viernes, 22 de mayo de 2009

El recuerdo de Carriego


Esto leía Menárdez en la última mesa del bodegón de la calle Serrano:

“Que un individuo quiera despertar en otro individuo recuerdos que no pertenecieron más que a un tercero, es una paradoja evidente. Ejecutar con despreocupación esa paradoja, es la inocente voluntad de toda biografía. Creo también que el haberlo conocido a Carriego no rectifica en este caso particular la dificultad del propósito. Poseo recuerdos de Carriego: recuerdos de recuerdos de otros recuerdos, cuyas mínimas desviaciones originales habrán oscuramente crecido, en cada nuevo ensayo. Conservan, lo sé, el idiosincrásico sabor que llamo Carriego y que nos permite identificar un rostro en una muchedumbre…”
“Sus días eran un solo día. Hasta su muerte vivió en el 84 de Honduras, hoy 3.784. Era infaltable los domingos en casa nuestra, de vuelta del hipódromo…”
"Un día entre los del año 1.904, en una casa que persiste en la calle Honduras, Evaristo Carriego leía con pesar y con avidez un libro de la gesta de Charles de Baatz, señor de Artagnan. Con avidez, porque Dumas le ofrecía lo que a otros ofrecen Shakespeare o Balzac o Walt Whitman, el sabor de la plenitud de la vida; con pesar porque era joven orgulloso, tímido y pobre, y se creía desterrado de la vida”

La vindicación que su querido Borges hacía de Evaristo Carriego lo decidió. Apuró su vino y se encaminó hacia la vieja casa de la calle Honduras. Pensó que a casi cien años de la muerte de Carriego alguien debía verificar si aún se encontraba el mismo espíritu del barrio que tanto amó, o al menos su recuerdo. Dejó la modernidad del Palermo actual y por eso desconocido, y se adentró por Honduras en el tranquilo barrio de casas bajas:

“Carriego creía tener una obligación con su barrio pobre: obligación que el estilo bellaco de la fecha traducía en rencor, pero que él sentiría como una fuerza. Ser pobre implica una más inmediata posesión de la realidad, un atropellar el primer gusto áspero de las cosas: conocimiento que parece faltar a los ricos, como si todo les llegara filtrado. Tan adeudado se creyó Evaristo Carriego a su ambiente, que en dos distintas ocasiones de su obra se disculpa de escribirle versos a una mujer, como si la consideración del pobrerío amargo de la vecindad fuera el único empleo lícito de su destino”

Golpeó la puerta y un joven poeta lo recibió. Le contó que la centenaria casa estaba por ser refaccionada. Junto a él un silencioso empleado recortaba unas láminas, y más atrás una mujer examinaba las primeras ediciones de la antigua biblioteca. Menárdez no pudo evitar observarla mientras preguntaba y el bibliotecario respondía que eran pocos los que visitaban la casa del poeta.

- Serán pocos pero con mucho interés, como la hermosa dama que acabo de ver por allí. El cuidado con que leía una primera edición del “Evaristo Carriego” de Borges, de 1.930, me emocionó. Su amor por los libros es evidente… dijo Menárdez.
- ¿Qué mujer? Ud. es la primera persona que nos visita esta tarde…

“No se le conocieron hechos de amor. Sus hermanos tienen el recuerdo de una mujer…que solía esperar en la vereda y que mandaba cualquier chico a buscarlo. Lo embromaban: nunca le sonsacaron su nombre”

Comprendió Menárdez que la mujer que vio podía ser –como pensaba Borges- el intento de alguien que quería despertarle recuerdos de un tercero, incluso un recuerdo de Carriego; y que seguramente la hermosa mujer no fuera más que eso. Pero por las dudas, cuando salió, se quedó tomando un café muy cerca de la casa del poeta, a esperarla.
Los textos encomillados pertenecen a "Evaristo Carriego" de Jorge Luis Borges

35 comentarios:

Merche Pallarés dijo...

¡Qué tierno! A mi tambien me pareció ver a la mujer en esa casa... Besotes, M.

marichuy dijo...

Marcelo

Esta noche ando optimista, querido. Yo también deseo que al terminar su café, la hermosa mujer se le aparezca.

Un beso

gabo dijo...

Yo soy pobre, como Carriego. Nunca me sacaron su nombre y nunca lo van a saber.

Soledad Sánchez Mulas dijo...

Yo también la vi, esperando, con paso inquieto, el recado que le trajera el niño...
y me dio la impresión de que la conocía.

Un beso, Marcelo.

Soledad.

LaClau dijo...

Hola mi querido M,
He venido a dejarte una taza de café en la madrugada.
Un beso,

PS... y me quedé un rato escuchando tu música.

Anabel Rodríguez dijo...

Mira lo que encontré en la wikipedia "Durante su niñez, se traslada junto a su familia al barrio porteño de Palermo (barrio de compadritos).La suya es, desde entonces, una existencia lineal, sin exabruptos, sin hitos memorables. Vivió de ciertos cariños íntimos, del amor de una muchacha muerta, de los amigos seguros."
Y me entregas a un poeta que impone su poesía, que llega por boca y recuerdo de Borges, via M, a mi casa al otro lado del océano.
Besitos

Juan Duque Oliva dijo...

Ojalá cobrara vida.

Besos

Cigarra dijo...

Borges, el maestro. Marcelo, un discípulo muy aventajado.

adriana rey dijo...

Marcelo: Pasé por aquí y me quedé leyendo tus escritos. Como me gustaron!!! Hermoso lugar tu blog, vuelvo en cualquier momento. Saludos

gloria dijo...

Qué maravilla, Marcelo... qué delicia sentir a Menárdez así, a Borges a través de Menárdez y a éste a través de ti... a Carriego de la mano de Borges, Borges de la mano de Menárdez y éste a través de ti... Y esa mujer... esa mujer debió ser la viva imagen del recuerdo del recuerdo de un tercer recuerdo... con lo cual existe, apuesto que existe.

(sé que parece un lío, espero haberme explicado bien, lo que es seguro es que mis pies han pisado la casa del poeta y que mis ojos esperan junto con los de mi querido Menárdez la visión de esa mujer amante de los libros)

Un beso.

Fantástico, realmente fantástico.

Cecy dijo...

Entre los recuerdos, me parece que somos muchos lo que hoy nos quedamos tomando un café aunque sea para ver si aparece.
Un placer Borges de tu mano.

besos. Marcel.

esteban lob dijo...

Por una mujer..es posible esperar una eternidad.

begoyrafa dijo...

"No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió"

Tampoco es mal final apurar un café y soñar con un recuerdo.

Un abrazo
Rafa

Viviana dijo...

¡Cómo escribís! Excelente pero estás hecho un escritor compulsivo, sos una fuente de letras jaja. Paso a visitarte y a avisarte que en mi blog hay un premio para vos. Un beso grande.

gloria dijo...

Vimos a la mujer salir... venía a avisarte, pensé que te gustaría saber que lograste crear un alma a partir de tu recuerdo.
Antes de volver a desaparecer dijo algo a Menárdez al oído... ¿le preguntarás qué fue? a mí no quiso decirme...

bertha díaz dijo...

...querîa tener al menos la "menor idea" de quiên es este Marcelo que se anota a la reinvenciôn del mundo exuberante y salido de tono. ahora paso por aqui y me doy cuenta el por quê de la complicidad. un gusto pasear por este blog.

Mariela Torres dijo...

¡Qué buen relato! Noto la mayor actividad en el blog, bueno, ya sé a qué se debe.

Me encanta Bioy Casares, cuando era adolescente yo quería escribir como él.

Besos.

olhodopombo dijo...

mudou o blog...
gostei
a foto deste homem eh linda....

olhodopombo dijo...

gosto do seu gosto musical....

Blackberry dijo...

Precioso. Me han entrado ganas de ir a ver la casa y tomar un café en ese lugar por si ella sale...

Besos!

begoyrafa dijo...

Perdón por el off topic en tu espacio Marce, pero creo que la ocasión lo merece. Acabo de llegar ahora mismo de Valladolid de formar parte de la mareona rojiblanca. El lunes lo contaré con más setalle, pero como anticipo: jugamos mal, muy mal incluso, pero la fortuna nos sonrió esta vez (ya tocaba). Ahora dependemos de nosotros en la última jornada en el Molinón y contra el Recreativo que ya está descendido. Si ganamos permanecemos seguro y si no hay que hacer el mismo resultado que Osasuna contra el Madrid. Del Barça la verdad es que esperaba poco. No jugaron con ningún titular, aunque así y todo su plantilla de suplentes debería haber ganado a Osasuna.
El lunes más, ahora mevoy a descansar que spn las 2 y cuarto de la madrugada hora española peninsular.
Un abrazo
Rafa

Patty dijo...

¿Te cuento algo? Vas a terminar haciendo que lea a Borges...

Que lindas palabras las que usa Bioy para describir la literatura fantástica.

Besos.

alba dijo...

He terminado de leerte y yo estaba allí, en la última mesa del bodegón. Gracias, Marcelo, por hacerme viajar con las palabras, por todo lo que estoy aprendiendo, como una niña que abre mucho los ojos, atenta, desde que he llegado a tu rincón, donde hasta la menor idea tiene cabida y es fundamental.

Un dulce beso.

TORO SALVAJE dijo...

Yo creo que la mujer estaba lo que ocurre es que la mayoría no sabemos mirar.

Exquisito.

Saludos.

Martine dijo...

Se me acaban los adjetivos leyendo tus textos, Marcelo.. Pero ya sabes mi opinión...¿verdad?
Un beso.

Maritoñi dijo...

Vaya con los jovenes poetas

Maritoñi dijo...

Aprovecho este maravilloso blogs para anunciar una entrevista en directo en Sevilla a mi persona, el 30 de mayo, en radioblog, Luz de gas.

Millones de besos con azúcar glasé y gracias por dejarme hacer publicidad.

Malvada Bruja del Norte dijo...

Qué bella historia... muy bueno el recurso utilizado del texto entrecomillado.

Por cierto, yo también vi a la Dama.

carlota dijo...

No hay más ciego que el que no quiere ver.

Besotes .

Anabel Botella dijo...

Un bello relato, y con un final esperanzador. Por un amor uno es capaz de esperar lo que haga falta.
Vaya que sí!!
Saludos desde La ventana de los sueños.

Lolita y El Profesor dijo...

Muy lindo blog.

Saludos

Que tenga un buen fin de semana.

Lolita

ana. dijo...

Mi querido Menardez... que placer saber de él.
A veces las mujeres suelen aparecer como recuerdos, especialmente si vivieron en el corazón de un poeta.
Besos, Marcelo

Marcela dijo...

Me he chocado con recuerdos de otros por la calle. Ella es un buen recuerdo, así que todo estará bien. Besos.

Isabel Estercita Lew dijo...

Bueno, bueno, Marce, lo estaba extrañando a Menárdez y a Jorge Luis, pero por hablar de Menárdez dicen las buenas lenguas que no esperó mucho, que la mujer llegó, que se tomaron unos coñac, aunque también dicen que el poeta nunca lo supo.

Beijos

Estercita

Susana Peiró dijo...
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