jueves, 7 de agosto de 2008
Tres obras de Pedro Menárdez
Cansado de buscar entre sus escritores favoritos ideas que se le habían ocurrido a él pero que no se atrevía a exponer directamente, Pedro Menárdez resolvió acometer una serie de obras mediante el empleo de diferentes seudónimos, con la única finalidad de citarlas después en sus recopilaciones.
Y así fue que escribió su monumental “Tratado de las Religiones”, en cinco tomos que cuenta entre sus 2.011 páginas lujosamente encuadernadas con reproducciones de obras pictóricas de artistas medievales y renacentistas. Esta notable investigación analizó desde una perspectiva multidisciplinaria al budismo, al cristianismo, al hinduismo, al islamismo y al judaísmo. Nuestro citador lo hizo bajo el seudónimo de Bruno Jacinto Rojas, y diseminó antes de su publicación un rumor calificando al autor de agnóstico, todo ello con la única finalidad de aclarar en el prólogo lo que quería citar en una obra ulterior: “Yo no soy agnóstico. Simplemente soy creyente por la mañana y ateo por la noche.”
Menárdez concibió también un libro de autoayuda que tituló “El matrimonio feliz de la mujer moderna” Pero el título le sonaba algo anticuado, y además temía equivocarse en la cuestión porque era soltero y nada sabía de esponsales. Por ello decidió cortar por lo sano y encargó la publicación con lugar y fecha de edición apócrifos: “Ciudad de México, 1983” En la página 122, la autora Martina Franco, advierte sobre los peligros de pretender cambiar la personalidad de base del marido: “¿Escucharon eso de que las mujeres se enamoran del Che Guevara y luego le quieren afeitar la barba y los bigotes? Pues bien, además pretenden que vuelva temprano de la selva”
Como lo encontró ligeramente misógino, y quería dejar a salvo el buen nombre y honor de su autora, ideó un segundo libro escrito por la mexicana en colaboración con su compatriota Rafael Begotti. El trabajo fue titulado “El hombre de negocios exitoso” (Ciudad de México, 1994) y en el crepúsculo de la obra los autores concluyen:
“Siempre estamos rumiando por la suerte que nos ha tocado. Pero en este mundo loco en que vivimos, con los elevados niveles de estrés que padece el ejecutivo moderno, es incomprensible que no mueran aún más hombres de negocios por accidentes automovilísticos, infartos y ataques de presión que los que mueren corrientemente. Transformemos esa incomprensión en nuestra fortaleza”
La suerte de estas tres obras ha sido dispar. El “Tratado de las Religiones”, que tuvo una edición limitada por lo costosa, es libro de consulta en universidades e institutos teológicos del mundo entero. Incluso se comenta que pese a lo negativo de su prólogo según la óptica oficial, el Vaticano ha incluido un ejemplar del Tratado en los archivos secretos de su famosa biblioteca. “El hombre de negocios exitoso” fue un rotundo fracaso, según los editores por la desleal competencia de los tanques yanquis que sostienen a sus gurúes del mundo de los negocios contra viento y marea, y según la crítica especializada porque lucía algo sombrío y poco proactivo. Además, tampoco despejó la supuesta misoginia de sus autores, porque nada decía de las ejecutivas de estos tiempos.
Pero el que va por la vigésimo cuarta edición es “El matrimonio feliz de la mujer moderna” ya que la fama que le dio la crítica despiadada de los movimientos feministas, que hicieron tronar su ira en cuanto medio periodístico hay desde el sur del Río Bravo a la Tierra del Fuego, despertó la simpatía de cierto público provinciano y conservador que lo convirtió en best-seller.
Querrá saber el lector el último destino de las citas que en camino inverso a la lógica de las cosas, contribuyeron a la realización de los trabajos mencionados. El articulista desconoce no sólo el dato en cuestión, sino también la suerte del propio Menárdez, aunque hay quien dice haberlo visto bebiéndose un tequila macho en las playas de Acapulco, disfrutando de unos derechos de autor que, durante su carrera como citador, no había podido siquiera imaginar.
Y así fue que escribió su monumental “Tratado de las Religiones”, en cinco tomos que cuenta entre sus 2.011 páginas lujosamente encuadernadas con reproducciones de obras pictóricas de artistas medievales y renacentistas. Esta notable investigación analizó desde una perspectiva multidisciplinaria al budismo, al cristianismo, al hinduismo, al islamismo y al judaísmo. Nuestro citador lo hizo bajo el seudónimo de Bruno Jacinto Rojas, y diseminó antes de su publicación un rumor calificando al autor de agnóstico, todo ello con la única finalidad de aclarar en el prólogo lo que quería citar en una obra ulterior: “Yo no soy agnóstico. Simplemente soy creyente por la mañana y ateo por la noche.”
Menárdez concibió también un libro de autoayuda que tituló “El matrimonio feliz de la mujer moderna” Pero el título le sonaba algo anticuado, y además temía equivocarse en la cuestión porque era soltero y nada sabía de esponsales. Por ello decidió cortar por lo sano y encargó la publicación con lugar y fecha de edición apócrifos: “Ciudad de México, 1983” En la página 122, la autora Martina Franco, advierte sobre los peligros de pretender cambiar la personalidad de base del marido: “¿Escucharon eso de que las mujeres se enamoran del Che Guevara y luego le quieren afeitar la barba y los bigotes? Pues bien, además pretenden que vuelva temprano de la selva”
Como lo encontró ligeramente misógino, y quería dejar a salvo el buen nombre y honor de su autora, ideó un segundo libro escrito por la mexicana en colaboración con su compatriota Rafael Begotti. El trabajo fue titulado “El hombre de negocios exitoso” (Ciudad de México, 1994) y en el crepúsculo de la obra los autores concluyen:
“Siempre estamos rumiando por la suerte que nos ha tocado. Pero en este mundo loco en que vivimos, con los elevados niveles de estrés que padece el ejecutivo moderno, es incomprensible que no mueran aún más hombres de negocios por accidentes automovilísticos, infartos y ataques de presión que los que mueren corrientemente. Transformemos esa incomprensión en nuestra fortaleza”
La suerte de estas tres obras ha sido dispar. El “Tratado de las Religiones”, que tuvo una edición limitada por lo costosa, es libro de consulta en universidades e institutos teológicos del mundo entero. Incluso se comenta que pese a lo negativo de su prólogo según la óptica oficial, el Vaticano ha incluido un ejemplar del Tratado en los archivos secretos de su famosa biblioteca. “El hombre de negocios exitoso” fue un rotundo fracaso, según los editores por la desleal competencia de los tanques yanquis que sostienen a sus gurúes del mundo de los negocios contra viento y marea, y según la crítica especializada porque lucía algo sombrío y poco proactivo. Además, tampoco despejó la supuesta misoginia de sus autores, porque nada decía de las ejecutivas de estos tiempos.
Pero el que va por la vigésimo cuarta edición es “El matrimonio feliz de la mujer moderna” ya que la fama que le dio la crítica despiadada de los movimientos feministas, que hicieron tronar su ira en cuanto medio periodístico hay desde el sur del Río Bravo a la Tierra del Fuego, despertó la simpatía de cierto público provinciano y conservador que lo convirtió en best-seller.
Querrá saber el lector el último destino de las citas que en camino inverso a la lógica de las cosas, contribuyeron a la realización de los trabajos mencionados. El articulista desconoce no sólo el dato en cuestión, sino también la suerte del propio Menárdez, aunque hay quien dice haberlo visto bebiéndose un tequila macho en las playas de Acapulco, disfrutando de unos derechos de autor que, durante su carrera como citador, no había podido siquiera imaginar.
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24 comentarios:
Hola Marcelo, que pena que a causa de mi vista ya no pueda leer libros, hace ya años de esto, pero leyendo lo que vosotros vais escribiendo me entero de algo, yo era una gran lectora en mis años mozos,jaja, que tiempos aquellos !!
ESte hombre es de un prolífico sorprendente. Claro, que en vez de hacer libros apócrifos, debería dedicarse a libros originales aunque luego se citara a sí mismo, que es algo que hace muchos escritores sin reparo.
Nene, volvamos a la iglesia nuestra... Me he perdido leyendo este post... Besotes, M.
dadas mis afinidades religiosas con el autor, tomo nota del primer título, para su devota consulta en mi próxima visita a los archivos secretos del Vaticano
un abrazo
Pedro Menárdez ha descubierto la piedra filosofal del citador profesional. Le ha dado otra vuelta de tuerca. Se cita a sí mismo sin citarse. ¿qué será lo próximo?
Pd: Argentina y Messi empiezan con buen pie en los juegos. 2-1 a Costa de Marfil. Enhorabuena.
Un abrazo
Rafa
Este Pedro Menárdez escribe rematadamente bien... Y me parece que aunque se esconda detrás de seudónimos su estilo es inconfundible...
Por cierto no sé si es a propósito, pero cuando se entra y a medida que se va leyendo la música acompaña... y al llegar al final esos Mariachis que nos dan un toque especial mientras saboreamos este Tequila mirando al mar... ¡Soberbio Marcelo!
Un beso.
Primera vez por acá y gratísima sorpresa. Iba a decir algo de la monumental obra que sobre las religiones escribiera Mircea Eliade, también en 5 tomos, o las personalidades múltiples de Fernando Pessoa, pero prefiero dejar las cosas así, que están muy bien. Muchas gracias por desasnarme de tan interesante figura.
Como dice Wilfred Mallbrough en su inmortal Espléndida agonía de la sombra en el verano, "El hombre es un mar de peces, pero no es el mar ni son los peces. Ea, arroja tu red y me encontrarás. O espera, que entre las plateadas flechas del cardumen brillará mi anzuelo".
Cordiales saludos.
No he leído a Pedro Menardez,lo estoy conociendo a travéz de tí y me está gustando eso de que las mujeres enamoran del Che y luego le queiren afeitar la barba y el bigote y pedirle que vuelva temprano de la selva me encantó,todo este post me gustó,también te doy las gracias por mantener el templo abierto para mi ,por si me hacía falta,ya solucioné mi problema pero fué bueno saber que contaba contigo,ya sabes igual para ti si un día necesitas una amiga,un abrazo enorme y mil gracias.
Marcelo, gracias por acercarnos escritores nuevos.Me gustó tu post anterior Te felicito por él.Un abrazo.Angela
M. Eugènia: no confíes en estas recomendaciones. Los libros citados podrían no encontrarse fácilmente...
Un beso
Cecilia: sabés que tenés razón? No había pensado la cantidad de autores que se citan a sí mismos permanentemente. Será que don Menárdez en el fondo es moralista?
Hermana Merche: en este momento yo soy Silvio Rodríguez, y tú le estás pidiendo "Unicornio" Puede que te revolee un guitarrazo por la cabeza. Deberás cumplir una penitencia que más tarde te diré por línea privada...
Besotes igualmente
H.M.
Gracias Camille! Tendrán algo de la Iglesia de los Pecadores Sin Manifiesta lujuria, inc. en el Archivo Secreto del Vaticano?
Un abrazo
Rafa: no sé el próximo paso de Menárdez, no vuelve de Acapulco. Espero que hayas disfrutado con la literatura de Begotti, el autor mexicano de éxito impar.
Gracias por la felicitación! No he visto nada de España. Como van?
Un abrazo
Gracias Selma! y ese detalle que advertiste de la música...nada se escapa a tu perspicacia infalible!
Me apunta H.M. que no mezcles tequila con lambrusco.
Un beso
Occam: todo tu comentario es del gusto de Menárdez, en particular la cita final que es sabrosísima, y no porque se trate de pesca. Así que bienvenido. De todos modos, te advierto que pasé por tu blog y estuve picando un poquito de queso, entre otras cosas ricas de Tandil.
Saludos cordiales para vos también!
El gusto es mío Isol! Y, como le digo a M. Eugènia, Menárdez es un autor difícil. Mejor buscar lo poco que se encuentra por aquí!
Un beso
Gracias a vos también Angela. Y me alegro que te haya gustado esa entrada.
Un abrazo
¿Tequila y Lambrusco? No se me había ocurrido, una mezcla explosiva...Díle a H.M. que igual lo pruebo y desaparezco de la "Blogocosa".;-)
¿Lo de la música? Es que me encanta la que pones y nada, me he fijado que concordaba a la perfección la lectura con las dos primeras canciones propuestas, hombre infalible no soy, al contrario, Nobody's perfect...
“El hombre de negocios exitoso”
Marcelo ese libro... ahora entiendo: cuando vi el titulo supuse que era el texto de cabecera de los gobernantes mexicanos... pero al conocer del rotundo fracaso del mismo... confirmé mi suposición... tal libro para cuales gobernantes.
Y a riesgo de ser considerada reaccionaria y anti-feminista, me quedo con “El matrimonio feliz de la mujer moderna”; siempre será así: por fuera mucho liberalismo, pero por dentro un gasmoño vive oculto.
El tequila macho ¿será el por acá llamamos "derecho", porque se bebe de un solo trago y solo sin el atenuante del limón y la sal?
Gracias, muy agradable relato
Selma: no los mezcles, probemos el tequila derecho, que lo recomienda una mexicana...
Un beso
Marichuy: me gustó que te quedaras con "el matrimonio feliz de la mujer moderna"! Siempre hay ocasión de liberarse a tiempo, pero también la hay para recordar como era antes...
Y definitivamente, hay que ser macho (o hembra) para tomarse ese tequila derecho...
Un saludo!
No soy la "hermana" Merche sino la "MADRE" Merche... ¿no te acuerdas que me nombré madre superiora? y lo del guitarrazo en la cabeza (gracias) ¿no te parece penitencia suficiente? ¿ehhh? pero te sigo queriendo igual... aunque NO te lo merezcas... Besotes, M.
Los hombres de negocios? jajajaja. ay son buenos, ese papel les toco desepeñar.
Yo sere una mujer de negocios y espero no morir joven jajaja.
Aunque es mas que claro (para mi) que no me importaria perder la cordura por un poeta. -eso por el primero textito que tienes en tu blogg sobre garabatear todos los dias.
besos desde México lindo.
Ciao
ANA
España no se clasificó para los juegos en fútbol, así que ya sabes con quien voy. ¡Aguanta Argentina!
Coincidimos también con Tévez. En los partidos de verdad, en las semifinales y final de la Champions, su figura se agigantaba en proporción a la que se empequeñecía la de Cristiano Ronaldo.
Un abrazo
Rafa
Rafa, eres un excelente cronista, y si, ¡Aguanta Argentina! con Messi... Soy culé, lo confieso... puesta a confesar pecados, aunque nos hayamos escapado de la iglesia... ;-P ¿O no?
Hola Marcelo, pase´a saludarte, volveré mañana chico guapo.
Madre Merche! Como pude olvidarlo! La guitarra en el ropero, y a otra cosa mariposa!
Un beso
Hola Ana! No te preocupes. Somos los hombres unos debiluchos. Y los ejecutivos más aún. Vos también garabateás todos los días?
Rafa y Selma: gracias por el aguante a Argentina!
Gracias M. Eugenia!
Sos muy generosa Susana! Y lo conocés a Menárdez mejor que yo, hasta por el nombre...Por cierto, de los tres libros, el único que tengo es justamente el que vos mencionás: "El matrimonio feliz de la mujer moderna" Mi edición tiene ilustrada una joven estilo época de Eva Perón"
Un beso y gracias de nuevo, Fiera!
Marcelo, he leido tus comentarios en el gmail porque como verás no se han publicado en mi blog... Google anda loco por aquí... estaré pendiente de la sorpresa... Besotes, M.
Pedro Menárdez es un gran tipo, me recuerda ligeramente a un chaval de Lisboa llamado Antonio Nogueira y Ricardo Reis y Alberto Caeiro y Álvaro de Campos y Bernardo Soares y sobre todo Fernando Pessoa ...que es que cuando uno tiene talento literario como para llenar varias piscinas y encima una personalidad múltiple ...pues pasan estas cosas
Me ha encantado la cita de la barba del che...me recuerda a una chica que conozco a la que le gustaría que tuviera la elegancia de un diseñador gay, la fuerza de un leñador , los conocimientos prácticos de un fontanero-electricista y la habilidad de un equilibrista... y a veces hay que recordarle que con quien se casó fue conmigo...
Un abrazo
¡Qué prodigio de hombre! impresionante
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