domingo, 21 de noviembre de 2010

Esperando a Godot

Sábado de luna llena y el viejo lobo sale de su guarida. Buscando algo parecido a un hogar se sienta en el rincón del último bodegón de Buenos Aires. Las mesas desbordan, bulliciosas. Pide comida y un vaso de vino, mientras lee “Esperando a Godot”, intentando ser ajeno a la dolorosa alegría de los otros.
Se le acerca un tipo con una valija. Tiene pinta de ser Dios o el Diablo, y encuentra risueña semejante ocurrencia. El que sea de los dos le deja la valija en pago por “los servicios prestados” La mira de soslayo. Está repleta de dinero. Termina la pobre cena y se vuelve a su no hogar, valija en mano. Pero no la abre, siente que el contenido no podrá cambiar las cosas que le importan de su vida. Espera un poco más a Godot y decide ir a tomar la última copa a “Mundo bizarro” dejando la valija intacta. Ya tendrá tiempo para revisarla.
Se ubica en la punta de la barra y la ve. No está seguro de conocerla pero se ponen a conversar como si fuera la primera vez. Empieza a sentir su cuerpo nuevamente. Una hora después están en la casa de ella, amándose. Luego se marcha sin hacer ruido, ella ya está dormida.
Regresa a la guarida y sobre la mesa, la valija. Ahora sí la abre, pero ya no están los billetes. No le importa. Se sirve un whisky y se va a esperar otro poco a Godot. Seguramente no vendrá, no la misma noche de luna llena en que vio a Dios o al Diablo, tuvo entre sus manos una valija llena de dinero y luego, a un ángel que se quedó dormido.



Samuel Beckett y yo tenemos algo en común: ambos escribimos "Esperando a Godot"

23 comentarios:

Susana Peiró dijo...

Oh my Godot! Lectura pendiente, aplazada, demorada… por falta de fe.
A su Esperando a Godot: está corto, surrealista y sabroso, mi piace molto!
Luego me decía que el (su) personaje, debía ser necesariamente masculino. Una mujer comiendo y bebiendo un vaso de vino, sola y con un libro; un extraño y la valija de dinero; el rato amatorio con el ángel que se duerme, el regreso a la guarida. Una loba hubiera provocado punto y coma, no punto final. Y Godot…ya sabemos, para cualquier caso, nunca llega. Un beso!

Daniel Os dijo...

Godot llegó dos veces, en forma de prosperidad y de amor pero, mi querido Vladimir, me temo que usted esperaba un hogar.

Siempre el Mesías se les aparece a los fieles de la religión de enfrente.

Un abrazo y saludos a Estragon.
D.

Malvada Bruja del Norte dijo...

La leí conteniendo el aliento. Muy bien tensada, estaba todo el tiempo preguntándome: ¿qué habrá realmente en la valija?

SIL dijo...

Algunos nos pasamos la vida esperando a Godot, mientras nos van ocurriendo las cosas...
Y nos morimos esperándolo.

Me obligaste a espiar esta historia.
Agendar y leer.
Lo presentaste maravillosamente.
Intuyo q´tenés más de una cosa en común con Samuel Beckett.
Ya veré.

Beso en la eterna espera, Marce.

SIL

Ana dijo...

Quizás sean las personas, quizás cómo se van dando las cosas, el momento dado y las propias circunstancias, pero hay modos y modos de esperar a este señor.
Hay una canción de Sabina en que volvía al lugar a buscar su ángel y se encontró con una sucursal de un banco, del señor Godot, seguro.

SIL dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
SIL dijo...

Y NOS DIERON LA DIEZ...

Gracias ANA, se me vino a la mente cuando leí esta entrada.

:)

Comentario suprimido con errores :)

Merche Pallarés dijo...

¿Quién se llevaría el dinero (la plata) de la valija??? Besotes, M.

MaLena Ezcurra dijo...

Una historia de Buenos Aires, sus lunas, sus ángeles,y sus demonios.


Tal Vez Godot pueda tener tus pasos.


Abrazos de Vladimir .


M.

BLAS dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Reina dijo...

Interesante planteo el de Beckett... no conocía la obra...
Interesante tu forma de integrarla al mundo de tus historias...
Muy bueno...
A veces, por esperar algo determinado no vemos ni disfrutamos de lo que nos está sucediendo...
Un beso

miralunas dijo...

me llevo esta espera. se merece mis aplausos y mis abrazos.

saludos

ah! y tambien me llevo un comentario.
gracias.

Alelí dijo...

ángeles, demonio y dios. un bar y palermo. la luna y el amor.

y la espera...la espera que hace de cualquier lugar un infierno.

beso

Mariela Torres dijo...

Alguien capaz de dejar una valija de plata, por una mujer, es del todo poético.

Saludos.

Malena dijo...

Godot tampoco va a venir esta noche sin ángeles, ni dioses, ni diablos.
Vámonos.

Cristina dijo...

El juego del absurdo, el explorar lo inexplorable, el humor corrosivo, la jerga y la chanza como exquisito recurso, la condición de transeúnte observador, la admiración por Joyce. Sí que tienen algo en común, Samuel Beckett y usted.
Curiosamente, su (de Beckett) "Esperando a Godot" se representó por primera vez en una cárcel. Dicen que los prisioneros entendieron que la vida significa esperar, matar el tiempo y aferrarse a la esperanza de que la liberación puede estar a la vuelta de la esquina. Que cada interno se vio reflejado en los personajes que esperaban venir algo para dar sentido a sus vidas.
Su (de usted) "Esperando a Godot" llega en tiempos de otras prisiones. Y más de uno podemos decirle, como el preso en su carta a Beckett: "Your Godot was our Godot".
Mis respetos y mi admiración.

Ricardo Miñana dijo...

Me ha gustado tu excelente relato,
es un placer pasar por tu casa.
feliz semana.
un abrazo.

Pame Recetas dijo...

Lectura pendiente, que gracias a ti quedará más cerca. Buenos Aires me llama desde tus textos y yo sin poder ir! besos

BLUEKITTY dijo...

Puedo decir como muchos que es una lectura pendiente... qué originalidad la mía!

Agnes dijo...

Estoy leyendo Pulp de Bukowski, me ha recordado a ti todo este tema de los detectives :).El libro quedó a la mitad porque se ha extraviado...misterio!

Epístola Gutierrez dijo...

Intuyo que Beckett y vos tienen algunas otras cosas en común.
Godot ya ha llegado pero algunos elegimos seguir esperándolo.
Un beso.

Una que siempre tiene el vaso vacío dijo...

Tuve el libro, planté el hijo,y escribí el árbol. Debería pensar en dejar la bebida.

Anónimo dijo...

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