domingo, 12 de abril de 2009

Un cuento



El era un príncipe muy especial. Por empezar no era azul sino gris, aunque en realidad de niño sí lo era, sólo que después fue cambiando de color sin saber muy bien por qué. No le gustaba eso de andar rescatando princesas huecas de castillos con dragones, como tampoco besarlas para conjurar malévolos hechizos. Mucho menos le gustaban los bailes que le organizaba su padre –el Rey- para encontrarle una novia de pies muy delicados y zapatos de cristal.
Pero su destino era ser príncipe y él no podía hacer nada, y allí cabalgaba en su hermoso corcel, armado y enhiesto, al rescate de una nueva enamorada que lo esperaba en lo alto de una torre, apresada por un dragón, no sabemos si rojo o verde.
Sucedió que el dragón no estaba en casa, a lo mejor era gris como él, así que no tuvo que desplegar su valerosa espada en lucha desigual, sólo rompió la cadena y, para horror de la amorosa rescatada, no la acompañó de regreso a su palacio sino que le indicó el camino de vuelta con una explicación distraída, y luego se echó a dormir en la cama de la torre.
Pero el dragón -que no era verde ni gris sino rojo furioso- regresó, y más furioso se puso al advertir que su presa había sido liberada por el principito.
Y como el dragón tenía gustos amplios, enclaustró a nuestro príncipe de ceniza en la misma torre y con la misma cadena, y luego de mostrarle su furia exhalando una terrible ráfaga de rayos y fuegos se echó a dormir, porque él también a veces se cansaba de ser un dragón siempre enojado.
Y ambos conversaban por las tardes, aburridos y perplejos por haberse salido del guión, hasta que una noche llegó al castillo una princesa que no era ni hueca ni aburrida, ni vestía como Blancanieves. Ella montaba un bravo caballo, y alzando su espada invitó al dragón al combate.
Pero el dragón seguía cansado de arrojar fuegos por sus doloridas fauces y se marchó sin pelear, no sin antes darle a la princesa las llaves de la cadena de la torre, porque era la última que le quedaba y no quería repararla una vez más.
Cuando el príncipe vio a su salvadora sintió fuego en su corazón, seguramente imbuído por la cercanía de su carcelero. Era hermosa. Se dio cuenta que ahora sí había llegado el amor a su vida…
Sin embargo, la princesa lo acompañó hasta su castillo custodiando su regreso, y se fue por ahí sin más. Es que el príncipe gris le parecía mortalmente aburrido.

48 comentarios:

Cecy dijo...

Este si es un lindo cuento de Principes y Princesas.

Ahora, yo hubiese ido a rescatar al Dragón, es el que me gusto.

Besos Marcel.

Antón de Muros dijo...

Un juego de espejos.
Lo que se dice una perfecta visión poliédrica.

Me gustó, Marcelo :-)

Un abrazo de Pascuas.

Antón.

Anabel Rodríguez dijo...

Pobre príncipe gris. Yo pensé que tal vez el amor le habría hecho recuperar su color y la alegría de vivir, pero se ve que me equivoqué. Tal vez necesite un empujoncito para recuperar a esa princesa valerosa, o puede que ella si resulte al final, ser una vacía que sólo busca emociones fuertes.
Saludos y abrazos

Isabel Estercita Lew dijo...

Bueno, el dragón se la hizo fácil a la princesa del bravo caballo, de todos modos me preocupa el desgano de tan amigable dragón, quizás habría que echarle más leña a su fuego.

Beijos

m.eugènia creus-piqué dijo...

Bonito cuento chico guapo, el pobre principito debía ser el colmo del aburrimiento. Un beso.

Laura dijo...

Por fin un cuento de príncipes y princesas que se entiende.
Gracias

Laura dijo...

Y la canción...sublime.

gloria dijo...

Nada es lo que parece...
No hay príncipes azules
los dragones no siempre son bravos
las princesas no quieren ser princesas (como diría Sabina)
y los finales... no siempre son tan felices como nos gustaría.
Nada es lo que parece... y menos aquí, Marcelo, porque siempre, siempre, nos sorprendes, y muy gratamente, por cierto.
Y ¿sabes? este cuento es de los más bonitos que he leído y tiene más moralejas juntas que cualquier otro.

Hallelujah...

Un beso.

Merche Pallarés dijo...

¡LO HE ENTENDIDO! Aunque, qué soso el principito ¡mira que dejar ir a la princesa sola de vuelta a su castillo! Ese era un mindundi de príncipe, que quieres que te diga... ¡Cómo iba a enamorarse de él la valerosa princesa cabalgando sobre su blanco corcel! Ahora, el dragón tampoco era tan fiero como lo pintan en algunos cuentos... Muchos besotes, M.

marichuy dijo...

Marcelo

Qué bonito cuento. Me gusta esa princesa, así me gustaría ser... y a mi también me aburren los príncipes (nomás de ver a Carlos de Inglaterra); yo prefiero un plebeyo.

Un beso

Helena dijo...

Si me hubieran contado estos cuentos de pequeña mi vida hubiera sido otra, quien sabe si mas feliz. Por suerte nunca espere a los principes, sali a buscarlos, y aun hoy sigo besando sapos a ver si con un poco de suerte...quizas mañana...quizas pasado...

* Una vez encontre un principe lo bese y salio volando.
Besos contador de cuentos, muchos besos.

CarmenS dijo...

Me gustan los cuentos que se saltan las normas y que no acaban bien... Bueno, para la princesa sí acaba bien porque ella se larga tan campante. El príncipe que se instruya y aprenda a contar chistes a ver si gana la simpatía de una chica que le haga feliz.

Camille Stein dijo...

cruel destino:

príncipe y gris

... quizá debiera buscar una princesa de su mismo color :)


un abrazo

Malvada Bruja del Norte dijo...

Jajajaja, creo que si me hubieran contado estos cuentas de niña, hubiera querido ser dragona y no bruja :-)
Me encanta la doble y triple lectura. Nadie es lo que parece, pero debemos saber que queremos y buscar, empezando a buscar en nosotr@s mism@s.

Un besote!

P.S.: No sé que tiene la Pascua que nos ha hecho escribir a ambos cuentitos :-P

Patty dijo...

¡Adoro los cuentos de principes y princesas! Este es muy bueno, no es como los que me contaban de niña, je je.

Tal vez, el principe pueda ganarse el corazón de su amada princesa. Así terminarán comiendo perdices, como debe ser.

Besotes!!!!

Hada Isol ♥ dijo...

Uy pobre principe gris,es que el gris no es muy divertido!
Me gustó leerte,es entretenido y no imaginé el final por lo que me sorprendiste,pasé un momento lindo! gracias!

Anónimo dijo...

Ay. Yo dle cuento me quedo con el dragón, que me ha parecido muy tierno. Cansado de estar siempre furioso, echando fuego por la boca. Me hizo gracia esta frase: Y ambos conversaban por las tardes, aburridos y perplejos por haberse salido del guión. Además le he puesto de físico el del dragón que nos dibujó el Pez Fruta de Lena.

Un abrazo.

Mariela Torres dijo...

Ya los príncipes no son lo que eran, estos son otros tiempos.

Lena yau dijo...

:)

¿Escribía cuentos el dragón?

ji!

Precioso Marcelo....

(Gracias!)

Miraré la ventana por si un dragón quiere raptar(me)...

jajajajajaja!

bss

Anónimo dijo...

La mayor parte de los príncipes, se convierten en ranas al primer beso... Pero, oye, la vida es así...o no.
¿Conoces la versión de Hallellujah interpretada por Jeff Buckley?

Martine dijo...

Me ha maravillado este no-cuento, eres realmente un escritor-poeta sensacional, abarcas y con maestría todos los géneros..¡Bravo!

¿Se lo leíste a Maqui?

Un beso, Marcelo.

Anónimo dijo...

Me ha encantado, aunque pensé que la princesa interesante lo iba a dejar encadenado en la casa del dragón después de enamorarlo para que quedara afligido por siempre.
Me ha recordado a los personajes de Valle-Inclán en La cabeza del dragón.
Besos.

AlmA :) dijo...

Me encantó... yo tengo un dragón chiquitito azul... a veces saca fuego y arden farolas... otras se convierte en un dragón gatito... yo no soy una princesa aunque... sí siento que un día me rescató y yo a él...

un besito... dulce

mjromero dijo...

Al fin un príncipe gris, ya estaba harta una de tanto prícipe azul cuando nosotras los preferimos rojos,
que no rojillos,y por fin una princesa lista que sabe que es mejor seguir de largo sola que con un príncipe por muy principesco que sea,
yo me hubiera ido con el dragón...
me ha encantado el cuento.
Saludos.

Agnes dijo...

Guao Marcelo, una historia de princesas totalmente moderna y feminista :D

Arcángel Mirón dijo...

Exaaaaaaacto. Así funciona. Por eso canta Sabina, "mi crimen fue vestir de azul al príncipe gris".

Todo se perdona (bueno, casi todo) excepto el aburrimiento.

Ciberculturalia dijo...

Un relato magnífico. Fuera de lo común. Fuera de lo previsto. Me ha encantado. Gracias. Un beso

Viviana dijo...

Ese sí que es un buen cuento de príncipes y princesas. Creo que se lo voy a leer a mi hija. Fijate cómo quedó nuestra generación culpa del príncipe azul y la princesa que necesitaba que la rescaten: ahora nadie encaja en el patrón y todos desilusionados. Mejor que se acostumbre de chiquita a ver cómo son las relaciones humanas. Che, hubiesen hecho un alinda pareja el dragón y el príncipe jaja. Besos

Khumeia dijo...

Este cuento sí que se lo leería a mis nietos. El bumerang de la vida: todo regresa, a veces multiplicado.

¿Qué fue del dragón? Si se aburrió de arrojar fuego, se aburrió de SER. ¡Eso sí es desgracia! ¿Logró reconectarse con su esencia y entender la maravilla de haber nacido dragón?

Un besote.

Marcelo dijo...

Anoche mi hija no se podía dormir y me pidió que le cuente un cuento. Así que con ligeras readaptaciones, le conté éste. Le hizo gracia que el príncipe fuera gris y no azul. No le gustó cuando dejó a la princesa en la puerta del castillo. Se rió mucho con el dragón cansado! Le gustó mucho la valerosa reina salvadora. Lo que esperó en vano fue un final feliz,preferentemente con la segunda princesa(que le gustó más que la primera) Pero a su criteriodebió terminar con una pareja la historia. Así que me indicó que esta noche espera un cuento nuevo...

Marcelo dijo...

(corrección: princesa salvadora)

Luna dijo...

Podemos acostumbrarnos a que los personajes no sean lo que solían ser pero no podemos resignar nuestra necesidad de un final feliz.

Besos

Anónimo dijo...

Ahora las princesas salvan a los príncipes. Ni más ni menos.

Serías muy buen cuentista, tu escribes los cuentos y yo los ilustro, socio.

Anónimo dijo...

Marce que precioso!! muy lindo cuento y el tema que acompaña tambien.
te quiero!!!!

Caro dijo...

No salio mi nombre pero el comentario anterior lo hice yo, Caro

semifusa dijo...

Yo siempre digo que cuando una princesa no encuentra a su príncipe azul es porque es daltónica.

Pero, después de leerte, va a ser otra la verdadera razón: porque es gris y no azul.

:) Un beso.

begoyrafa dijo...

Lo bueno del cuento es que no está cerrado; aquí aún nadie ha comido perdices ni ha sido feliz. El príncipe, la princesa y el dragón todavía están en el camino, así que Marce, ya sabes a por más historias.
Un abrazo
Rafa

Marilyn dijo...

jejeje, realmente un cuento a lo Shrek, un anticuento, con esa buenísima canción en la versión de Rufus. Definitivamente, los grises con los grises, y los rojos con los rojos y etc.
Saludos

Silvia_D dijo...

Es que vaya príncipe más soso!! mira que ponerse al lío con el dragón, en vez de irse con la princesa de picos pardos!!

Últimamente, los príncipes, salen todos, ranas!!

Me encantó.

Besos, viejito

esteban lob dijo...

El príncipe y el dragón se deben haber confabulado sobre algún buen argumento para el próximo cuento.
¡Mira que confraternizar entre ellos! Va contra la naturaleza dragoniana y principesca.

Saludos.

Viviana dijo...

Marce ¡todo un éxito! Le leí el cuento a mi hija de 8 años y le encantó. Dijo que era muy gracioso y por eso le gustaba. Estuvo muy de acuerdo con el final. Parece que a ella tampoco le parece que valga la pena un príncipe gris y aburrido. Le gustó mucho que el dragón se cansara y se vaya. Y mirá que tengo una hija exigente. Hace rato que no lee cuentos porque dice que la aburren, que son todos iguales. Le gusta leer pero le he tenido que comprar libros de astronomía y dinosaurios. Yo creía que en casa de herrero cuchillo de palo, como se dice, y que no le gustaba la literatura. Pero lo que necesitaba era un cambio, ahora quiere que le avise cuando escribas otro. No es un testeo cuantitativo pero si a tu hija y a la mía les gustó, por algo debe ser. Acá dejaste dos lectoras demandantes esperando. Un beso grande

©Claudia Isabel dijo...

ya sabemos a esta altura de la vida, que los cuentos sobre principes y princesas con dragones, casi siempre terminan mal!
Esperemos que el próximo tenga mejor final!
Un abrazo

Anónimo dijo...

Mandame el príncipe, necesito corroborar que en verdad es gris y aburrido. No sé porque, presiento que tiene la alegría escondida en el bolsillo trasero de su pantalón, capaz que con una tocada de cola lo soluciono.

Excelente la redacción y la historia, me encantó.

beso

Susana Peiró dijo...

Coincido con la crítica literaria de su hija, Marcelo (el dragón cansado y vago está genial) Póngale onda al próximo final!

Muchas Gracias por compartir la ternura del cuento y no se olvide del imprescindible happy end!

Un beso.

mvalleym dijo...

Un cuento tan real como la vida misma, qué buen regalo nos haces. Y sobre todo es de agradecer tu originalidad , en un mundo actual tan poco creativo. Gracias por permitirme deleitarme con tus palabras.
Enhorabuena,

Valle

Arkantis dijo...

Sorprendente final...

Te mando una nube cargaditas de estrellas para ti...

Un besazo y muy feliz finde

olhodopombo dijo...

... e eu pensando que ele fosse um boludo....

Marcela dijo...

Estos son los "cuentos de hadas" que me gustan. Dragones y princesas repensando en sus roles... Muy bueno.
Mariela Torres me pasó el dato de tu blog, y me alegro que lo haya hecho.
Besos.

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