jueves, 14 de mayo de 2009

El dilema del Sr. K

El Sr. K nunca mentía. Omitía, eso sí, contar cualquier cosa que lo angustiase, que le diera temor. No les mentía a los demás pero se mentía a sí mismo. Lo hago para que no sufran quienes están cerca. Lo que no se cuenta no existe, pensaba. Pero en el fondo sabía que lo que tenía era miedo a que no lo quisieran. Y así fue sepúltandose en capas de omisiones diversas y asfixiantes, escondidas tras la luz de su sonrisa. Un día que no aguantaba más se apoyó un revólver en la sien, dispuesto a terminar con su penar. Pero imaginó la sorpresa de los otros, la tristeza que sentirían al no saber lo que le había pasado, no haber podido evitarlo. Entonces decidió no hacerlo. Por supuesto que esa fallida decisión también quedaría sin que nadie la supiera. No fuera cosa que dejaran de quererlo al enterarse. Eso sí, comenzó a escribir lo que le pasaba a él, como si fuera que era a otro al que le ocurría. Un señor M., por ejemplo.

31 comentarios:

Cecy dijo...

Esta historia del Sr.K o M.
Cuantas veces la he visto y lo único que me deja es ver la tristeza por no poder ser quien quiere.
Si al final, las historias siempre cuentan su propia historia se quiera o no.

Besos Marcel.



Has cambiado plantilla.(Cambia mi enlace) Cuak. ;)

Anónimo dijo...

Qué vida la del señor K.
Alguien debería contarle que haga lo que haga va a seguir siendo querido por algunos y "no querido" por otros tantos.
Intentar agradar es tan pero tan desgastante y tan pero tan al vicio! (Y conste que no dije...tan pero tan al pedo. Estoy hecha una lady)
Igual lo que se viene, las historias del señor M, van a ser interesantes, de eso no tengo la menor duda. beso

Sophie dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Susana Peiró dijo...

Ahhhhhh, los seres humanos somos tan complicados! Sofismas y paradojas….
Aunque el Sr. K encontró una interesante forma de instalar en “su” escenario un actor secundario, probablemente no terminará su existencia sin preguntarse si valió la pena renunciar al papel protagónico.
¡Muy buen trabajo Marcelo!
Un beso!

(* dijo...

Si esto ha sido el principio de un relato que sepas que ahora mismo estoy deseando saber / imaginando / jugando / esperándote para conocer cómo seguirá. Quién no tiene un señor M. en la vida, escrito, dibujado, aunque sea sólo pensado...
La imagen es preciosa (¿es Kafka o se le parece? ¿el señor K. es Kafka? Mmm... se pone más interesante todavía.

Un placer, Marcelo, haber vuelto y haberte leído.

Un dulce beso.

Juan Duque Oliva dijo...

Gustarle a todos es imposible y vivir para gustar angustioso.

Me encantó Marcelo

Un fuerte abrazo

Lena yau dijo...

jajajaja!

Esta ironía tuya me encanta....

Yo quiero al Señor M.

Un beso, Divinorum!

Soledad Sánchez Mulas dijo...

Yo me enamoré del señor K. con quince años. Ya sabes, un insecto, G.S., inopinadamente recién despierto a otro mundo.

Y luego me perdí con él por los vericuetos de un castillo, y lo acompañé en un proceso difícil...

Solamente le fallé en su funeral. ¡Qué pena de pulmones!

Menos mal que M.B. le llevó el testigo.

Quienes hacemos amagos de escribir, ojala tuviéramos tanto que NO contar.

Eres enorme, Marcelo.

Un beso.

Soledad.

Anabel Rodríguez dijo...

A lo bruto, por no perder mis buenas costumbres. ¡Hay que ver la de tontadas que hacemos cuando creemos que podemos perder el cariño de los que nos rodean! Todo para darse cuenta de que al final no lo quieren a uno, sino al fragmento pequeñito que se les mostró.
Muaccccc

gloria dijo...

Me pasa como a Lena...

quiero al señor M.

qué suerte que no disparó...

que no lo haga... que se lo cuente al señor M.

(como siempre perfecto)

Un beso enorme.

Camille Stein dijo...

el señor Samsa, perdido entre castillos y procesos eternos... cuando los laberintos interiores y exteriores confluyen, se crean insectos inolvidables

un abrazo, Marcelo

ana. dijo...

uyyyyyy....no sé si decirlo (tengo miedo de que no me quieran más)pero...me parezco un poquito al señor K :(

Cuspedepita dijo...

El miedo a que no nos quieran es difícil de controlar. A veces, como en el caso del señor K, nos convierte en sus esclavos, aunque, en el fondo, sabemos que lo que sucede es que los que no nos queremos somos nosotros mismos.

Un abrazo trasatlántico.

Miriam dijo...

Lo que el señor K no sabe, es que los que lo quieren de verdad conocen sus secretos, o por lo menos intuyen que todo no es lo que se ve... Seguramente aprenderá (eso espero...) muy de a poco a poder "decir" por el señor M.
No me queda duda, que no se sentirá satisfecho y en algún momento se sacará la venda y firmará con inicial propia...
Besos

Agnes dijo...

Guao, cómo has dado en el clavo con este Post. Creo que la gente que omite lo hace porque se siente vulnerable al contar y no hallar una buena respuesta.
El problema es que si guardas las cosas siempre parecen peores dentro de ti, generalmente al desahogarte bte das cuenta de que los problemas no son tan graves.
Yo tenía un amigo a quien no le gustaba molestar a los demás con sus problemas, y tuvo un final muy distinto al del Sr. P.

Agnes dijo...

Señor K quise decir jejejeje

Isabel Estercita Lew dijo...

Casi todos tenemos un poquito de Sr K, aunque dificilmente lo aceptemos.

Beijos

Cigarra dijo...

El post muy bueno, la música que lo acompaña, espléndida. Voy a dejar abierta tu página toda la tarde, creo. mil besos.

Susana Peiró dijo...

Tengo el intríngulis desde ayer...

...es Franz Kafka, el caballero de la foto ¿Verdad? Hummmm, es que esa foto no la conozco pero me juego igual... Sus líneas me recuerdan a una ensalada entre el Gregorio Samsa de Metamorfosis y el hombre de Carta al Padre. Ya está, se lo conté, la duda es cruel!

Marcelo dijo...

El caballero de la foto es Kafka. Y a veces me pregunto si no seremos los personajes de alguno de sus libros...

Patty dijo...

No seremos todos un poquito como el señor K.?

Era pequeña cuando leí "La metamorfosis". Hermoso y triste.

Patty dijo...

No seremos todos un poquito como el señor K.?

Era pequeña cuando leí "La metamorfosis". Hermoso y triste.

gabo dijo...

Marcelo y pensar que hay por estos días un señor K que no solo oculta para gustar sino que tambien miente y engaña para ganar, sus opuestos M no son mejores que el jeje, me gusto la historia.

Camino del sur Pilar Obreque B dijo...

¿cuantos señores k, escondidos en señores M, circulan dìa a dìa?,

Cariños Marcelo y feliz fin de semana

Maga h dijo...

...pobres nosotros.

Anónimo dijo...

Como me gustan las historias cortas, epro completas, donde en poco sitio, se dice mucha, se empieza y se acaba.
saludos.

Martine dijo...

Aprender a quererse es el primer paso para que te quieran, poc@s o much@s... ese es otro problema... Angustioso y Kafkaiano relato , pero bueno, buenísimo.. como siempre..

Un beso.

Helena dijo...

Creo que todos somos un poquito el señor K en algún momento del dia o de la noche...Es inevitable sentirlo muy cerca, al menos para mi. Un besote.

Maddi Cofasso. dijo...

Eso se llama PENSAR.
muy bueno!

gracias por pasar por cofasso!
la verdad no me lo esperaba
jaja
aca te tuteo
un saludoo :)

M dijo...

Es Kafka el de la foto? y si, si quiere ser un tal M debe querer transmutar, no?
Que el señor K haga lo que sienta y no piense en el que dirán, o busque la aceptación constante. QUE VIVA SU VIDA!

Caminante dijo...

Estando en casa de Cigarra te vi y pensé en conocerte "algo", entré, leí y te dejo mi saludo en esta "historia" de una persona cualquiera, plena de inhibiciones, comedida, frustrada de sí misma. Un abrazo desde Madrid. PAQUITA

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