jueves, 17 de junio de 2010

Los perros de Pavlov

Pavlov es el nombre de uno de los asistentes convocados por algún dios inseguro que quiere encontrar leyes universales en el mar de nuestra incertidumbre.
Que no se nos haga agua la boca la próxima vez que toque la campana Pavlov, así su preocupado jefe entiende que la conducta humana es imprevisible, incluso para los dioses como él.


Iván Pavlov

12 comentarios:

Susana Peiró dijo...

El condicionamiento. En la magdalena de Proust (En busca del tiempo perdido) y en el ruso. Me dio hambre, voy por la cena. Chassss Gracias, Bon Appétit y Buenas noches.

Cristina dijo...

El mar de nuestra incertidumbre se agita aún más, cuando ese dios inseguro que quiere encontrar leyes universales , obedece a su vez humanas leyes:

"A Dios se prohibe, de parte del Rey, hacer milagros en este lugar".
Se refería al Petit Cimetière del barrio de Saint -Médar, Paris, donde ocurrían milagros jansenistas.
Comentario del Abbé Terrason: Lo que más me complace es que Dios haya obedecido.
(Adolfo Bioy Casares, De jardines ajenos, pág. 25)

Preciosa entrada.

h.j.s. dijo...

Encantador

SIL dijo...

Irónica e inteligente forma de decir la cosas, caballero...

Parafraseando a Bakunin, el dios que prohibió a Adán y a Eva comer los frutos del árbol de la ciencia quería que el hombre, privado de toda conciencia de sí mismo, fuera por siempre una bestia eterna, en cuatro patas ante dios viviente, su creador y su amo.

Pero le salió mal...

Aún a luz vista de ese resultado, intuyo que cuando Adán vio a Eva, se le hizo agua la boca :)_

Besos mil, Marce

SIL

esteban lob dijo...

Observación al comentario de SIL:

¿Y a Eva no se le habrá hecho también agua la boca al ver a Adán?

Ana dijo...

Y cuando "en el mar de nuestras incertidumbres" oímos "la campana" preferimos ignorar que su sonido aún nos estimula.
Recogemos babas y sellamos los sentidos.

Buena di yo de niña con esto de Pavlov.
Probaba con un silbato y un jilguero que me consentía todo.

ana. dijo...

¿habrá alguna certeza?

besos, Marce

Luis dijo...

Hola Marcelo:
Me era completamente desconocido el dios Pavlov... y por supuesto sus perros.
Feliz fin de semana,
Luis

miralunas dijo...

sabe qué? a veces ustè me parece Pavlov: suena su campana y se desarrolla tal manifestación de conocimientos y etc. que se me termina haciendo agua la Boca, mire lo que le digo.

ta pintón Pavlov, mire. no sè si no hubiera sido una de sus perras, con perdón.

ALE. dijo...

Me imagino al gran dios perro en las alturas de la eternidad, bueno tal vez sea las profundidades de la eternidad, pero lo importante que alli está Pavlov, una campana que suena,suena,sin parar, las comisuras de nuestro distinguido salivando y centenares de ángeles caninos gritando: OOOLEEEEEE!!!

SIL dijo...

Respuesta tentativa a la observación de Esteban:

Seeeeeeeeeeeee, seguro!!!
Si no, se hubiera comido la manzana solita, sin ir a tentar al santo varón...

:)

Unknown dijo...

Demasiada logica dentro de los conductistas, saludos desde el País Vasco, bonito blog!

Bitacoras.com