco en venir por aquí pero ha merecido la pena. Me gusta también este cuento. Y no me voy a poner moralista, pero la enseñanza que se puede sacar me parece mucho más interesante que la de esos cuentos tradicionales en las que las princesas son unas vagazas y los príncipes unos personajillos engolados a los que no hay quien aguante.
Brindo por los dragones que se sienten satisfechos de serlo.

Malvada Bruja del Norte dijo...

Yo me hubiera enamorado del Dragón tal cual, porque al final como la princesa muy bien deduce no hay que cambiar a nadie, sino "dejarse fluír" y apreciar lo bueno que los demás pueden darte. La perfección no existe.

Qué bueno, que Fusa supiera sin saber que el dragón era de Pez Fruta... Tod@s estamos conectad@s y la vida es MAGIA.

Voy a por el desenlace mi niño cuentista :-)

olhodopombo dijo...

eu adorei as ilustrações...

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