domingo, 29 de junio de 2008

El roce


El compraba siempre en el mismo súper. La rutina normalmente era similar: lácteos, frutas, un vino, algo de carne, y por último el pan. En cada lugar era atendido por un empleado en el que por lo general no reparaba, porque el mercado es grande y rotan bastante. Pero esta mañana, cuando le entregaron el pan con aceitunas que le había llamado tanto la atención, un ligero roce con la mano anónima que lo atendía le hizo levantar su mirada de la bolsa: una sonrisa le estaba devolviendo sus mecánicas “gracias” con un “de nada” que lo hizo volver a la tierra, o subir a las nubes, según donde cada uno crea que vivimos. Se quedó parado mirándola un poco más, recordando el tibio dedo que tímidamente había rozado el suyo, sin saber muy bien qué hacer. Ella seguía sonriendo, al advertir que la gente que estaba detrás de él se impacientaba, porque no se iba ni pedía más nada.
Entonces, él decidió comprar un poco más. Y así, panes comunes, con cebolla, con pasas de uva, baguettes, tortitas negras, pasteles de crema y galletas de todo tipo abarrotaron su carro, tapando el resto de las escasas provisiones de un hombre que vive solo. Y la sonrisa de ella se transformó en sorpresa, y sus miradas se detuvieron, y después aparecieron las carcajadas de quienes saben lo que está sucediendo.
No escuchó al cajero cuando le preguntó si iba a recibir visitas. Es que él seguía detenido en la panadería, en ese dedo tibio que lo rozó, llegando su tacto adonde ni la vista, ni el oído ni el olfato consiguieron llegar antes.


Foto: Bread Store, 1937 (Berenice Abbot)

19 comentarios:

Anónimo dijo...

Amor a primera vista?
No creo en eso, pero dicen que muchas personas les ha pasado.
Me gustó mucho, muy tierno.
Saluditos

Anónimo dijo...

Que A muchas personas les ha pasado, me faltó una A.

=)

Susana Peiró dijo...

Es extraña la forma en que los seres humanos nos relacionamos.

Complicados escenarios, cuidadosas puestas en escena, vestuarios sofisticados ó muy despojados, incluso señales explícitas suelen desatar menos atracción...que un ,roce, inocente.

¿Qué mecanismos se activan? Difícil saberlo. Es tentador llamar a este fenómeno por uno de sus nombres más lindos: magia

Muchas Gracias!

Un abrazo!

Beatrice dijo...

La soledad amigo, la soledad...

CarmenS dijo...

En cualquier lugar, por cotidiano y simple que sea, puede uno encontrar una amistad e, incluso, un poquito de amor.

Anikin dijo...

Eso pasa más de lo que pensamos... si no me crees, pregúntaselo al camarero de una tasca cerca de mi casa. La comida, asquerosa, la cerveza peor, ¡pero el nene es tan mono que se me va a quedar cara de caña y tapa!
Saludos

m.eugènia creus-piqué dijo...

A veces Marcelo el roce de un dedo puede estremecer todo el cuerpo.

Carlos dijo...

...me gustó mucho tu blog y las imagenes en especial, me gustan mucho.

Gracias por tu visita.

Anónimo dijo...

Qué tremenda, la soledad ...
y la piel
Precioso escrito, Marcelo

Un saludo!

begoyrafa dijo...

No sé si tendrá algo que ver con ese efecto mariposa del que todos hablan que en vez de desencadenar tifones, origina torrentes de sentimientos. Necesitamos la palabra amiga, el roce, los pequeños gestos cotidianos que harían la vida mucho más sencilla, aunque después no hubiera amor, ni amistad; simplemente una palabra amble por la mañana.
Un abrazo de un Campeón de Europa.

Claudia Sánchez dijo...

Es que los poros de la piel conectan con las fibras mas íntimas de nuestro ser, justo allí, donde suele esconderse el alma.

Saludos y gracias por tu visita!

Anónimo dijo...

La piel tiene una memoria mucho más desarrollada que el cerebro. Lo malo es que su lenguaje es menos claro. A saber qué remota sensación estaba archivada y se rescató con un solo roce de un solo dedo. A saber de qué otra vida procedía aquel relámpago.
Ainsss... me encanta lo que escribes, Marcelo, y gracias mil por tus palabras.

Maybe dijo...

Como un simple roce puede despertarnos de la monotonía, sacarnos del mundo que nos recreamos como refugio, que no es más que nuestro escudo ante la vida.
Saludos.

divan dijo...

La piel es el mejor receptor de mensajes aunque no prevea los ciclones que puede desencadenar

La Gata Coqueta dijo...

Si es de verdad ¿que poco se necesita verdad? un tema muy dulce y suabe tratado, perfecto tienes una grata imaginación.

Hasta que nos volvamos a encontrar.

Camille Stein dijo...

el roce de la mirada es un anzuelo que nadie quiere soltar... es tan difícil encontrar el anzuelo que encaje en nuestros ojos, que adivine las sincronías de las bocas

maravilloso, Marcelo

un abrazo

Verbo... dijo...

Bonito cruce de miradas.

Un beso, y en especial a toda tu bella Argentina, que me encanta ♥

M.

Sibyla dijo...

La soledad es tan despiadada, que un leve roce de un dedo, puede ser el motivo, para quedarte prendido para siempre de ese tacto, de esa persona...

Precioso texto Marcelo.

Un abrazo:)

fritus dijo...

Si un cajera del súper me roza accidentalmente el dedo se tropezará con el anillo, seguramente...Pero bueno, eso también fué amor a primera vista ( cuando conocí a mi mujer, digo...)

un abrazo, Marce

Bitacoras.com