sábado, 9 de agosto de 2008

Un trabajo diferente (II)




El trabajo fue un juego de niños. Es verdad que el hotel era algo siniestro y ruidoso por las noches, pero el ambiente parecía más bien de estudiantina. Es verdad también que había un canal de películas condicionadas, pero bueno, la “programación” era variada. Es cierto que la conserje era un bull dog rabioso, y que apenas se le veía la cara por el cuadradito de la recepción; y que las valijas se depositaban en un subsuelo, apiladas en una montaña sin número ni orden alguno.
Pero podría decirse que era un hotel corriente. Y limpio. Aprovechó la noche, y se fue a beber un whisky sin agua ni hielo a un barsucho de mala muerte en Broadway.







Al día siguiente fue al restaurante vietnamita, y también era difícil en la primera impresión. Sobre todo la mesa escondida en el salón del fondo, donde apacibles orientales comían en silencio. Pero no había ninguna mafia. Nuestro hombre se tomó el trabajo de verificarlo bien. Y no encontró nada. Tomó fotos de todo y en el mismo bar de la noche anterior preparó un informe detallado. Luego voló por las escaleras hasta el cuarto 203. Se relajó al encontrar su segundo cheque. Necesitaba ese dinero, el primero se había evaporado con las deudas.
Bajó para enviar el correo con su informe a la casilla que le dejó el cliente anónimo, y se volvió al Chelsea para recoger sus escasas pertenencias y largarse. Pero una mano salió por el pequeño cuadrado de la recepción con otro sobre a su nombre. ¿Otro sobre?







Se quedó perplejo al ver el pasaje “Nueva York-Madrid”
Y una esquela indicándole que la limusina que lo llevaría al aeropuerto ya lo esperaba abajo. En en el vehículo tendría más instrucciones.
Camino al JFK, mientras abría el último sobre, comprendió que su trabajo en Nueva York había sido una prueba. Que lo que se pretendía de él era otra cosa, más importante. Y lo corroboró al ver el nuevo cheque, que ahora era en euros y con un cero más que el anterior. No podía creerlo. Tres días atrás estaba quebrado y con orden de desalojo. Ahora, abandonaba Nueva York, rumbo a Madrid. Se sirvió el último whisky neoyorkino del bar de la limo. Era hora de analizar las nuevas instrucciones...


Continuará...

13 comentarios:

Martine dijo...

Este hotel se las traía... Pero todo muy inocente finalmente, que malos y suspicaces fuímos¿Nos perdonas?

Sólo una pregunta ¿Qué canal vió el detective, o forma parte del secreto profesional? ;-)

NY-Madrid!!! Se nos está aproximando peligrosamente... A quien(es) vendrá a investigar, estamos temblando unos cuantos...Seguro... Y despues de Madrid donde lo llevará el próximo sobre... No vivo en mí...

¡Ay, qué angustia...

Una taza de café... ¡uy perdona!
Un beso Marcelo.

CarmenS dijo...

A ver si nos lo encontramos en Madrid y logramos reconocer al detective por su porte.

begoyrafa dijo...

Parece que la suerte de nuestro detective favorito cambia, pero hay algo sospechoso en todo esto. Cuando todo va tan bien...
Un abrazo
Rafa

eva lluvia dijo...

qué emocionante!

...

Merche Pallarés dijo...

Lo que no dijo nuestro detective (porque YO estaba allí) es que en la limusina se encontró con una mujer madura, sin operar, bastante insinuante pero recatada... que era mismamente una servidora. No me reconoció. Pero yo había estado en la habitación 202, viendo una reposición de "I Love Lucy" que daban en el canal 158... mientras esperaba la misión enconmendada y el cheque correspondiente... llegó el cheque por un millón de rublos (3,000 €) y el billete New York-Madrid. La limusina negra llegó al hotel a buscarme, me introduje en el amplio espacio cuando ¡de repente! un hombre joven, apuesto, aire de gaucho, con acento argentino, se acomodó a mi lado (¡no podía creer mi suerte!) era al que tenía que controlar... (continuará)

Camille Stein dijo...

inquietante trama...

estemos atentos a esas nuevas instrucciones

...

Anónimo dijo...

Ay.
Esto es como para ponerse en lo peor. Miedo me da.
De verdad.
Besos, Marcelo.

Merche Pallarés dijo...

Por cierto, el apuesto gaucho se sirvió un whisky, me ofreció otro pero eran las 7:00 a.m. y encontré que la hora no era la más apropiada... hubiese preferido un chocolate con churros pero eso no existía en el bar de la limusina... (como digo, continuará)

Gatadeangora dijo...

Estoy en un "sinvivir".Por favor pon pronto la tercera parte o me quedo sin uñas,y ya sabes que para una gata eso es desastroso.
Besos

Arcángel Mirón dijo...

La tercera parte será la última, no? Porque esto no es vida, Marcelo...

Miriam dijo...

Parece que va todo mas que bien... o no? Se está poniendo interesante.
Besos

Anónimo dijo...

Como me gustan éste tipo de historias! Te sigo con atención!

=)

fritus dijo...

Oye tío...ya que has llegado a la iberian península, acercate un poco...que están Sharon y Kate esperando ( o otras que se llamen como sea...)

Un abrazo

Bitacoras.com