sábado, 12 de septiembre de 2009

Aristocracia argentina

Me da ternura cierta aristocracia
que ya no es sino que ha sido
En ciertos linajes de guerreros
En estancias inmensas como pampas
Pero ya no
Aquella señora que mayor
bebe té en la Recoleta
Ya no hay fortunas
Pero aún tiene bibliotecas

y recuerdos de París
para contarme
.

23 comentarios:

esquinaypenumbras dijo...

historias en la oreja del poeta
(una pared por testigo)

Merche Pallarés dijo...

Qué bella descripción de una decadencia. Me ha encantado, querido Marce. Gracias que aún le queda las bibliotecas y sus recuerdos de París... Besotes, M.

Anónimo dijo...

Uuuuy!! Me devolviste un recuerdo.
Era de una de las familias más rancias del pais, pero venida a menos. Llegaba puntualmente cada mes al lugar donde yo trabajaba de telefonísta (de la misma familia) para que le entregaran una cuota "familiar" que mantenía su imagen con mayor holgura que su dignidad.
Tenía por entonces 64 años, Vestía rigurosos vestidos de hilo en verano y lana en invierno; finísimos y extremadamente bien cuidados porque era evidente que databan de añares atrás.
Todavía usaba el pelo cortado a lo "garzon". SIEMPRE guantes y en verano, usaba QUITASOLES ("-nooo, sombrillas no querida... quitasoles-").
Se hacía llamar "Señorita" Catalina ("-porque llegué soltera y honrada hasta ahora y es bueno que se sepa-") y se negaba a tomar cualquier cosa que no fuera té inglés.

Hace de esto muuuuchos años sin embargo simpre que recorro Av. de Mayo (que me encanta) en verano, espero volver a verla con su quitasol, porque te juro, que cuando la veías, todo el paisaje se teñia de un cálido sepia.

Cierto, tienen su ternura.
Pero por lo bajo siempre tendrán ese característico olor a desprecio, y sangre y sudor ajenos. Aunque muy, muy pintorescos.

Gracias Marce.

SIL dijo...

Poesía imperfecta, Marcelo????

NO ESTOY DE ACUERDO.
Y que conste que no le miento.
;)

Está cargado hasta la trancas este poema, y no sólo de ternura ehhh...

Abrazo, caballero.

marichuy dijo...

Marcelo

Mejor ser decadentes, que acomodaticios y arribistas.

Un beso decadentista

iliamehoy dijo...

Es lo que tienen las estancias como pampas, o como anchas mesetas... que cuando se quedan vacías, duelen más y más rato.
Es lo que tienen sus poemas, que de imperfectos parecen mágicos
Una sonrisa

Susana Peiró dijo...

Aristocracia con olor a naftalina, desteñida y sepia. Con tesoros escondidos en roídas bibliotecas, algunos sueños soñados por otros, el Jockey Club, la vaca en la bodega del barco rumbo a París, los ¿viejos? códigos y la tristeza…
Sí Poeta, aristocracia, paquetería perdida. Prosapia demodé y recuerdos…

Susana Peiró dijo...

“Aquella señora que mayor, bebe té en la Recoleta” me trajo a Elvira de Alvear.
"Todas las cosas tuvo y lentamente todas la abandonaron. La hemos visto armada de belleza. La mañana y el claro mediodía
le mostraron, desde su cumbre,
los hermosos reinos de la tierra. La tarde fue borrándolos."

“Todas las cosas la dejaron, menos una. La generosa cortesía”
JLB

Saludos cordiales.

Martine dijo...

"Este blog tiene casi 400 entradas, de las cuales 345 son pura basura. Las restantes aconsejamos no leerlas, son olvidables sin duda alguna."

¿¿Qué disparate es ese, Marcelo??
Eso por una parte.. por la otra tierno Poema, el tuyo...
No soy de la aristocracia... pero me gustaría ser dentro de algunos, muchos años... como aquella señora.. tener recuerdos para contar a quien quiera escucharlos...

Un beso, Marcelo.

Luis dijo...

Hola Marcelo:
Una visión nostálgica de una camino recorrido... muy interesante.
Me queda una duda ¿Qué es La Recoleta?, supongo un establecimiento...
Un cordial saludo,
Luis

Mónica dijo...

Me recuerda a mi abuela, la alemana, no le había quedado casi nada, mucho menos su piano y cuanto lo extrañaba, pero si tenía historias, a montones, yo la escuchaba...

Tus costaditos... transparentes geniales
Un beso

Mónica dijo...

Te dejé también un comentario en la Torre, hace un par de días que no pasaba...
Otro beso

Cecy dijo...

Esto me impresiono.
Hasta la emoción.
;)

Besos, Marcel.

Ana Lopez Acosta dijo...

Se ha modificado la aristocracia, ya no hay esas pampas extensas, los alambrados limitaron a los gauchos como el avance de los tiempos limitó a los aristócratas argentinos - aquellos que descendieron de los barcos antes que nuestros inmigrantes - aquellos que alambraron la pampa y la hicieron suya; aquellos que recibieron tierras como regalo.Qué historia detrás de la historia de una decadencia!
Un beso grande Marce, demás está decirte que me ha gustado muuuuucho y los comentarios también.

Maga h dijo...

Perfecta poesía imperfecta!
Señoras detenidas en el tiempo. Coquetas, finas, con una corvatura que aunque las dobla las mantiene "derechas" no me gusta con ellas ir mas allá de una charla de cocina, de Paris o sus bibliotecas.

Tienen un perfume que no me gusta.

Bien Marcelo!!

miralunas dijo...

pero hay una veterana que tomaba cafè y un bizcocho con grasa en el café de saavedra y Rivadavia, que no serán historias de París, chabón, pero ni sabès que historias!

con un perfume que seguro le gustaba a magah.

jap jap

miralunas dijo...

eso sí, no tiene bibliotecas...., solo algunos moretones en el alma y risas porque sí... y porqué no.

Malvada Bruja del Norte dijo...

Si tiene bibliotecas y recuerdos, tiene historias, y de ellas tu puedes regalarnos nuevos cuentos.

Yo adoro a este tipo de ancianitas!

TORO SALVAJE dijo...

Entonces es millonaria.
Afortunadísima.

Que suerte.

Saludos.

Richard dijo...

La imágen de esa mujer aristocrática quizás con apellidos patricios...tiene todo el discreto encanto de la burguesía, pero con solitario y triste final.

Saludos

maracuyá dijo...

Lo importante es haber sido sabio para comprender que el linaje y la fortuna pasan por otros lados. Podremos entonces todos disfrutar de las historias para contar.

Pero ya no...es la resonancia de todo el texto, que me encanta.

Besos

Abisinia dijo...

Muy tierno y acertada descripción. Me ha gustado.

Pame Recetas dijo...

Lo que yo les envidio son las bibliotecas!!

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