miércoles, 24 de febrero de 2010
Tacones cercanos (Final de El Hombre Corcho)
Es difícil entenderle a una cucaracha nerviosa, que habla muy bajito y en un idioma desconocido. En realidad, es difícil entenderle a cualquier cucaracha. Pero La Chica Corcho se dio cuenta rápido cuando vio llegar a El Hombre de Concreto. El Hombre Corcho roncaba como un bebé.
No le temió al único tipo que es duro de verdad . Su enemiga es La Mujer de Concreto. Y sabemos cómo funciona la atracción entre enemigos desde Montescos y Capuletos.
El Hombre de Concreto es muy alto, pero La Chica Corcho tiene sus tacos negros de mil centímetros, su pollera ajustada y corta, su tatuaje, sus lentes negros inmensos un poco bajos para que se vean sus ojazos negros inmensos, su astucia, su coraje y su inteligencia.
- Dame fuego, grandote
El Hombre de Concreto se derritió un poco, culpa del calor de afuera, culpa del calor de adentro. Ni siquiera reparó en el tipo tirado en el portal. La boca dibujó una “o” bien grandota. Balbuceó algo. En un segundo consiguió un encendedor. La manota de macadam pareció temblar un poco y la exigua llama se acercó a los labios hermosos que esconden la boca de letrina.
- Ahora quiero un whisky
La extraña pareja se iba. Mientras mandaba SMS sin cesar, La Chica Corcho se dio vuelta y le tiró un beso a la Cucaracha Agonizante Con Una Pata Muerta y Alas Resucitadas. El beso se entendía en cualquier idioma:
- Quedate tranquila, el bobo este en 20 minutos está tomando whisky solo…
Un rato más tarde, El Hombre Corcho se despertó. El aroma a tostadas que salía de una casa cercana fue el culpable. Había soñado todo el día. Eran imágenes inconexas, pero aparecían El Hombre de Concreto, La Chica Corcho y la Cucaracha Agonizante. Al rato descubrió que una cucaracha estaba posada en su hombro. Tenía muerta una de las patitas traseras. Pero claro, la que él había salvado el día anterior no tenía alas. Le pareció que la cucaracha le sonreía. Los hombres son así de tontos, nunca se dan cuenta de nada, como los turistas del hostel.
Lo que sí notó El Hombre Corcho, es que en ese instante, su naturaleza corchil lo empezaba a elevar hacia la superficie del mar.
No le temió al único tipo que es duro de verdad . Su enemiga es La Mujer de Concreto. Y sabemos cómo funciona la atracción entre enemigos desde Montescos y Capuletos.
El Hombre de Concreto es muy alto, pero La Chica Corcho tiene sus tacos negros de mil centímetros, su pollera ajustada y corta, su tatuaje, sus lentes negros inmensos un poco bajos para que se vean sus ojazos negros inmensos, su astucia, su coraje y su inteligencia.
- Dame fuego, grandote
El Hombre de Concreto se derritió un poco, culpa del calor de afuera, culpa del calor de adentro. Ni siquiera reparó en el tipo tirado en el portal. La boca dibujó una “o” bien grandota. Balbuceó algo. En un segundo consiguió un encendedor. La manota de macadam pareció temblar un poco y la exigua llama se acercó a los labios hermosos que esconden la boca de letrina.
- Ahora quiero un whisky
La extraña pareja se iba. Mientras mandaba SMS sin cesar, La Chica Corcho se dio vuelta y le tiró un beso a la Cucaracha Agonizante Con Una Pata Muerta y Alas Resucitadas. El beso se entendía en cualquier idioma:
- Quedate tranquila, el bobo este en 20 minutos está tomando whisky solo…
Un rato más tarde, El Hombre Corcho se despertó. El aroma a tostadas que salía de una casa cercana fue el culpable. Había soñado todo el día. Eran imágenes inconexas, pero aparecían El Hombre de Concreto, La Chica Corcho y la Cucaracha Agonizante. Al rato descubrió que una cucaracha estaba posada en su hombro. Tenía muerta una de las patitas traseras. Pero claro, la que él había salvado el día anterior no tenía alas. Le pareció que la cucaracha le sonreía. Los hombres son así de tontos, nunca se dan cuenta de nada, como los turistas del hostel.
Lo que sí notó El Hombre Corcho, es que en ese instante, su naturaleza corchil lo empezaba a elevar hacia la superficie del mar.
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13 comentarios:
Llegué temprano hoy, de milagro :) Interesantes reflexiones en torno a la naturaleza corchil y la macadámica, todos igualmente tiernos diría yo.
Sos un loco lindo! Cada día estás más delirante pero solamente vos sabés llevar adelante un relato con semejantes personajes.
Ya te dije que me cae muy bien el hombre corcho.
Un abrazo
¡Menos mal que todo fue un sueño! Bueno, pesadilla más bien... Besotes, M.
Ainda lembro, Homem Batoque...
http://www.youtube.com/watch?v=jb7GhVpbZo0
Hola Marcelo:
Una narración muy interesante!
Cordiales saludos,¨
Luis
A veces un sueño de alto impacto nos ayuda a salir del fondo y subir, para estar un poco más cerca de la superficie, Marce.
Fue un final dulce, no lo esperaba.
El touch almodovariano de los tacones cercanos de la chica Corcho me pudo.
Besos CONCRETOS, Loco Chispeante Divino.
SIL
Entonces si no se dio cuenta de nada, antes que corcho, era hombre.
Me encantó esta historia, es preciosa.
Saludos.
En efecto, las cucarachas también sonríen.
Resultó ser un tierno. Me gustó esta entrega por capítulos, espero otras del mismo estilo.
Te dejo un bso grande.;-)
...y más vale un hombre-corcho que un corcho-hombre, como son muchos de los cuales la botella es lo más importante de sus vidas.
¡Aguante Vélez!
y mire la luna rodando por Callao...
es que yo lo quiero asi, con una golondrina en el motor!
Ahora a descorchar al Hombre Corcho, a brindar por él, con él y sin cementos, pero la cuca lejos de mí, única condición
Estercita
Ah...me encanta el final.
Y es que el mar, mueve, deriva, traslada....
Besos de alcornoque, Ch.P!
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