sábado, 28 de marzo de 2009

Finales felices

A él le calculo ochenta y siete
(a ella, ochenta)
llegan casi al cierre al restaurante
(¿de dónde vienen?)
De arranque piden vino,
queso y pimientos
(¡le ponen sal!)
después fuccile
pesto y tuco
mientras tanto
se comen con los ojos
y conversan toda la comida
(son dueños del tiempo)
El tiene un cigarro en el bolsillo
Piden la cuenta y yo
que tengo la mitad de sus edades
los envidio como si fueran
estrellas de rock
Y es que lo son.


Dedicado a Helena, que se queja por la escasez de finales felices en este blog, y tiene razón.

66 comentarios:

gloria dijo...

Protagonistas de la mejor de las baladas, esta vez con final feliz.

Creo que me gusta aún más que el anterior. ¿Ya puedo llamarte poeta?

Un beso.

marichuy dijo...

Marcelo

Este es un buen final feliz; me gusta. Totalmente alejado de los cuentos de hadas bobos.

Un beso

Helena dijo...

Pero que rico eres! Si es que vales mas que pesas! . Gracias Marcelo por esta historia y sus final feliz. Un beso grande, ¿que digo grande? ¡enorme!.

Hada Isol ♥ dijo...

Que envidia sana les tengo a esos abuelitos,aquí entre nos(tengo tanta vitalidad que el otro día cuando llevé a mi abuela al paraiso donde nació,ella caminaba super veloz y yo necesitaba pulmotor!!!!!! con razón ella llegó hasta esta edad!)
Ah y si me dices que al final comieron un postre con azúcar pues ya mi envidia deje de ser sana y pasa a ser envidia en serio!
Me encantó,el final feliz tambien es lindo!Pero no le quietemos merito a los otros finales!
Buen finde con tu preciosa familia!

Marcelo dijo...

Gloria: puedes, pero si me lo dices por la calle no me daré cuenta que me llamas a mi!
Un beso

Marichuy: yo también detesto tanto los cuentos de hadas bobos, que tal me me puse un tanto demasiado ácido...

Jajajaja! Gracias Helena!
Gracias.
Un beso

Isol: para mí son héroes. Me da rabia cuando los dejan de lado. Para mi, llegar a esa edad con deseo, es lo máximo a lo que podemos aspirar.
Se me escapó lo del postre, no pude ver eso...
Un beso!

Anónimo dijo...

Maravilloso! Dueños del tiempo y de su amor. Rock and love.
Besos

Martine dijo...

¿De postre? ¡Tiramisú! Eso si que remata un final feliz...

Preciosa y entrañable Pareja...

Un beso.

Anónimo dijo...

Llegaremos?

Antón de Muros dijo...

Con pesto y tuco no puede haber sino finales felices ;-)

Un abrazo.

Antón.

Marcelo dijo...

Parsimonia: como varían nuestros deseos con el paso del tiempo! Por lo menos a mí me sucede eso...
Un beso

Se me escapó el detalle delpostre Selma! Pero seguro que hubo uno muy rico...
Un beso!

Totalmente de acuerdo Antón. Este está en Jean Jaurés y San Luis, Abasto.
Un abrazo

Con fe Marichu!

Anónimo dijo...

Los finales felices son escasos en la vida, son como estrellas fugaces.
Tienes una suerte extraordinaria de observar uno con tus propios ojos, yo también la he tenido, (y la envidia también).
Pero haces una descripción real, lo cual es esperanza de por sí.

Me ha encantado el texto.
saludos.
fin.

gabo dijo...

Para el postre sugiero flan con crema o dulce de leche, va no se jej es lo que hubieran pedido mis abuelos, viva la vida... al mejor estilo elsa y fred.

begoyrafa dijo...

Pues yo creo, o mejor dicho quiero creer, que existen más finales felices de los que nos damos cuenta.
Voy a ocupar un poco de espacio sin pedirte permiso y te dejo en dos partes un artículo que publicó Arturo ´Pérez Reverte hace muchos años enun suplemento dominical. La primera se parec un poco a este maravillosos poema tuyo:

"El último ojal"
Arturo Pérez Reverte

"Fue el otro día, en Gijón. Era domingo y hacía sol, y la playa, y el paseo marítimo, estaban a tope de gente remojándose en el agua o apoyada en la barandilla de arriba, mirando el mar. Todo era apacible y muy de color local, gente de allí en plan familiar, sin apenas guiris. Era agradable estar de codos en la balaustrada, observando la playa y las velas de dos barquitos que cruzaban lentamente la ensenada. Había una cría dormida sobre una toalla junto a la orilla, y chiquillos que alborotaban entre los bañistas, y jovencitas en púdicos bikinis y mamás y abuelas en bañador respetable que charlaban mojándose los pies. Y un niño rubito y tenaz, un tipo duro que había hecho un castillo de arena y estaba sentado dentro, reconstruyendo impasible la muralla cada vez que el agua la lamía, desmoronándola. Lo que, por cierto, no es mal entrenamiento de vida cuando apenas se han cumplido siete años.

La pareja no me habría llamado la atención -había docenas semejantes- de no ser porque vi el gesto de la mujer. Eran dos abueletes que habían estado un rato a remojo. Llevaba ella un vestido de esos veraniegos para señora mayor, estampado, con botones por delante, y una cinta en el pelo que le recogía el cabello gris. Era regordeta y menuda. Él estaba en bañador, un calzón de playa de color discreto, y se abotonaba despacio, con dedos torpes, los botones de la camisa gris de manga corta. Tenía las piernas flacas y pálidas, de jubilado al que le queda verano y medio, y la brisa le desordenaba el pelo blanco alrededor de la frente salpicada, como sus manos, con las motas que la vejez imprime en la piel de los ancianos. Los dedos del hombre no acertaban con el último ojal, y vi que la mujer le apartaba delicadamente la mano y se lo abotonaba ella, y luego, con un gesto lento y tierno, le pasaba la mano por la cabeza, como si quisiera arreglarle también un poco el pelo, peinárselo con los dedos y dejarlo un poco más guapo y presentable."

begoyrafa dijo...

La segunda parte, a lo mejor ya no le gusta tanto a Helena.

"Me quedé mirándolos hasta que se alejaron camino de las escaleras, y aún vi que él se apoyaba en el hombro de ella para subir los peldaños. Y me dije: ahí los tienes, Arturín, toda la vida juntos, cincuenta años viéndose el careto cada día, y los hijos, y los nietos, y cállate y lo que yo te diga, y el fútbol, y aquella época en que él volvía tarde a casa, y el mal genio, y el verlo tanto en sus momentos de hombre que se viste por los pies como en los momentos de miseria; y en vez de despreciarlo de tanto asomársele dentro, de no aguantarlo por gruñón o por egoísta, ella aún tiene la ternura suficiente para ponerle bien el pelo después de abrocharle ese último botón en el ojal.

Y a lo mejor él ha sido un tío estupendo o un canalla, y eso no tiene nada que ver, y resulta compatible con el hecho de que ella, que parió sola, que se calló por no preocuparlo cuando sintió aquel bulto en el pecho, que se ha estado levantando temprano toda la vida para tener paz en una cocina silenciosa, le siga profesando una devoción que nada tiene que ver con lo que llamamos amor; o a lo mejor resulta que el amor es eso y no lo otro, ese ejercicio de lealtad que puede consistir en repeinarlo con la mano, en decirle ponte guapo, Manolo. En que ella, que siempre fue al médico sola hasta cuando pensó que se iba a morir, entre en la consulta con él y le diga siéntate aquí, anda, estate quieto, que ahora viene el doctor. En cerrarle con disimulo la bragueta cuando él sale a pasitos cortos del servicio. En dedicarle una vida que él no siempre supo merecer.

Y ahora él depende de ella, y es ella la que lo sostiene como en realidad lo ha sostenido siempre. Y un día Manolo, o como se llame, dirá adiós muy buenas; y ella, que renunció a tantos sueños, que se impuso a sí misma un extraño deber unilateral, que no vivió nunca una vida propia que no fuera a través de él, se quedará de golpe quieta y vacía, perdida su razón de ser, con hijos y nietos que de pronto se antojan lejanos, extraños. Añorando la cadena que la ató recién cumplidos los veinte, cuando casarse, poner una casa, tener una familia, era un sueño maravilloso como el de las poesías y las películas.

A lo mejor, antes de hacer mutis, él tiene tiempo, decencia y lucidez para darse cuenta de lo que ella fue en su vida. Y entonces echará un lagrimita y le dirá eso de que lamenta haberla tenido como una esclava, etcétera. Y ella, una vez más, se callará y le pondrá bien el pelo, para que agonice guapo, en vez de decirle: a buenas horas te das cuenta, hijo de la gran puta."

Un abrazo
Rafa

Merche Pallarés dijo...

Los abuelos tenemos mucha marcha... Me ha gustado mucho este post al igual que el artículo de Pérez-Reverte que escribe RAFA. ¡Qué bien describe la situación de muchísimas mujeres de esa generación! Menos mal que la mia ha sido más libre y, por lo menos, muchas hemos VIVIDO. Así al llegar a los 80 nos podemos dar un atracón de tuco y pesto con sal... Espero. Muchos besotes, M.

TORO SALVAJE dijo...

Yo conozco a dos.
Los jueves almuerzo en un restaurante encima de la playa. Me gusta mirar el mar, pero disfruto más mirando a una pareja de edad similar a la de tu post.
Comen bien, beben bien, y al final él enciende su habano y mientras toman un whisky (ella) y un coñac (él) no paran de bromear. De tanto en tanto él le pasa el habano y ella aspira unas caladas.

Siempre digo a mis acompañantes que esos dos son una maravilla.

Son ídolos para mí.

Te prometo que existen.

Saludos.

m.eugènia creus-piqué dijo...

Qué difícil y escaso es este amor duradero, me encanta ver estas parejas tan mayores y que se adoran, hacen bien en disfrutar de la vida, lo haremos nosotros cuando lleguemos a su edad ? Besos chico guapo.

Malvada Bruja del Norte dijo...

La vida al fin y al cabo es eso, como decía Márquez Vivir para Contarla y poder llegar bien, disfrutando de esos pequeños placeres...

Steve McQueen dijo...

Sí a la vida.Sí a la vida.Sí a la vida.Sí a la vida. Sí a los linces. Sí a los linces. Sí a los linces. Sí a los linces.SIDA la vida.SIDA la vida.SIDA la vida.SIDA la vida.

Silvia_D dijo...

A los 80 la vida debería ser sí, lo será, es mi sueño :)

Preciosas letras, viejito

Besoss

Anónimo dijo...

Finales o principios; en cualquier caso, tierna la historia. Felicidades y besos.

Laura dijo...

Me ha pasado algo genial. He leído tu relato y después el comentario-relato de Rafa y, de verdad, que me he quedado impresionada. Nunca dos hombres me habían convencido tan rápido y con argumentos tan distintos de lo mismo.
Un abrazo fuerte para los dos, si me permites, Marcelo, utilizar este espacio.

Marcelo dijo...

Gracias Fero! Yo creo que todos hemos visto uno así. Entonces quiere decir que es posible. Y la esperanza es un bien renovable, incluso para los desesperanzados.
Un abrazo!

Totalmente de acuerdo Gabo, incluso con el flan con crema O dulce de leche, ya que me gustan con cualquiera de los dos, pero no los dos juntos!
Un abrazo

M dijo...

Ojalá mi novio y yo lleguemos así a esa edad, ENVIDIABLE!

Aurora dijo...

Qué bueno leer justo hoy un final feliz!

Un beso, Marcelo.

esteban lob dijo...

Otro final feliz y el mismo día tuvo lugar en Nuñez.
(Para los argentinos, claro. No para los venezolanos)

SOMMER dijo...

Leñe, yo también les envidio. Y mucho¡¡¡¡

Patty dijo...

Tu poesí y el relato que publicó Rafa son totalmente opuestos (o tal vez no). Me gustaron mucho ambos.

Me quedo admirando a los viejitos de tu poesía, desde otra de las mesas del restaurante.

Soledad Sánchez Mulas dijo...

Este poema, además de optimista, tiene un toque canalla que me encanta.

Me gustaría llegar a ser una viejita coqueta, con mi enorme bolso a cuestas cargado de plumas y libretas... y sentarme a comer con mi viejito... y por qué no, mirarlo con los ojillos pícaros mientras se me cae un poco de vino en la pechera de una blusa rosa.

Sí. Me gustaría.

Eres un crack, Marcelo.

Un beso.

Soledad.

Viviana dijo...

Eso sí que es un final feliz. ¡Quien pudiera...! Un abrazo

creaciones un zapatito de cristal dijo...

somos dueños de nosotros mismos pero no del tiempo besitos maria

Marcelo dijo...

Rafa crack! lo pusiste en blanco y negro, para elegir. A lo mejor no son opuestos, sino los dos extremos de una misma situación, y cada pareja tiene matices de ambas...
Un abrazo!

Hola Merche! Sí, el aporte de Rafa completó la situación, y nos da un panorama de posibilidades. Hay de todos los colores, verdad?
Un beso

Marcelo dijo...

Torazo! Venite a mi restaurante que yo voy al tuyo, y vemos a los cuatro.
un abrazo

No sé si lo haremos GENI, Pero viéndolos ya te dna alegría.
Un beso chica guapa!

Marcelo dijo...

Así es Bruja. Ojalá podamos!
Un beso

Hola Steve!
Un abrazo

Gracias viejita!
Un beso

Marcelo dijo...

Gracias Reina!
Un beso

Laura: Rafa y yo trabajamos en combinación, aún cuando no nos ponemos de acuerdo!
Un beso

Haifa: ojalá vos y tu novio lleguen a esa edad. Y si es juntos, mejor!
Un beso

Por qué justo hoy Aurora?
Un beso

Marcelo dijo...

Y para la roja también Esteban!
Un abrazo

Sommer: te tengo fe, vos también vas a llegar!
Un abrazo

Patty: vos eras la qie estaba en la mesa de al lado, coemiendo un helado de frutilla?
Un beso

Marcelo dijo...

Soledad: me encantó eso del "toque canalla"
estoy seguro que vos lo tenés!
Un beso

Hola Viviana, te estaba esperando, bienvenida! y tenés razón, quien pudiera!
Un abrazo

Maria: tenés razón, pero me parece que después de los 80, además sos dueña del tiempo...
Un beso!

Viviane Moreno dijo...

Hola Marcelo, espero que estés bien.

Gracias por pasar en mí blog.
Muy interessante el tuyo, por las letras que leí hasta ahora.
Seguiré leyendóte.

Cuándo puedas mira el otro blog mío: viviane's
(www.morenoviviane.blogspot.com)

Buena semana
Saludos

Lore dijo...

... si es que no hay edad ni para el amor ni para el placer ...
:)
un besito marce, que hacia tiempo que no pasaba por aquí...

Marilyn dijo...

Qué lindo!!! Ojalá se vieran más a menudo, me encanta!!!

Miriam dijo...

Y yo que no dejo de sorprenderme cada vez que los veo... Se ven, se sienten felices, plenos.
Es un ritural su llegada y nuestras miradas que se congelan y nuestras palabras se silencian y solo hay una mirada cómplice entre nosotros...
LLegaron y el tiempo se para por segundos y nos preguntamos( sin palabras), podremos nosotros?
Lindo relato.
Besos

olhodopombo dijo...

resumi o mais que pude a historia do João Pessoa, no meu blog...
tem um filme brasileiro sobre ele muito bom feito pela cineasta Tizuka Yamanaki

ana. dijo...

Ay, Marcelo...GRACIAS! hoy necesito creer en la vida.
Un abrazo.

BEATRIZ dijo...

Marcelo

Y...yo quiero llegar a esa mesa exquisita de la conversación y las miradas.

Un abrazo.

Ana dijo...

Yo también les envidio. Hasta creo haberlos visto.
Las grandes lecciones no se olvidan.
Un abrazo.

Marcelo dijo...

Hola Viviane! Pasaré por tu otro blog con mucho gusto.
Un saludo

Te estaba extrañando Lore! Siempre es un placer que pases (pero tranquila, que no una obligación)
Un beso

Marilyn: es cierto que no se ve mucho, pero si agudizas el ojo, algunos se ven!
Un saludo!

Marcelo dijo...

Miriam: por qué no?
Un beso

Obrigado Fatima!
bjs

Ana: espero que hoy te haya podido ayudar!
Un beso

Marcelo dijo...

Beatriz: como invitada ya podés. Para el lugar de ella, me parece que te faltan algunos añitos...
Un beso

Seguro que los viste Ana. Son universales!
Un beso

Viviana dijo...

Marce: Cuando puedas pasate por mi blog que hay un regalito para vos. Besitos

Anita dijo...

Esta pareja se merece un final feliz, sin lugar a dudas.

Muakk

angela dijo...

Hola Marcelo! ¡ Felicidades! por terminar una historia con final feliz.Te digo lo mismo que otr@s que me precedieron.Sucede muchas veces pero, nosotros con las prisas y la velocidad de la vida no nos percatamos de que hay parejas que viven hasta el resto de sus vidas con la misma ilusión que cuando empezaron.Te cuento, casi se me han salido las lágrimas porque mi padre con 87 años me dijo ...Yo aquí, no hago nada sin mamá.... quiero irme con ella y, así fue, se murió creo que de pena . Ahora el 6 de abril, hace unos años que murió. Me has tocado el corazón. Gracias Marcelo por recordarme esa bella historia que me ha recordado a mis padres...Un abrazo y feliz semana.Angela

Mi vida en 20 kg. dijo...

Que mejor que ser dueños de su propio tiempo...un lindo "no final" feliz

lisebe dijo...

Que bonito Marcelo!!

A mí me gustaria llegar a esa edad y conservar intacta la llama que esta pareja tiene. Y es que el amor debería ser eterno! Envidio a mis padres por ello.

Besos Marcelo

Cigarra dijo...

Gracias por esa historia tan sencilla y tan plena, Marcelo. Y es que saber envejecer es la asignatura más importante de la vida. ...si nos dan la oportunidad de llegar a ese examen, claro. Y si encima tenemos la suerte de llegar acompañados de esa manera y sabiéndolo apreciar! No creo que haya suerte ni sabiduría mas grandes.
Y no estoy de acuerdo con el final de la historia de Perez Reverte. No tiene por qué ser él un hijo de puta ni ella una esclava para que le cuide y le ayude con amor, pasen los años que pasen. Y he visto parejas en que sucedía lo contrario, ella estaba peor y él la ayudaba, y no hay esclavitud. Cuando hay amor no cuesta nada hacer eso, y mucho más por la otra persona.
Un abrazo desde Madrid

CarmenS dijo...

todo puede tener un final feliz... si cortas el relato a tiempo. ¿Alguien puede ya creerse que los príncipes y princesas que comieron perdices fueron toda la vida felices? Si la historia de su amor continuara, dejarían en algún momento de ser tan felices.

Anónimo dijo...

¡Cincuenta y cinco comentarios! Deberías hacer más finales felices, Marcelo, ¿te das cuenta de cuánta gente ha pasado por aquí? Estamos todos necesitamos de estrellas del rock, has hecho bien con este poema. Tristes o felices, lo que no le falta a tu poesía es ternura.

Un beso.

copperhead dijo...

repampanos!!!!!!! vas a cumplir algún record de post???
seguro que si!

Échale un ojito a mi pájaro muerto junto a la ventana... estoy construyendo una pequeña historia que escribo a trozos- Cuando tenga muchos los iré juntando..
La vida está muy mal, así que ahora sólo puedo tomarla a trozos pequeños, que sino duele

Potter dijo...

Me encantó!
Impecable!

...

Maritoñi dijo...

JAJAJJAA Me ha encantado.

Por lo menos no ha muerto nadie en el restaurante.

Besos con azúcar glasé

Marcelo dijo...

Está puesto Viviana!
Muchas gracias.

Nosotros también Anita!
Muakkk

El agradecido soy yo Angela. Uno escribe buscando emociones, y cuando las puede transmitir, se siente pleno.
Un beso grande!

Marcelo dijo...

Hola Mi Vida! Sí que es muy lindo ser el dueño del tiempo. Y se puede, eh!
Un beso

El amor debería ser eterno Lisebe. Sea uno, o sean varios.
Un beso

Cigarra: nos has dejado un abanico de ideas que te agradezco mucho.
Un beso!

Marcelo dijo...

Sí Cecilia, todo termina, incluso la felicidad. O no?
(no estoy tan seguro ahora)
Un abrazo

Gracias Fusa! Recuerdo cuando hablando de mis poesías me decías que eran sencillas. Y tenés razón, diste en la tecla mejor que yo, que las llamo "imperfectas" Así que te agradezco también lo de la ternura, porque te sé certera. Y el final feliz....Somos todos hijos de Hollywood!
Un beso

Marcelo dijo...

Allá voy Copperhead!
Un beso y gracias

Gracias Potter
Un abrazo

Maritoñi: no me des ideas que pongo un loco con una ametralladora que liquide a los viejitos, a los mozos y a este humilde observador.
Un beso

Viviane Moreno dijo...

Mi querido amigo...

Gracias por pasar en mi blog.
Estoy leyendo tus historias en Brasil...espero que voelvas...je

Un abrazo

Shandy dijo...

Han llegado a los 80, tienen tiempo y se comen con los ojos... Oiga, dónde hay que firmar?
Tierno.

Turcaos dijo...

Pueden decir lo que sea acerca de los cuentos de hadas, yo tengo 26 años, se puede decir que soy un poco cursi, pero depende de cómo y quién lo vea, de todas maneras no me importa. A mí me gustan porque transmiten lo que todos desearíamos de alguna manera, un comienzo algo alegre, un nudo aireado pero siempre con un final feliz, que nos indicara que todo lo que pasamos en la vida habrá valido la pena.

Pero ese desenlace no justifica lo acontecido, después de todo, somos nosotros los que le damos el suficiente significado y lo distinguimos al valor que se merece. En otras palabras, "los medios evidencian el fin", entonces, "vive una buena vida y has tu final feliz".

A este mundo le hace falta algo de magia y muchos finales como ese, ver a dos personas en esas instancias le hace a uno no perder la esperanza, porque, "si ellos pudieron... porqué ustedes no?, porque yo no?"

Saludos a todos. ;)

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