sábado, 12 de julio de 2008

La venganza de Corina


Palacio Anchorena

¿Hay nobleza en la Argentina? No, se abolió en 1.813. Pero sí hay familias “patricias” esto es criollos (hijos de españoles) que llegaron temprano al reparto de tierras y entonces son casi nobles. Luego vinieron otras familias también adineradas, pero claro, ya era tarde, los títulos de “nobleza” estaban completamente repartidos.

¿Hay una familia más patricia que los Anchorena? Me parece que no. Participaron siempre en la política argentina (normalmente del lado equivocado, pero esa es otra historia) y fueron los dueños de uno de los máximos palacios porteños: El Palacio Anchorena.
Fue construido entre 1.905 y 1.909 y se le reconocen varias fuentes de inspiración, las más remotas son modelos de edificios parisinos como el Hôtel de Condé (1765). El palacio es en realidad un conjunto de tres residencias alrededor de un patio de honor, disposición que se completa con dos jardines laterales y posteriores. El patio de honor, de planta ovalada, tiene una galería con columnas dóricas, escalinatas de generoso desarrollo, frentes interiores y dos cúpulas.
Allí vivían los Anchorena con sus ciento cincuenta sirvientes.
Uno de los hijos de los Anchorena se enamoró perdidamente de una chica de familia adinerada, los Kavanagh, pero que no era “noble”, y la matriarca de la familia, Mercedes Castellanos de Anchorena, desaprobó el romance. Y el joven lo aceptó mansamente. El oprobio por el rechazo fue mayúsculo para los Kavanagh y la niña quedó con el corazón partío. Pero la madre de la niña, Corina, esperó pacientemente su momento.



Basílica del Santísimo Sacramento

El palacio de los Anchorena da a la plaza San Martín, y del otro lado del parque, la matriarca mandó construir en 1.920 la Basílica del Santísimo Sacramento, una de las iglesias más bellas de la ciudad, a la que además la familia usaba como sepulcro. La vista desde el Palacio a la Iglesia era magnífica, y los Anchorena se jactaban de ella.

Justo enfrente a la iglesia había un solar vacío, que estaba también en la mira de la matriarca, pero ésta cometió un error: antes de comprarlo se fue de viaje a Europa.



Edificio Kavanagh, y detrás, Basílica del Santísimo Sacramento

Y hubo alguien que vendió tres estancias para comprarlo primero: Corina Kavanagh, la madre de la niña rechazada por los Anchorena. En tiempo récord (catorce meses) construyó un rascacielos de hormigón armado, único en el mundo y por muchos años el más alto de Sudamérica, con 120 metros de altura y un total de 33 pisos y 113 departamentos de lujo (todos completamente distintos entre sí). Con 3 ascensores, 5 entradas independientes, 5 escaleras, una pileta, talleres de lavado y planchado, cámara frigorífica para pieles y alfombras, sistema telefónico central y depósitos de seguridad. Corina se reservó para ella el piso 14° de setecientos metros cuadrados.

Adiós a la hermosa vista de la Iglesia desde el palacio ni desde ningún otro lado. Es más, quedó tan próxima la basílica al edificio Kavanagh, que la única manera de verla bien es desde el Pasaje llamado…Corina Kavanagh.
¿Se imaginan a esta buena Señora de Anchorena, observando la construcción de un edificio semejante? ¿Tomaría el té con las amigas viendo la obra? ¿Y el joven Anchorena?
Ya no quedan Anchorenas en el Palacio Anchorena, ni Kavanaghs en el Edificio Kavanagh, ni rastros de un amor que no fue tan grande, pero sí queda el testimonio del odio que desencadenó. En el Palacio actualmente está nuestra Cancillería, y en el Kavanagh hay propietarios de alcurnia, aunque no tanta como la de los Anchorena…
No me gustan las venganzas, pero si hubiera de vengarme, preferiría no enfrentar al ofensor a punta de pistola o golpes de puño. Definitivamente, le levantaría en tiempo récord un rascacielos frente a su palacio, para que no pudiera ver la basílica que ordenó construir.


Ultimamente estoy dedicatorio. Esta va para AVR

16 comentarios:

Anónimo dijo...

pues sí, marcelo, sin derramamiento de sangre mejor

¿y la chiquilla kavanagh? ¿rubia y guapa, occidental, valquiria? yo me habría vengado rompiéndole el corazón de algún modo al joven noble

me has dejado en la mente a la niña kavanagh, me he enamorado de una idea

Fernando Manero dijo...

He oido hablar de Corina en mis viajes a Buenos Aires. No conocía con detalle esa historia, cuya divulgación te agradezco. La historia de Argentina es tan tremenda como apasionante. Yo creo, sin conocerla con detalle pero sí con una cierta atención, que en ella confluyen historias de todo el mundo: tiene aspectos de la historia europea, de la asiática, de la americana de la conquista y de la emergente potencia que fue, singularizada y excepcional en el conjunto latinoamericano. Fascinante.... y dura a la vez.

Camille Stein dijo...

una narración apasionante y una venganza de altura, desde luego

la historia de muchos edificios es la historia de las personas que los construyeron

me quedan en la memoria las imágenes del joven Anchorena y de Corina... un amor frustrado puede erigir monumentos que perduren como sólidos resentimientos de hormigón

la realidad es tan fascinante, o incluso más, que cualquier ficción

un abrazo

:)

Anónimo dijo...

Estupenda entrada, Marcelo , de tanta altura como el rascacielos de la venganza...

Yo creo que el joven Anchorena no estaría tan perdidamente enamorado de su amada...seguramente ella no perdió tanto como se podría suponer.
Si no es valiente, qué clase de amante puede ser?

Un abrazo ,
y gracias por esta narración tan fantástica y sugerente!

Anónimo dijo...

Millones de gracias Marcelo, venir a tu página es como sacar un boleto a un mundo de historias fascinantes, tanto cuando escribes ficción como cuando te ciñes a la realidad...
Bonita venganza, desde luego.
Abrazos,

Arcángel Mirón dijo...

Me encantan estas historias, pero me gustaría que fueran ficticias.
Yo siempre me pregunto: ¿se puede pertenecer a la nobleza y ser, sin embargo, noble? (Horrible juego de palabras, pero qué se le va a hacer).

Yo quiero tener mucha plata, un castillo lindo con chimenea y patos nadando en el estanque, y seguir siendo honesta y buena. ¿Puedo? Anda, dí que sí.

copperhead dijo...

Hacía algunos días que no me pasaba por aqui, ha sido una semana dificil... Acabo de ver el cuadro de cezanne q pusiste el día 5, que maravilla...
Cezanne era un maestro, la belleza es importante..

Marcelo dijo...

Amor y libertad: Creo que la parte débil de la historia es justamente la reacción (o su falta) de los enamorados...Será por eso la desmesura del rascacielos?
Un abrazo

Fernando: sí, nuestro país (y nuestra región) es un mercado persa inmenso, donde encuentras de todo...
Un abrazo

Camille: en efecto, el hormigón es duro como el resentimiento. Me dejaste pensando en esta palabra, eso de re-sentir...

Totalmente de acuerdo Only: me pregunto que haría la niña mientras la madre, enajenada, discutía los planos con los arquitectos. Estaría avergonzada? Sentiría la afrenta? Y hacia quien sería esa afrenta?
Un beso

Marcelo dijo...

Qué bueno que es verte por aquí Brujaroja! También me ha gustado saber que fuiste profesora de Rafa. Y respecto de las venganzas, no me gustan, pero si habremos de hacerla, que sean a lo grande.
Dos millones (uno de gracias, otro de abrazos)

Hola Gilda! Por qué te gustaría que fueran ficticias? De inmediato paso a responder tus preguntas, aunque estén dirigidas a vos misma:
Creo que sí se puede ser doblemente noble.
La segunda: puedes tener tu castillo con patos y chimenea, a lo sumo alguna que otra vez tendrías que ser ligeramente deshonesta y semimalita. Sólo de vez en cuando y apenas un poquitín!
Un beso

Hola Copperhead: Espero que haya mejorado tu semana, ahora que está terminando. Y acerca del cuadro me sorprendió la cantidad de comentarios favorables que tuvo, a pesar de tratarse de una entrada que quedó atrás. Uno nunca sabe qué puede gustar, donde, ni a quien ni cuando.
Un beso y que ande todo bien!

Beatrice dijo...

muy buena historia y la señora se sirvió frío el plato de la venganza después de construir ese edificio.
Lo penoso es que hoy aún existen esas diferencias entre las familias, es sólo cosa de ver en las páginas sociales los apellidos que se emparentan, por lo menos en Chile.
Feliz fin de semana

Marcelo dijo...

Nuestra Latinoamérica es increíble Sureando. Hay gente que disputa por un linaje que jamás existió.
Un saludo

Susana! Ya sabés como hacer el circuito la próxima vez por Bs. As.
Besos

Mª Rosa Rodríguez Palomar dijo...

Si hay una venganza que haya dejado su huella a través de los años, puede ser esa.

Una historia que no conocía y me da que pensar lo que una madre puede hacer para vengar a su hija que, por otra parte, se libró de tener a su lado a alguien que si era incapaz de luchar por su amor, no era merecedor de su amor.

Saludos, amigo marcelo.

Anónimo dijo...

Como siempre su narración es maravillosa y atrapante....pero la venganza de Corina es sencillamente ....Genial!! En la Argentina no existirá la nobleza pero nadie puede dudar de nuestra imaginación para romperle los esquemas a nuestros enemigos. Felicitaciones y muchas gracias!!!

fritus dijo...

Poca broma con las irlandesas, ( el apellido de Corina, o de su marido, no puede ser de otro sitio) a mí si me gustan las historias de venganzas, rencoroso que es uno ( de pequeño ví una serie de TV del Conde de Montecristo y me quedé pillado).

me encanta la reacción de Doña Corina, los tenía de dos yemas.

un abrazo

Cigarra dijo...

La venganza de doña Corina fue de las que hacen època, pero hay que reconocer que las penas con pan son menos, y las venganzas, con dinero, mucho más vistosas. Creo que la niña salió ganando, porque si hubiera entrado en la familia de los Anchorena todo el tiempo la hubieran estado ninguneando como a advenediza, una gente tan estirada, mejor no tener nada que ver con ellos. Y el muchacho, un blando que dejó que su mamá decidiera por él. Me gusta imaginarla a ella bien casada, con un enamorado mucho más simpático y arrebatador que el Anchorena, viajando por el mundo y feliz. Y el chico Anchorena solterón, amargado, paseando los salones del palacio de su mami y lamentando no haber tenido el valor de enfrentarla...

angela dijo...

Marcelo, ya he llegado de mis vacaciones por Francia y vengo a saludarte y a decirte que me encanta la idea de que nos cuentes esas maravillosas historias de tu patria¡ tan grande en otros tiempos!¡Qué pena que las venganzas siempre las ganen los más poderosos¡y en esta ocasión ganó el poderoso dinero que no siempre es el más afortunado para la historia del arte de tu ciudad.
Me has dejado una nota en mi blog y no sé a que te refieres... Poquito a poco seguiré la lectura de lo que me he perdido en mi ausencia.Un abrazo.Angela.

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