domingo, 16 de marzo de 2008

La frase de Evita


“Renuncio a los honores pero no a la lucha” Con esa frase solamente, Evita se tiene merecido el cielo.
Cuantas veces pensamos en decirla, sólo que el momento que la justifique no aparece. En general, quedamos ubicados en situaciones para decirla al revés: “Renuncio a la lucha, pero no a los honores”
¡Bueno, será que no tendremos pasta de mártires, ni honores a los qué renunciar!
En general, los mártires de esta tierra no se proponen serlo, las circunstancias los llevan ahí.
Gente humilde que muere violentamente, salen todos los días en el diario y pasás rápido la página con la certeza de la noticia obvia.
Invitás a un asado y diez te dicen que sí en media hora. Dadores de sangre conseguís cuatro en un día, te enterás de hepatitis que no conocías, y a algunos los tenés que amenazar para que vayan.
Al velorio aparecen tipos que hacía veinticinco años que no hablaban con el finado, ¡pero se ocupan de esclarecer a los deudos sobre cuánto lo apreciaban! Y encima quieren que les agradezcas el gesto y compunción…
Por eso, cuando de casualidad veo a alguien que hace una gauchada sin que el favorecido lo vea ni se entere nunca, como por ejemplo ese tipo que se levanta del asiento antes de que la embarazada saque el boleto y pueda darse cuenta quién fue que se lo dio, y luego sigue su viaje parado y cansado, tal vez una hora más, sin esperar recompensas ni reconocimientos, me acuerdo de Evita y trato de aplicar su máxima en alguna cosa pequeña de todos los días, qué se yo, esas de buena vecindad al menos, como detener el ascensor en un piso que no es el tuyo para cerrar bien la puerta del otro elevador, y seguir.
Entretanto, saboreo y espero el momento sublime de poder salvar al mundo, al barrio o a la esquina, y con gesto afectado decirle al único testigo que te pregunta tu nombre para dar fe de tu proeza, que hace rato que renuncié a los honores… ¡como la Abanderada de los Humildes!

4 comentarios:

Miriam dijo...

Me maravilla darme cuenta que la obsevación lisa y llana sea el punto de partida para la creación.
Una imagen, un movimiento, una frase, una sensación,algo golpea nuestros sentidos y lo transformamos en algo distinto, propio.
Es como volver a "parir" algo que ya nació...
Las posibilidades son infinitas, por lo cual nos permite ser infinitos..., crear es perdurar viviendo intensamente...
Cada uno a su manera...
Por lo tanto, esto... recien comienza!!!
Me encanto tu recreación de la frase de Evita.
Segui creando... segui vibrando...
segui...
Miriam

S&K dijo...

Hola Marcelo vim agradecer a sua visita no meu Blog.As receitas lá são bem facinhas tenho certeza q vai conseguir.Ate mais!

Soledad Sánchez Mulas dijo...

Muy hermoso este post, Marcelo.
Yo también aprecio la que llamo "bondad oculta", que siempre agadezco con un gracias interior.

Un beso.

Soledad.

Marcelo dijo...

Soledad: me gustó mucho esa idea de correspondencia: a una bondad oculta, un agradecimiento interior!
Un beso
Marcelo

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