sábado, 24 de mayo de 2008

Una noche trastocada



Bodegón del Abasto.
No es El Bulli.
Es un bodegón del Abasto.
Acá a cien metros se crió Gardel. El lugar es un poquitín áspero.
Pero a mí me gusta mucho.
El ayudante del mozo se equivoca y le retira el vino a la mesa de al lado. Y no habían terminado de comer.
Nosotros estamos cerca, vemos todo.
El hombre reclama que le llevaron la botella sin terminar.
Pasan diez minutos y nada.
La pareja sigue comiendo y no tiene ni agua.
Otros cinco minutos y vuelve el mozo.
La botella original no la encuentra. Entonces trae una botella pequeña, de vino tinto, abierta.
El hombre se queja de nuevo, estaba bebiendo vino blanco.
Aparece el dueño y se disculpa. Vuelve la botella de vino blanco original.
¿Original? Me pareció que el problema estaba solucionado.
Creo oportuno hacer un chiste.
Miriam adivina mi intención, me pide que cierre la boca.
Nunca lo hago en esos casos. Si el chiste ya está en mi cabeza, no puedo reprimirlo.
Le pregunto al hombre si le parece que encadene mi botella para que el mozo no se la lleve. Encima era de la misma marca que le quitaron a él.
El hombre hace una media mueca parecida a una sonrisa, mientras se apresta a probar el resto de vino de la botella devuelta.
Toma la copa del tallo. Intuyo que eso es señal de guerra, va a probar si el vino devuelto corresponde a la marca de la etiqueta. Esa sola actitud me dice que opina que no es el mismo vino.
Empieza a gritar y dice que ese vino no lo paga. Que no es el de la etiqueta. Que es una estafa. Pequeño escándalo, viene el dueño de vuelta y dice que se trata de una confusión.
El tipo no me mira más, pero la que me mira es Miriam, que en silencio me recrimina…¿por qué no cerraste la boca? Si yo te avisé…
El tipo no acepta explicaciones, ni siquiera el obsequio de una botella idéntica a la del problema. Ahora sí me mira para ver qué hago, si tomo partido por alguien. Pero me quedo callado.
Le digo a Miriam que me pareció exagerada la actitud del hombre, que cuando se dispuso a probarla de nuevo ya había decidido hacer el escándalo.
Observo si le pareció adecuado mi silencio postrero.
Pero Miriam ya no me escucha más. Me dice que debí cerrar la bocota, que nunca lo hago en estos casos, que parezco un chico.
¿La verdad? Tiene razón…
Igual al mozo lo adoro, lo conozco desde que tengo quince y si por error se lleva la mesa y las sillas y nos deja comiendo de pie, seguro que tendrá alguna buena razón.
Mi Bulli se llama “La Viña del Abasto”
No hay que reservar con tanta anticipación pero cuidado, que si llegás tarde esperás una hora mínimo.

El que lo quiera conocer, está invitado. Pero del vino me ocupo yo.

16 comentarios:

m.eugènia creus-piqué dijo...

Bon Día Marcelo, te devuelvo la visita, como me he reido con tu relato de la botella de vino, es verídico o inventado ?
Vaya fallo garrafal el del camarero, en que debería estar pensando el chaval ?

saludos.

Marcelo dijo...

Hola M. Eugenia! Es real, lo que ocurre es que el lugar siempre está lleno de gente y las mesas están pegadas una con la otra, de ahí la confusión...Gracias por tu visita!

fritus dijo...

Hola Marcelo...me ha encantado este relato tuyo...me viene a la memoria, joan, el propietario de un Ultramarinos en Consell de Cent-esquina C/Marina en Barcelona, en el barrio dónde vivía antes de trasladarme a Ibiza. Tenía la nariz como un tomate y una sonrisa permanente...y decía siempre una frase, que se me ha quedado grabada en la memoria " El vino, ..si es vino, sino tiene polvos( aditivos químicos) es bueno".

Así que...para que preocuparnos de calidades.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Para que todos entiendan el grado de afecto, que tiene marcelo, con la Vina Del Abasto, comento que fuimos muchas veces y que fue el lugar donde festejamos su Casamiento,entre otras cosas. creo que hay un video donde luego de la fiesta, no me arrancaba el auto y me toman pasando con el acarreo del mismo.

CarmenS dijo...

¿Otro sitio entrañable que has hallado fotografiado en la red? ¿Es cierto que celebraste tu boda en sus comedores?
Buen domingo.

Merche Pallarés dijo...

Hola Marcelo, vengo a devolverte tu visita. Me ha hecho mucha gracia esta anécdota ahora bien, una pregunta ¿No sería que otro hubiese pedido ese mismo vino y, como no tenían otra botella, se la llevaron, se la dejaron (al otro) y le llevaron otra al primero? Como siempre leo que estais tan mal económicamente en Argentina... Besotes, M.

Marcelo dijo...

Hola Fritus! Muy sabio lo que decía Don Joan...
Un abrazo!

Ese video lo tengo aún , mi querido MAP, y cuando precise dinero pienso extorsionarte bajo amenaza de ponerte en internet saliendo de la fiesta con la grúa y saludando desde allí...

Cecilia: sí a ambas preguntas. Fue en el 2002, Buenos Aires seguía como la pinta Ismael Serrano en Buenos Aires 2.001 (o peor); no se sabía el valor de las cosas, ni siquiera del dinero, pero "La Viña" no me defraudó y me abrió el salón solo para los míos.

Hola Merche: gracias por pasar por aquí. Lo que ocurrió es que a la botella sólo le quedaba un poco de vino, y los mozos, preparando la mesa contigua, pensaron que estaba terminada. De ahi debe haberse ido a los cajones de botellas vacias o bien alguien se "ocupó" de terminarla, y cuando vino el reclamo, no tenía solución. Por eso al final el patrón le ofreció una botella nueva de la misma marca, pero al tipo a esa altura se lo llevaban los diablos!

angela dijo...

Por tu escrito, se nota el recuerdo que guardas por otros tiempos vividos que te son difíciles de olvidar...aunque sólo se trate de una simple botella. Ayer he visto la Patagonia, esa mezcla de paisaje me encanta,aún perdura la influencia de otros pueblos pero vosotros habéis sabido hacerla vuestra.Tiene un encanto especial. Que tengas una buena semana

Marcelo dijo...

Hola Angela! Sí, ese lugar tiene una enorme importancia para mí. Pero lo de la botella ocurrió el viernes por la noche! Y sí, la Patagonia es un lugar único...
Buena semana para vos también!

Carlos Roman Perez dijo...

Como conozco el lugar me imagine la situacion sentado junto a la mesa de Ustedes, ¿pero la verdad? Miriam tenia razon!!
Besos a los dos, cp.

Anónimo dijo...

Yo estoy con el gastronómico...quizás él percibió que era un buen momento para que el tipo deje de beber y decidió sin mas retirarle la botella. Hay que creer en la intuición de los mozos!!!

Marcelo dijo...

Es verdad Carlos! Y aunque no querramos reconocerlo, generalmente ellas tienen razón...
Un abrazo!

Andrea: para mí que los vio algo lentos y el boliche explotaba de gente, y los echó involuntariamente!

Anónimo dijo...

Estoy con vos Marcelo, esos mozos si hicieron algo mal, están totalmente disculpados, soportan todo tipo de personajes (voy seguido con mi tío Ricardo), y todo sin siquiera despeinarse y por el mismo sueldo!!!

Bernardita dijo...

Vaya que relato, si me haz hecho vivirlo como que hubiese estado allí, dan ganas de conocer el Bodegón de Abasto....
He llegado aqui desde el Blog de Sole, y la verdad me encantó el tuyo, asi que te seguiré visitando si a ti te parece bien.
Un abrazo

Marcelo dijo...

Totalmente de acuerdo Claudio...Y a vos te consta que los clientes de La Viña son todos personajes, no?
Un abrazo

Marcelo dijo...

Hola Bernardita! Gracias por visitarme y bueno, el bodegón merece una visita, aunque te quede un poco lejos. Me alegra mucho que te haya gustado lo que viste por aquí, y espero que vuelvas a visitar el blog!
Un saludo
Marcelo

Bitacoras.com