martes, 13 de mayo de 2008

Suerte loca (o historia de martes 13)



La historia fue así: un hombre que trabaja en el hipódromo acertó una cadena (saben que los empleados también apuestan ¿no?)
La apuesta en cuestión es harto difícil, porque se trata de pronosticar los ganadores de seis carreras consecutivas. Por supuesto que se pueden agregar varios caballos por competencia, lo que encarece la jugada pero a la vez la hace más factible, y ahí está la hazaña: la acertó “derecha”, es decir, sin combinación alguna, ya que eligió un caballo por carrera. Dio en el blanco con todos…Cualquiera que sepa de estadísticas sabe de lo que estoy hablando. Cobró ochocientos pesos, no son una fortuna, pero es el equivalente de un salario mínimo…Digamos que mientras un obrero trabaja un mes, nuestro hombre levantó su ingreso con seis pases de magia consecutivos.
Las apuestas no son para cualquiera, porque sabemos que el sistema necesita más perdedores que ganadores si no, no funciona. Pero aquí no se trata de azar exclusivamente, ya que también admite el “estudio” de historiales, jockeys, cuidadores, peso, tipo de suelo, si llueve, si hay viento, si el caballo está nervioso antes de largar, si el dueño del animal viene a ver la carrera con su familia y amigos, cuánto le apuesta, y otros cien detalles más. Ese conocimiento lo tiene un tipo que trabaja allí, aunque algo más hay que tener, sino todos los empleados del hipódromo serían millonarios…
Tampoco pueden jugar mucho dinero, de lo contrario el sueldo se iría en una semana.
Pero volvamos a nuestro protagonista, que ganó. Feliz, se retira y decide ir a cenar con su chica, a paladear la victoria. Cena, brindis, cuenta y salida. Cuando está por abrir la puerta del restaurante, entran tres tipos y le dicen: “vos no te vas a ningún lado, esto es un asalto…”
Y allí, como en una pesadilla, avizora el egreso de preciados bienes: celular, campera y billetera, pero sobre todo un dinero que vale más que su precio…la bendita cadena. Como en película de Luis Sandrini, él y ella tienen ganas de reír y llorar a la vez…

A veces pienso que la suerte no se queda para siempre en ningún lado, pero que se detenga solamente dos horas en la vida de uno, ¡es demasiado!

Tal vez sea como dice el tango: “…en el naipe del vivir, para ganar, primero perdí…” ¿No es así chicos?

Ojo, que los caballos todavía no cruzaron el disco…

9 comentarios:

Soledad Sánchez Mulas dijo...

Cautivador tu relato.
Pero es cierto, la suerte nos toca con su varita y el lapsus de su roce puede perderse en segundos.

Un beso, Marcelo.


Soledad.

angela dijo...

Marcelo, efectivamente la suerte a veces te juega malas pasadas, pero creo, que si no hubiese causa no habría efecto... Hay demasiados ojos que miran, y a veces, la prudencia es la mejor aliada.¿ No crees?.Un saludo de Angela

Marcelo dijo...

Soledad y Angela: coincido con sus comentarios pero cuidado, que la historia no terminó...
Un saludo y gracias!

fritus dijo...

lo aleatorio está siempre presente en nuestras vidas...tanto que las compañías de seguros han hecho de ello su modus vivendi. Supongo que todo es cuestión de cómo mires las cosas...quizás el tio en cuestión puede sentirse afortunado de seguir vivo...básicamente llegar vivo al día siguiente es , a fin de cuentas, cuestión de suerte.

Y bueno...quedó como un rey con su chica con la supercena que se pegaron

un abrazo

Anónimo dijo...

Muy buenooooooo!!!! Fue una muestra gratis de suerte, fue como darte cuenta que el billete ganador de la lotería lo tenías en el saco que llevaste a la tintorería, como romper los boletos de un caballo ganador pero que te lo distanciaron del marcador por un reclamo injusto...en fin apenas una degustación de la felicidad completa, una tentativa de éxito, sólo una caricia de suerte que no llegó para quedarse.
Esto me recordó un pasaje del libro "Los sirvientes" de Gustavo Bossert que decía: "...Tan frágil la felicidad; la arman, la sostienen pizcas de la vida, pormenores, detalles infinitos a través de los años, y llega a parecer irreversible, redonda y perfecta como una bola de hierro; y de pronto, no una carga sostenida del tiempo, apenas un momento, un sacudón de viento que nadie espera, demuestra que ese objeto redondo y perfecto que debía señorear la vida era sólo una pompa, un globo, una sustancia leve que al tocarla se deshace...." En fin... no me quise poner profunda...como Ud. dice los caballos no cruzaron el disco y yo por las dudas siempre juego a ganador!!!!

Marcelo dijo...

Así es Fritus...Pero hay que aguardar el final a ver si el tipo es afortunado o no...

Marcelo dijo...

AVR, a veces la suerte (la felicidad) tiene vericuetos que no conocemos. Lo de Bossert es verdad, uno se acostumbra a estar bien y de repente, zas! era sólo una pompa de jabón. Veo que ud. domina el tema, aguarde la resolución de la historia...

Anónimo dijo...

Por eso siempre hay que estar preparado, nunca esperar varitas... si vienen mejor que mejor. Un beso Marcelo.

Marcelo dijo...

Totalmente de acuerdo Críptica! Nos vemos!

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