martes, 21 de julio de 2009

El Zurdo es un cerdo (III)

El cuadro era extraño (con el Zurdo todos los cuadros son extraños)
Sandy estaba apoyada en el mostrador, con la mirada fija en la puerta. Sus chicas iban y venían pese a que no había quedado nadie en el bar, excepto –claro- los tres de la punta. Todas sonreían. Incluso alguna soltaba una risotada. El detective fue directo a la mesa. Estaban en una de esas que tienen asientos fijos con respaldar como de tren. Esas que siempre se ocupan primero porque son más íntimas. El Zurdo estaba del lado de la pared. Desencajado, no miró al detective cuando éste se acercó. Parecía en trance, con la vista perdida. Tenía las manos sobre la mesa, igual que el oso con pinta de rottweiler que estaba a su izquierda. Sólo que el oso tenía arriba una mano sola. La derecha se perdía debajo y de vez en cuando hacía presión. Si el Zurdo se quería zafar, el oso apretaba más y le metía un cabezazo. Entonces el Zurdo largaba un quejido cansado. Del otro lado de la mesa, el tipo que parecía ser el Jefe fumaba tranquilamente. El Detective lo reconoció. No era lo que se dice un tipo limpio. El Detective probó distender:
- Zurdo, sabía que te gustan las cosas raras. Pero no tanto.
No resultó porque nadie se rió.
- Andate detective. No es con vos el asunto.
- Lo es si hacen que suceda en este bar…
- El caballero nos ha intentado estafar. A nosotros, que somos del Departamento de Defraudaciones y Estafas.
El detective no necesitó saber más. Sabía que el Zurdo le cobraba a algunos profesionales un “permiso de trabajo” en nombre del Departamento. Seguro que se quedó con alguna parte que no le correspondía…
- Supongo que se trata de un error. Sólo que no lo puede explicar porque está sofocado. No es cierto Zurdo?
El Zurdo lo miró. Trataba de hablar y no le salía más que un quejido. Quería decir tanto con los ojos a la vez y no podía, que finalmente suspiró y apoyó su cabeza sobre la mesa.
Quizás si voy hasta tu casa a buscar la suma de dinero que los caballeros reclaman, solucionamos el problema. Qué les parece?
El Zurdo recuperó el habla milagrosamente y suspiró
- No…
El Jefe hizo una seña y el oso con pinta de rottweiler apretó de nuevo. Pero esta vez una vena surcó su frente. O se había enojado o estaba apretando con más fuerza. O quizás ambas cosas. El Zurdo gritó por primera vez desde que el detective había llegado. Lloraba sin lágrimas y mezclaba insultos con pedidos de piedad.
- Zurdo, si no dejás que vaya a buscar la plata ahora vas a tener que orinar por un tubo de plástico el resto de tu vida. Y mejor no te hablo de tu vida sexual. Deberás cambiar de hábitos, te lo aseguro.
Unos apretones más tarde el Zurdo dijo que sí. El lugar donde guardaba el dinero se lo dijo al oído. Le pidió, le imploró que sólo sacara la suma que debía. El detective ya ganaba la calle tormentosa cuando volvió sobre sus pasos. Imaginaba la respuesta pero lo intentó igual. Sandy conocía toda clase de tipos extraños. Pero no sabía nada de un centauro violador.



14 comentarios:

Marcelo dijo...

(ya va terminando)

TORO SALVAJE dijo...

Pobre zurdo.
Como a todos los cerdos le ha llegado su San Martín.

Saludos.

Leonor dijo...

Cómo me hubiese gustado ver la escenita... e incluso que me hubiesen dejado a mí algún que otro apretón (ten por seguro, Marcelo, que soy menos piadosa con ese cerdo que el oso con pinta de rottweiler).
En cuanto a mi detective favorito... ¡qué lástima que no supieran apreciar su sentido del humor! porque yo me he reído muchísimo con esa entrada en escena: "Zurdo, sabía que te gustan las cosas raras. Pero no tanto" jajajajaja. ¡Genial, sencillamente genial!

Un beso, encanto.

Lena yau dijo...

Que me pregunte a mí.

El detective, digo.

Después de esto los los huevines del zurdo no van a servir ni para una tortillita.

jaja

Besos, DiviDivi.

carlota dijo...

Pues yo no quiero que termine tan pronto Marcelo .


Un besote.

carlota dijo...

Neso ...

Isabel Barceló Chico dijo...

Impresiona, ¿sabes? Ese tipo de violencia me hace mella. Estupendo. Un abrazo.

Merche Pallarés dijo...

¡Jopé! qué historia más enrevesada... Lo confieso: ¡me he perdido! aunque estoy con TORO que a todo cerdo le llega su San Martín... Besotes, M.

marichuy dijo...

Marcelo

Te decía en la mañana, que me leí de corridito las tres partes "El Zurdo es un cerdo" y me has hecho reír con ganas, tanto que casi sané de mis pesares de sólo imaginarme los dolores y penurias del pobre Zurdito. Pero tengo un reclamo ¿por qué me lo tratas tan mal? El pobre me cae tan bien.

Un beso



Un beso

Antón de Muros dijo...

Vemos que el detective es seguidor con lo que le interesa...

Muy bueno.

Marcelo, ¿cómo te trató la tormenta?

Un abrazo.

Antón.

esteban lob dijo...

Desconozco el por qué y me sorprende que insistan en comparar a cualquier humano desfachatado, con alguien de nuestra noble especie.

Firma:
Archibíades Cerda,
Presidente de la Agrupación de Cerdos Latinoamericanos, (AGRUCELA)

Viviana dijo...

Recién llegué y me leí los tres posts seguidos. POr favooorrr que no termine tan pronto! Me encanta como escribís y esta historia tiene demasiadas vetas como para seguir. ¡Dale, dale! Me encanta el protagonista "shansho". Un beso

silvia zappia dijo...

Ayyyyy!!! Que el detective me pregunteeeeeeeeeeee!!!!!!!(aunque Lena se anotó primero)


Y ya termina???!!!! Pero por qué???!!!


Mil besos!

Richard dijo...

A este paso EL ZURDO va camino de convertirse en un COCHINILLO

Un abrazo

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